El bar La Centuria abandona las setas de Sevilla

Las famosas setas de la Encarnación dicen adiós a otro negocio tradicional. La zona que ha conocido un resurgir la última década -denominada por algunos como el Soho sevillano- pierde uno de los establecimientos más conocidos del entorno, desde mucho antes de que llegara la transformación urbanística a raíz del proyecto (con polémica incluida) de Jürgen Mayer. El bar La Centuria abandona el lugar. Se muda. No se irá muy lejos, a los soportales de la calle Imagen, donde seguirá sirviendo los calentitos que tanta fama le han dado. Se desconoce el uso que se le dará al actual local. Su propietaria asegura que, "por ahora", no se convertirá en apartamentos turísticos.

El entorno de las setas va camino de emular la transformación hostelera de la Plaza de la Alfalfa. Cada vez serán menos los negocios donde tomar un desayuno típico. El último capítulo lo progatoniza el bar La Centuria, que deja el inmueble donde ha estado funcionando más de 80 años, según detallan los responsables del mismo. Aunque quienes gestionan actualmente el negocio aseguran que el edificio que ocupan todavía albergará en un futuro pisos turísticos, su propietaria niega tal extremo e insiste en que, "por ahora", no tendrá tal fin.

Muchos de los parroquianos del establecimiento acuden este lunes desde bien temprano (el bar abre a las 7:30 cada jornada) alarmados por los rumores de cierre que circulan en el barrio. Una clientela mayoritariamente local. Algunos son vecinos y otros, trabajadores de la zona. Quienes atienden detrás de la barra se encargan de tranquilizarlos. "No. No cerramos. Nos mudamos cerca", explica uno de los camareros.

En la semana de la Magna

El nuevo local donde continuarán con su actividad se encuentra en los soportales de la calle Imagen, a pocos metros. Allí mantendrán su horario habitual, desde las 7:30 hasta las doce de la noche. La inauguración del nuevo establecimiento tendrá lugar el lunes 2 de diciembre, la semana de la procesión Magna en Sevilla.

El bar La Centuria cuenta actualmente con una plantilla conformada por ocho trabajadores. Todos visten uniforme negro. El inmueble que ha ocupado es de gran extensión. Lo colmatan, como motivos decorativos, fotografías de gran tamaño de imágenes de cofradías. La mayoría, relacionadas con la Hermandad de la Macarena. Los calentitos que sirven tienen gran fama en la ciudad.

La propietaria del edificio donde aún se encuentra abierto este bar (junto al solar que acogió durante décadas el mercado provisional de la Encarnación) niega que, "por ahora", haya planes de convertirlo en apartamentos turísticos. Especifica que dicho negocio lo abrió su familia hasta que se arrendó a terceros. El nombre de La Centuria se debe a que la mayoría de los comerciantes del mercado componían la mítica formación macarena. También precisa que el contrato de alquiler con los actuales gestores del establecimiento -de origen extranjero- venció hace un año.

La concentración de calenterías

Las calenterías se han convertido en un negocio en peligro de extinción en la ciudad. Tras el cierre de la que existía en la Alfalfa, sólo quedan El Comercio, Doña Encarna y el antiguo Spala (todas en un entorno muy cercano).

A ellas se sumará ahora el bar La Centuria, cuyos clientes habrán de cambiar de emplazamiento. Sus veladores dejarán de estar al aire libre para hacerlo bajo los soportales de la calle Imagen, vía de urbanismo tardofranquista, que en este siglo XXI reúne negocios hosteleros de lo más variopinto. Desde los más exóticos a los más tradicionales. Variedad donde elegir para un público cada vez más foráneo.