La basura de los sevillanos en el estado de alarma: Se disparan los restos de comida y los envases de bebida
Medio Ambiente
La recogida de vidrio subió un 40% en el confinamiento mientras que los residuos orgánicos aumentaron hasta casi un 70% la primera semana
En los comercios hubo bajadas del 60% en el periodo más restrictivo de la actividad
La basura es uno de los más fieles indicadores de la evolución social. Muestran, en muchas ocasiones, los cambios en los comportamientos de los ciudadanos y los diversos momentos a los que se enfrentan. También evidencian situaciones de crisis. El estado de alarma que entró en vigor en España el 15 de marzo y que se mantuvo vigente hasta el pasado 21 de junio también tiene su reflejo en los residuos que los sevillanos dejaron en los contenedores y los puntos limpios de la capital andaluza.
La estadística de Lipasam -la empresa municipal que se encarga de la limpieza de la ciudad- así lo demuestra. Sus porcentajes de variación no dan lugar a equívoco. Los sevillanos consumieron más en casa y en los comercios se redujo de forma considerable la recogida de basura. La sociedad, en general, trasladó los hábitos de la calle al hogar: se comió más en el ámbito doméstico y, sobre todo, se bebió bastante más ante el cierre de los bares hasta mediados de mayo.
En el informe de la empresa municipal se analizan los residuos recogidos desde el 2 de marzo al 3 de mayo, es decir, desde la semana previa a que los índices del Covid-19 conllevaran a establecer medidas preventivas en todo el país hasta el inicio de la desescalada. O lo que es lo mismo, desde la normalidad absoluta hasta que comenzó a acabarse el confinamiento. Durante este periodo las variaciones en la recogida de residuos urbanos no son llamativamente alarmantes. Se mantienen entre los 4,5 y 6 millones de kilos de basura semanales.
No obstante, en esta evolución deben tenerse en cuenta dos fechas que marcan los registros más importantes: la del 9 al 15 de marzo, cuando se recogieron 6.025.895 kilos de residuos (la cantidad más alta en el confinamiento), y la del 6 al 12 de abril, cuando esta cifra se redujo a 4.646.650 kilos (la más baja). Esta última franja coincidió con la Semana Santa y con el periodo más restrictivo del estado de alarma, puesto que el Gobierno en aquellas fechas sólo permitía las actividades esenciales que no se pudieran desarrollar mediante teletrabajo, lo que explica esta significativa merma.
El hecho de que durante la semana previa al confinamiento, cuando ya se habían disparado todas las alarmas sobre la pandemia y el coronavirus se había convertido en el protagonista absoluto de las noticias, sea la que más basura acumuló en los contenedores sólo es explicable desde el punto de vista de la prevención que hicieron las familias ante el temor de que los comercios quedaran desabastecidos de víveres. Este registro coincidió con aquellos días en los que se hicieron virales las imágenes de largas colas en los supermercados, estanterías vacías de alimentos y carros de la compra atestados de papel higiénico. La sociedad sevillana se enfrentaba a una situación desconocida por muchas generaciones, lo que llevó a aumentar el consumo de productos para llenar las despensas durante muchas semanas.
El análisis por tipos de residuos
El desglose por los distintos tipos de residuos evidencia dicho fenómeno. La cantidad más elevada de basura es la que se recoge de los contenedores de tapadera gris. En ellos se depositan los residuos orgánicos y otros que no están clasificados. Tienen la mayor presencia en la ciudad. En la última semana de absoluta normalidad se dejaron en estos recipientes 5.115.408 kilos de basura, prácticamente el 87% del total. La cifra más baja corresponde, como se mencionó antes, a la semana del 6 al 12 de abril, cuando se retiraron 3.975.927 kilos, lo que supone una merma, respecto al periodo normal, del 22,3%.
Pese a ser una bajada importante, no es el registro más considerable si se compara con otros residuos clasificados. Es el caso de los contenedores de tapa marrón, donde se deja exclusivamente la basura orgánica, esto es, los restos de comida. Al contrario de los de tapa gris, aquí las cifras fueron en aumento durante el estado de alarma, lo que constituye una señal inequívoca de que los hábitos cambiaron en casa. Se dejó de consumir fuera para hacerlo en el hogar.
Antes del confinamiento Lipasam recogía 23.940 kilos de desperdicio en este tipo de recipiente (un insignificante 0,40% del total semanal). Una semana después esta cifra llegó a los 40.067 kilos, 20 décimas más en el reparto del total y un 67,3% de incremento, el porcentaje de subida más alto alcanzado en la estadística de la empresa municipal, sólo seguido del que se registró del 30 de marzo al 5 de abril, con un 51,4% de aumento. En esa semana se recogieron 36.240 kilos.
Llama la atención que durante la época en la que los sevillanos tenían más restringidos los movimientos el volumen de basura de los contenedores de tapa marrón no se situó en ningún momento por debajo de los 25.000 kilos ni llegó al registro anterior al estado de alarma, lo que también evidencia una mayor concienciación ciudadana a la hora de clasificar los residuos generados en el ámbito doméstico.
Los envases de vidrio, al alza
Otro de los datos significativos en la recogida de basura durante el estado de alarma se refiere a los envases de vidrio, la mayoría de los cuales suele usarse para bebidas alcohólicas. En la semana previa a que el Covid se extendiera por el país Lipasam retiró de los contenedores de tapa verde 185.476 kilos de este material (un 3,15% del total). Cuatro semanas después, en pleno confinamiento y cuando más se habían restringido las actividades, dicha cantidad ascendió a 258.348 kilos, casi un 40% más. Su peso en el total de los residuos recogidos del 30 de marzo al 5 de abril pasó a suponer el 5,4%, dos puntos más.
En estas fechas debe destacarse que diversas cadenas de alimentación informaron del importante repunte que habían protagonizado las ventas de bebidas, especialmente, los packs con botellines de cerveza para consumo en casa de los sevillanos. Una tendencia que queda reflejada también en la estadística.
Por contra, los registros en los otros contenedores tienden todos a la baja en el estado de alarma. Así ocurre con los envases de plástico que, aunque las cifras de residuos se mantienen dentro de cierta estabilidad, llegan a registrar una bajada máxima del 10,3% respecto a la semana previa a que se declarara la pandemia. Este porcentaje supera a la subida más alta alcanzada en este periodo, que fue del 9,8%. Por tanto, se deduce que el confinamiento apenas tuvo trascendencia en el uso de los productos que requieren de este tipo de envase y que acaparan una gama muy amplia: desde refrescos a suavizante de la ropa, pasando por alimentos precocinados.
El cartón, lo menos usado
En el cartón sólo se registró un aumento en la recogida de basura, justo antes antes de que se decretara el estado de alarma. A partir de entonces -cuando se llegó a los 229.040 kilos de este material- las cifras empezaron a bajar hasta tocar fondo la semana del 6 al 12 de abril, fecha en la que sólo se depositaron en los contenedores de tapadera azul 191.160 kilos, lo que supuso una caída cercana al 11%.
En este estudio no se pueden dejar atrás dos indicadores que constatan el importante freno a la actividad económica que acarreó la pandemia de coronavirus. En los residuos de industrias y comercio se llegaron a producir descensos del 50% y 60% durante los 15 días en los que se paralizó prácticamente todo el país, periodo que también coincidió con una Semana Santa atípica, sin procesiones en la calle. Se recogieron en estos recipientes específicos 100.000 kilos menos, lo que constituye un indudable síntoma de la debacle que tendría que afrontar la ciudad cuando comenzaran a levantarse las restricciones y que también se tradujo en innumerables ERTE.
Los puntos limpios suponen, de igual modo, un fiel reflejo de la realidad vivida en Sevilla durante la primavera de 2020. En ellos se depositan electrodomésticos o artículos que, por sus dimensiones, no deben dejarse en los contenedores, al igual que sustancias contaminantes. Antes del estado de alarma la entrada de usuarios en las cuatro instalaciones de este tipo con las que cuenta Sevilla era de 3.875 a la semana. Del 23 al 29 de marzo sólo lo hicieron 803, casi un 80% menos. Debe tenerse en cuenta, además, que del 30 de marzo al 12 de abril estos recintos permanecieron cerrados por el decreto estatal.
Sin datos sobre la recogida de mascarillas
Desde que se decretó el estado de alarma las fotos de las mascarillas abandonadas en el suelo se han convertido en una constante en los medios de comunicación y las redes sociales. Lipasam carece actualmente de datos que cuantifiquen la cantidad de este material que se ha recogido los últimos meses en Sevilla. Ello obedece a que si se tiran al suelo, son los barrenderos los encargados de retirarlas de la vía pública, mientras que si se depositan en las papeleras, no se les realiza un seguimiento distinto al resto de residuos dejados en estos recipientes. En caso de tener que abandonarlas en algún contenedor, deberá hacerse en los de tapadera gris, que recogen los residuos sin clasificar.
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