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El Ayuntamiento de Sevilla ya negocia con el Estado la compra de la casa 10 del Patio de Banderas

La Gerencia de Urbanismo acometerá en breve la rehabilitación de la vivienda número 12 y está ultimando la intervención en la 1

La Gerencia de Urbanismo de Sevilla recuperará las competencias de protección en 40 entornos BIC

La casa número 10 del Patio de Banderas, situada junto al apeadero, y que acoge las taquillas. / José Luis Montero

El Ayuntamiento de Sevilla ya negocia con el Estado la compra de la casa número 10 del Patio de Banderas. Tras adquirir hace pocos años la 7-8, el Consistorio ha puesto sus miras en este inmueble que es vital para comprender la evolución del recinto, ya que en él se enmascara parte del palacio fundacional. La adquisición se hará con cargo al millón de euros que reserva el nuevo convenio entre el Real Alcázar y el Ayuntamiento para la adquisición de inmuebles que pasen a engrosar el patrimonio municipal. De manera paralela, la Gerencia de Urbanismo ya trabaja en la rehabilitación de las casas 12 y 1, que también son propiedad del Estado, para garantizar su estabilidad y el ornato.

La adquisición de las casas del Patio de Banderas por parte del Ayuntamiento es una tarea pendiente desde que el gobierno de la República cedió en el año 1931 el conjunto palaciego pero se reservó la propiedad de las viviendas por las rentas que generaba. Su importancia patrimonial es grande, ya que muchas guardan vestigios del primer recinto del Alcázar (siglo XI). Por ello, el Ayuntamiento adquirió la casa 7-8, que encierra el palacio de Al Mutamid, como reveló en primicia este periódico, y que fue rehabilitada por Patrimonio del Estado previamente. La apertura de esta casa a la visita, con sus importantes vestigios del primer recinto, sigue siendo una tarea pendiente que hay que completar.

La casa número 10 del Patio de Banderas, situada junto al apeadero, y que acoge las taquillas. / José Luis Montero

Posteriormente, el Consistorio señaló como prioritarias otras dos viviendas del conjunto: la 2 y la 10. De todas las casas que formaron parte esencial del conjunto palatino islámico, es la única perteneciente a los recintos fundacionales, junto con la 9, que penetra de manera tosca e injustificable dentro del núcleo de edificación cedida al Ayuntamiento de Sevilla en 1931. Su factura es reciente si atendemos a su configuración como vivienda a inicios del siglo XX, pero sus muros mantienen el alzado íntegro de varias estancias pertenecientes al palacio almohade del Yeso, uno de los iconos de la arquitectura islámica española.

Se sitúa entre el apeadero de ingreso al monumento, construido por Vermondo Resta en 1610, y el Patio del Yeso y Cuarto de Don Fadrique, fechados en los siglos XII y XIV respectivamente. En su interior se conserva íntegramente en planta alta la nave meridional del palacio almohade y mantiene como pavimento la techumbre forzada que hoy cierra a media altura respecto a la original, dicha estancia palatina. En sus muros deben conservarse huellas de la armadura original y tal vez algo de decoración almohade. Por otra parte, el lado oriental es también original, dándose la paradoja de que abre ventanas al mismo patio islámico.

En su medianera sur, topa con el cuarto medieval del Maestre lo que lo hace intransitable y lo convierte en una dependencia aislada. En el lado este, sus estancias ocupan el espacio en el que originalmente, antes de la construcción del apeadero, se ubicaba otro palacio islámico ya desaparecido. En esa zona se abren posibilidades interesantes para la investigación del subsuelo y sobre todo para habilitar pasos con la sala superior del apeadero, imprescindibles para la optimización de su acceso.

En el bajo de esta vivienda se instalaron las nuevas taquillas del recinto. Durante las obras, salieron a la luz las fábricas originales de tapial del siglo XI. Unos vestigios históricos que quedaron integrados en los trabajos de rehabilitación.

Una oferta de compra de 600.000 euros

El gerente de Urbanismo, Fernando Vázquez, que participó ayer por la tarde en la mesa redonda Paisaje urbano, protección y privatización del espacio público en Sevilla, organizada por Adepa, aseguró que se han ofertado 600.000 euros para la compra de la casa número 10 con cargo a ese millón de euros procedente de los ingresos del Alcázar que se seguirá destinando en años sucesivos a esta tarea.

La casa número 12 que será rehabilitada. / José Luis Montero

De manera paralela, la Gerencia de Urbanismo, según abundó Vázquez, está inmersa en la tarea de adecentar y sacar de la ruina el conjunto de las casas del Patio de Banderas, que en muchos casos presentan una imagen bastante lamentable. “Ya tenemos redactado el proyecto de rehabilitación de la casa 12, que está completamente abandonada, y estamos terminando el de la 1. Ambas son del Estado. Tengo que decir que está colaborando”. El coste de la intervención en la casa 12 está en torno a los 700.000 euros. De ellos, 180.000 euros que ya ha transferido el Estado corresponden con la consolidación estructural y la recuperación de las cubiertas. Vázquez ha confirmado que la intención clara es la de seguir adquiriendo las viviendas del Patio de Banderas para adscribirlas al patrimonio municipal, o bien, que el estado las ceda a cambio de que el Ayuntamiento las rehabilite. También mostró su predisposición a mejorar la imagen del salón central del Patio de Banderas y a reponer la fuente central que fue retirada cuando se realizó la cripta arqueológica.

En su exposición en la mesa redonda, Vázquez expuso que el gobierno municipal se encuentra inmerso en la transformación que busca para la ciudad: “En un año y medio no se puede cambiar todo, pero ya hemos plantado la semilla del cambio. En un sólo mandato no se puede garantizar una transformación. Pero ahí esta, por ejemplo, la calle Zaragoza como ejemplo de lo que queremos hacer”.

Mesa redonda organizada por Adepa

Vázquez compartió mesa redonda con el arquitecto Fernando Mendoza, el catedrático de Historia del Arte Rafael Cómez y el periodista Pablo Ferrand. Mendoza en su intervención expuso los problemas que, a su juicio, existen en la ciudad. Entre ellos, las plazas “convertidas en garajes”, como Ponce de León, Cristo de Burgos o San Leandro; la ocupación masiva de veladores en espacios como Argote de Molina, Mateos Gago o la Plaza del Salvador, “auténticos comederos”; la excesiva contaminación lumínica que producen muchos comercios del centro; o la saturación de los principales monumentos que hace prácticamente imposible la visita para los sevillanos: “Deberíamos tener cierta preferencia para visitarlos”.

Por su parte, Pablo Ferrand insistió en que el Alcázar debería cerrar un día a la semana, como pasa los lunes con los museos, “para que el edificio pueda respirar”. El periodista puso el foco en dos elementos, la piqueta y la motosierra, tan presentes en Sevilla desde el siglo XIX y que hay que controlar. En este sentido, se detuvo a hablar del regionalismo: “Es una arquitectura absolutamente sevillana. La Avenida más bella de Europa que es la Palmera esta destrozada. No sé qué vamos a celebrar en 2029”. Ferrand también advirtió de los efectos de nuevos proyectos, como el del Jardín de las Cigarreras o el de Altadis, en el que se han talado grandes árboles, según denunció.

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