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Avenzoar, el gran médico andalusí nacido en Sevilla, tendrá una escultura en la Avenida de la Constitución

La Fundación Farmacéutica Avenzoar promueve esta iniciativa que busca el reconocimiento para una figura indispensable del siglo XII muy desconocida para los sevillanos

‘Diario de Sevilla’ recibe el 32º Premio de Periodismo de la Fundación Avenzoar

El postigo de Abd el Aziz, lugar en el que se instalará la escultura. / Juan Carlos Vázquez

Un reconocimiento a una figura indispensable para la medicina y la farmacología. Si preguntan a los sevillanos quién era Abu Marwan Abd al-Malik Ibn Zuhr, conocido como Ibn Zuhr entre los árabes y Avenzoar en el mundo latino, la inmensa mayoría respondería que no tiene ni idea. Pero este personaje, nacido en Sevilla en el año 1091 y fallecido en 1161 o 1162 es uno de los mayores exponentes de la medicina árabe medieval. En Sevilla, cuenta con una calle en la Macarena, el Real e Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla fundó en 1977 la Fundación Farmacéutica Avenzoar, y en colaboración con la Universidad de Sevilla, la Cátedra Avenzoar. Es la fundación farmacéutica la que promueve por su 50 aniversario la instalación de un busto junto al postigo de Abd el Aziz, en la Avenida de la Constitución, cerca de donde se encontraba el cementerio almohade y donde fue enterrado.

"Avenzoar está a la altura de al-Razi (865-925) y Avicena (980-1037), las grandes figuras de la medicina árabe medieval. Es miembro de una influyente saga médica sevillana de seis generaciones seguidas. Escribió once obras, su libro principal, el Kitab al-Taysir (Libro de la facilitación médica), fue el texto de estudio obligado en escuelas médicas tanto del Oriente musulmán como del Occidente cristiano durante el Medioevo, el Renacimiento y hasta finales del siglo XVIII", explica Esteban Moreno, presidente de la Fundación Farmacéutica Avenzoar y autor, junto a Manuel Herrera del libro Avenzoar, un médico andalusí universal Entre el palacio y la cárcel Vida, obra y legado, que verá la luz en unas semanas.

Recreación del rostro de Avenzoar. / M. G.

A pesar de su notoriedad, Avenzoar es todavía un personaje poco conocido en toda su riqueza humana, científica y ética incluso en ambientes profesionales sanitarios, como exponen en el libro. "Dentro de un contexto de fidelidad a la teoría humoral galénica de la salud y la enfermedad, Avenzoar no fue un mero copista o transmisor pasivo de un saber que le venía dado. Insistió mucho en la experiencia clínica como pilar fundamental del diagnóstico, aunque se opusiera al saber teórico clásico".

Entre sus aportaciones, estableció correlaciones anatomoclínicas en algunas enfermedades mediante autopsias no confesadas (estaban prohibidas por motivos religiosos), por lo cual está considerado como un pionero de la anatomía patológica. Descubrió nuevas entidades nosológicas, incorporó vías de administración de medicamentos novedosas, introdujo la nutrición enteral por sonda esofágica, hizo prevención primaria con medicamentos, a la cosmética le dio un enfoque de medicina estética y reparadora, etcétera.

Avenzoar tuvo una vida azarosa. Los autores defienden que habría nacido en Sevilla al ser su padre también médico de los califas almorávides. Hay otras teorías que dicen que vio la luz en la localidad de Peñaflor. Su residencia estuvo en la zona de Santa Marina. "Su existencia transcurrió en uno de los periodos de Al-Andalus más convulsos política y socialmente, el final de los reinos de taifas y el posterior dominio de las dinastías bereberes ultraortodoxas norteafricanas, los almorávides y los almohades", explican los autores.

La calle dedicada a Avenzoar en el distrito Macarena. / M. G.

La biografía de Avenzoar muestra una vida agitada y con muchos avatares de fortuna, pues conoció la gloria en Sevilla como médico personal del emir almorávide y su corte y, asimismo, vejaciones y penalidades cuando fue encarcelado en Marrakech por el mismo soberano durante 10 años. "No obstante, siguió ejerciendo su trabajo. Lo sacaban y metían en la cárcel". Fue rehabilitado por los almohades tras acceder al poder y regresó con ellos a Sevilla, "donde alcanzó su madurez profesional, viviendo en su querida ciudad natal donde murió en paz". 

Avenzoar fue el médico más importante de Al-Andalus, uno de sus discípulos fue Averroes que como el también coetáneo Maimónides, tienen estatuas en la vecina Córdoba, pero aun Sevilla no ha rendido el merecido homenaje que se merece, probablemente, al médico más afamado de la ciudad en forma de busto o estatua. "Es hora de honrar a uno de los grandes eruditos históricos de la ciudad de Sevilla", señala Esteban Moreno.

La intención que ya conoce el alcalde, José Luis Sanz, es instalar una escultura de Avenzoar junto al postigo de Abd el Aziz, próximo a la calle Miguel de Mañara, donde se encontraba el cementerio almohade. "Sería un busto de bronce sobre un pedestal de mármol o piedra. La financiaríamos nosotros con aportaciones de laboratorios, distribuidoras... Se colocarían unos textos con alguna información y un código QR enlaza con la web de la fundación en la que explicamos con detalle quién era".

El postigo de Abd el Aziz, lugar en el que se instalará la escultura. / Juan Carlos Vázquez

La fundación cuenta con una figura recreada del rostro de Avenzoar según distintas fuentes. "Se dice que tenía rasgos bondadosos, unas facciones amables. De buena persona", sostiene Moreno. Para la materialización de la escultura, ya se ha encargado algún boceto.

Por su parte, el libro viene a cerrar un vacío, ya que hasta ahora no hay publicada en español ninguna monografía sobre Avenzoar donde se aborden de una forma global y completa su vida y toda su producción científica. "Sentimos la necesidad de reunir los trabajos dispersos y dar una visión unitaria del personaje en su contexto histórico y analizar a la luz de los conocimientos actuales sus principales aportaciones a la clínica y a la farmacología de su época. Pero con Avenzoar nos parece que no basta meramente la narración de hechos 3 o la descripción de su obra. Lo más atractivo es hacerle hablar, escuchar su voz a través de sus textos para descubrir su trayectoria vital, saber qué clase de médico era, cómo se comportaba con los pacientes, de qué fuentes bebía, cuál era su filosofía médica, qué ética le guiaba, los aciertos y los errores, sus anhelos y frustraciones, etc., en definitiva, cuál era su esencia humana y profesional". 

Con estas iniciativas, los sevillanos podrán conocer a una figura indispensable en la medicina y la farmacología, adelantado a su tiempo, uno de los grandes personajes del siglo XII.

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