Un bar regentado por un ex guardia civil acumula tres cierres y 19 multas
La Policía Local de Sevilla volvió a precintar en diciembre el establecimiento Arfe 11, uno de los que más infracciones lleva en los últimos tres años
Uno de los bares de copas que más denuncias acumula de Sevilla está regentado por un ex agente de la Guardia Civil. Se trata del establecimiento Arfe 11, que está situado en la calle del mismo nombre, en pleno barrio del Arenal. El negocio ha sido denunciado en numerosas ocasiones por distintos motivos, y en el mes de diciembre fue cerrado dos veces por la Policía Local de Sevilla.
Desde el año 2017, este local lleva casi una treintena de inspecciones, que se han traducido en 19 denuncias y tres precintos o clausuras temporales. Esto lo convierte en uno de los bares con más infracciones de la ciudad, sólo superado por algunos establecimientos del Paseo de Colón. De poco parece servir que el gerente del negocio haya sido guardia civil para que éste cumpla las normas.
Los motivos de las sanciones impuestas por el Ayuntamiento de Sevilla a Arfe 11 son también varios. Uno de ellos es la falta de licencia para la actividad que se desarrolla, ya que tiene permiso de restaurante. Sin embargo, en el bar no se sirven comidas y se dedica exclusivamente a las copas.
También incumple reiteradamente la normativa en cuanto a las actuaciones de música en directo, ya que se suelen celebrar conciertos de flamenco y rumba con asiduidad. A esto hay que sumarle el consumo de bebidas en el exterior, una práctica que está prohibida desde la entrada en vigor hace ya casi quince años de la ley antibotellón. En otra ocasión también ha sido denunciado por irregularidades en la documentación y el seguro.
En el último mes, la Policía Local de Sevilla ha cerrado dos veces Arfe 11. La primera fue la noche del 30 de noviembre, cuando los agentes de la Línea Verde (la unidad de la Policía Local que se encarga del control de los bares) contaron hasta 91 personas, cuando el aforo máximo permitido del local es de 58. Por este motivo, el negocio fue desalojado y quedó precintado. Aquella inspección se enmarcaba dentro de un plan de control de la Policía Local sobre los bares de copas del centro de Sevilla en vísperas de las fiestas navideñas y antes del aluvión de comidas y cenas de empresa previstas en diciembre.
Sólo durante ese fin de semana se cerraron 18 establecimientos, diez de ellos en el Paseo de Colón y el resto en el Arenal, la Plaza Nueva, la Cuesta del Rosario y la calle Feria. La mayoría de los bares precintados vendían alcohol para su consumo en la calle y ocupaban las aceras obstaculizando el paso de los peatones. El delegado de Gobernación, Juan Carlos Cabrera, aseguró tras esta operación policial que todos los bares estaban ya avisados desde semanas atrás y que el Ayuntamiento se había reunido con la asociación de hosteleros para que los propietarios de los bares se comprometieran a cumplir la normativa.
Arfe 11 permaneció cerrado durante más de diez días, y volvió a abrir sus puertas a mediados de diciembre. El pasado 17 de diciembre, sólo unas jornadas después de la reapertura, volvió a ser precintado por la Línea Verde. Los agentes sorprendieron a decenas de personas consumiendo alcohol en el exterior del local, un concierto de flamenco en el interior del mismo, la planta superior habilitada para el bar, personas fumando dentro del establecimiento y, de nuevo, carecer de licencia para la actividad que se estaba desarrollando en el mismo.
Los vecinos de la calle han denunciado en numerosas ocasiones los ruidos y molestias que les causa este bar, sobre todo porque el aforo es muy reducido y se agolpa mucho público en la puerta. No deja de ser significativo que el encargado del negocio haya sido un miembro de la Guardia Civil durante muchos años, que también regenta otro bar de copas en la calle Albuera, entre Julio César y Marqués de Paradas.
Este ex agente ha estado en activo hasta hace algún tiempo, si bien la Guardia Civil le ha abierto un expediente disciplinario por presuntamente estar trabajando en el bar mientras estaba de baja médica para el servicio en el instituto armado, según aseguraron fuentes de este cuerpo de seguridad. En sus perfiles en las redes sociales, el gerente del bar tiene publicadas varias fotografías de uniforme, prestando servicio de escolta durante distintas procesiones.
Este periódico se puso en contacto el pasado viernes con el ex guardia civil, que declinó hacer declaración alguna sobre la acumulación de denuncias que tiene el bar. Negó que fuera ya guardia civil en activo y también que sea el responsable del negocio, pese a que así lo admite él mismo en su cuenta personal de Facebook. El gerente de Arfe 11 se excusó asegurando que no podía atender la llamada de este periódico y pidió que se llamase en otro momento.
Más de 200 inspecciones en el Paseo de Colón
El Paseo de Colón es una de las zonas en las que el Ayuntamiento de Sevilla ha actuado con más mano dura contra los bares de copas que infringen las distintas ordenanzas. Hace un par de años, el Consistorio decidió reforzar las inspecciones en esta avenida principal de la ciudad después de que se detectara un incumplimiento continuado de la normativa. Era habitual, y lo sigo siendo cuando no hay policías, ver las aceras repletas de público, con personas bebiendo en la calle y cobijadas en unas estructuras semirrígidas con toldos y estufas. Los peatones se ven obligados a caminar por la calzada, con el consiguiente riesgto de atropello. También se bloquea a veces la entrada al aparcamiento público subterráneo.
En los tres últimos años, la Policía Local ha realizado 212 inspecciones en 11 establecimientos del Paseo Colón, que son los que generan más conflictos. De estas inspecciones han resultado 249 actas de denuncias. Estos bares son: Colón 5, Dadá, Bobo, Mionkey Piper, Kiosko Torero, F5, Pinzón, Maruja Melón, Kiosko Bombay y Boga. Estos datos están actualizados con fecha de noviembre.
En el mes de octubre, las inspecciones se ampliaron y se centraron en 14 establecimientos, con 27 denuncias. Esta campaña de control se inició el 28 de octubre. Entre los establecimientos inspeccionados en esta ocasión están los mencionados anteriormente, más otros como el Zaratustra, O’Neills y el Fluvial.
Entre las infracciones detectadas de manera masiva están el incumplimiento del horario de cierre, la música no autorizada y/o en directo, el exceso de veladores, realizar una actividad distinta a la que indica la licencia, la carencia de seguro, la colocación de objetos en los pasillos obstaculizando las vías de evacuación, no facilitar hojas de reclamaciones, disponer de mobiliario no permitido, consumo de alcohol en la vía pública o la ya citada antes de impedir el paso de los peatones.
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