La avenida Ramón y Cajal sigue cerrada pese al anuncio de su reapertura para el 1 de agosto
Infraestructuras
El Ayuntamiento aseguró a finales de junio que el cruce de Diego Martínez Barrio ya estaría abierto al tráfico, pero la obra dista de estar acabada y sigue centrada en el túnel del Metrocentro
La avenida Ramón y Cajal se reabrirá al tráfico el 1 de agosto
El tranvía a Nervión se encarece y su inauguración se vuelve a retrasar a 2024
El Ayuntamiento de Sevilla anunció hace ya más de un mes que la evolución de las obras del Metrocentro permitiría reabrir el 1 de agosto un cruce neurálgico, el de las avenidas Ramón y Cajal, Diego Martínez Barrio y San Francisco Javier. Neurálgico y crítico, por la cantidad de tráfico que absorbe y porque allí está situado el túnel subterráneo que unirá la primera y la tercera vía para que el tranvía interfiera lo menos posible en el resto de la circulación. Sin embargo, llegó el 1 de agosto, y el 2, y el 3... y así hasta hoy, y la unión de esas tres grandes calles sigue siendo un gran cajón de obra rodeado de metros y metros de valla en el que el albero prima sobre el asfalto y por donde, obviamente, todavía no pasa ningún coche, ni ningún taxi, ni ningún autobús de Tussam.
En una nota enviada a los medios de comunicación el pasado 23 de junio, el Consistorio informó de que la Delegación de Movilidad preveía que los vehículos volverían a circular el 1 de agosto por Ramón y Cajal, en ese cruce con San Francisco Javier y Diego Martínez Barrio, “independientemente” de que la obra del paso subterráneo de Ramón y Cajal a San Francisco Javier continuase bajo tierra, como así está ocurriendo. Esa confluencia de tres grandes avenidas, que obviamente afecta al acceso directo a la Enramadilla desde la parte sur de la ciudad, se cerró a principios de marzo de 2022, así que ya lleva casi un año y medio sin más tráfico que el de los vehículos que participan en la obra del túnel.
Casi un mes y medio después de ese anuncio, los vehículos que circulan por Ramón y Cajal provenientes de la Ronda del Tamarguillo o la avenida de Ciudad Jardín, por un lado, o de la Enramadilla, por el otro, siguen topándose con una valla que les impide proseguir cuando llegan a unos metros de ese gran cruce. El corte continúa estando en los mismos sitios que al principio: en el primer sentido, a la altura de una hamburguesería y una zapatería, justo después de pasar la gasolinera; y en el segundo, entre el hotel de Viapol y la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.
Al otro lado de las vallas, ingenieros y operarios siguen centrados sobre todo en el túnel del Metrocentro y, al menos hasta el viernes, no había actividad alguna relacionada con la reapertura de los carriles de acceso al cruce y de las dos pequeñas vías por las que discurrirá el tráfico normal (uno a cada lado de la abertura del túnel) en el tramo de Ramón y Cajal que ya da a las facultades, Viapol y la Enramadilla.
Otra imagen significativa, a falta de que el Ayuntamiento explique si este retraso se debe a las dificultades del túnel o a otro motivo, se da en la avenida Diego Martínez Barrio, copada en gran parte por casetillas y material de obra hasta casi la confluencia con la calle Avión Cuatro Vientos. En todo caso, para esa parte del viario no ha habido aún anuncio de fecha de reapertura. La del 1 de agosto se refería exclusivamente a la recuperación íntegra de Ramón y Cajal.
El corte de esta avenida y otros cambios en Luis Montoto, como consecuencia del avance de las obras del tranvía, han intensificado el volumen de tráfico por Eduardo Dato, que el pasado 6 de julio modificó su dibujo habitual para instaurar un segundo carril en dirección Puente de San Bernardo-Luis de Morales. Hasta entonces funcionaba con sentido único para el tráfico en general en dirección Centro y sólo para Tussam y taxi en sentido salida.
Así sigue a día de hoy esa avenida, que camino de la Gran Plaza atraviesa una gran rotonda en el cruce con San Francisco Javier y Luis de Morales. Cuando se reabra Ramón y Cajal, ese cruce volverá a ser cortado al tráfico para que se acometan las obras de Emasesa.
El túnel está condicionando el proyecto
La obra del tranvía hasta Nervión está siendo condicionada por las dificultades para encajar la obra del túnel con las canalizaciones y servicios afectados. A finales de junio, el alcalde José Luis Sanz adelantó que la inauguración de ese nuevo tramo del Metrocentro se retrasaría hasta principios de 2024. “Ha habido más retrasos en la obra por el túnel”, explicó. También admitió que esas dilaciones se deben de nuevo a los problemas de construcción del túnel por el que discurre el tranvía entre Ramón y Cajal y San Francisco Javier. “Había una serie de nudos de instalaciones que no estaban previstas, por lo que ha costado mucho trabajo, ha incrementado el precio de la obra y se ha alargado en el tiempo la obra del túnel”, dijo. En principio, las pruebas del tranvía se harán en octubre o noviembre.
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