Avance clave en el Hospital Macarena para descartar posibles alergias a medicamentos

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El residente Manuel Sobrino ha sido premiado por la Sociedad Andaluza de Alergología por un estudio sobre reacciones graves al polietilenglicol, un componente de productos sanitarios y cosméticos

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El autor principal del estudio premiado en el congreso anual de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica, Manuel Sobrino.
El autor principal del estudio premiado en el congreso anual de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica, Manuel Sobrino. / M. G.

Cuando pensamos en un medicamento solemos recordar siempre el principio activo que lo hace valioso para tratar una enfermedad. Sin embargo, hay una gran cantidad de sustancias que también tomamos con los fármacos, que se consideran ingredientes inactivos, pero son importantes para que una pastilla tenga una estructura o para que podamos absorber bien su contenido.

También hay otros compuestos que se utilizan como complemento a la realización de una prueba como parte necesaria de la misma, pero sin efecto realmente en el resultado final. A pesar de considerarse inactivos, estos ingredientes pueden tener efectos sobre la salud.

Este planteamiento es el que ha llevado al residente de cuarto año de Alergología del Hospital Virgen Macarena, Manuel Sobrino, a hacerse con el primer premio de la 52 Reunión Alergosur, el congreso anual de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica, celebrado recientemente.

En la comunicación premiada, denominada Anafilaxia por polietilenglicol, alérgeno oculto más presente de lo imaginado: a propósito de dos casos, Sobrino aborda dos reacciones alérgicas al polietilenglicol, un componente de productos sanitarios y cosméticos, con afectaciones graves en los pacientes y que han permitido teorizar importantes avances en una circunstancia muy infradiagnosticada, clave para descartar posibles alergias a medicamentos.

El polietilenglicol, también llamado macrogol, es un compuesto formado por polímeros hidrófilos de peso molecular variable. Suele ser usado principalmente como principio activo en preparados intestinales para la realización de colonoscopias y también forma parte como excipiente de multitud de productos sanitarios como medicamentos. En los medicamentos se utiliza con el objetivo de mejorar sus características: darle estabilidad, mejorar la solubilidad o la absorción del fármaco. Igualmente, este componente está presente en vacunas y en productos cosméticos por lo que se puede comportar como alérgeno oculto.

En concreto, en los casos motivo del estudio, y que se han saldado con este reconocimiento a nivel andaluz, se observó, por un lado, una grave reacción alérgica en un paciente que se iba a someter a una colonoscopia, para cuyos preparados intestinales se utiliza en un gran volumen este compuesto; y en el otro, con similar afectación, fue una mujer a la que se le inyectó el contraste necesario para la realización de una endoscopia a través del catéter, que también utiliza este componente.

"Dada su ubicuidad, hay que tenerlo en cuenta ante reacciones graves en el ámbito hospitalario, así como ante reacciones adversas múltiples a fármacos de estructura química diferente e incluso ante reacciones a fármacos con tolerancia a otras presentaciones del mismo principio activo", explica el investigador Manuel Sobrino, que ha desarrollado la comunicación junto al jefe del Servicio de Alergología, Pedro Guardia, a los también alergólogos del hospital Amparo Conde, Leticia Domínguez y los residentes Adriana Gómez y Andrés Muro.

"Lo que estamos teorizando con este trabajo es que la amplia presencia que tiene el polietilenglicol en tantos productos con los que estamos en contacto en el día a día puede hacer que nos sensibilicemos y que, cuando tengamos una exposición posterior al mismo, sea cuando nos provoque una reacción", añade

Sobrino indica que, con este hallazgo, en casos muy concretos se le puede dar al paciente con etiqueta de alérgico a ciertos fármacos una alternativa al existir la posibilidad de que esa reacción no provenga del medicamento en sí, sino de su excipiente, totalmente evitable. "Hay veces que hay diagnósticos que no cuadran. Hay pacientes con reacciones a fármacos que entre ellos no tienen ninguna similitud química y consideramos que tiene que haber algo más que se nos escapa por lo que probar este tipo de sustancia puede tener rentabilidad diagnostica", explica.

De momento, la incidencia de reacciones alérgicas a este compuesto se sigue considerando baja, si bien, en los últimos años se viene apreciando un aumento de la misma. "Lo que estamos viendo, aunque sólo hayamos descrito estos dos casos, es que, por ese infradiagnóstico pueda haber muchos más y que, a partir de ahora, hay que tener en cuenta al polietilengicol, así como a otros excipientes, ante casos de reacciones alérgicas idiopáticas", concluye el autor principal del trabajo.

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