El auge de la fotovoltaica dispara los precios de alquiler de tierras de secano en Sevilla

Energías renovables en Sevilla

Fondos de inversión extranjeros están pagando rentas en la actualidad de hasta 1.900 euros por hectárea y año a los dueños de estos suelos por alquileres de 25, 50 y hasta 75 años, frente a los 1.000 euros que se pagaban en los inicios

El parque fotovoltaico más amplio grande de Guillena visto desde un campo de maíz recién recogido.
El parque fotovoltaico más amplio grande de Guillena visto desde un campo de maíz recién recogido. / Juan Carlos Muñoz

Cientos de hectáreas de tierras de cultivo de secano de los municipios de Sevilla que cuentan con grandes subestaciones eléctricas, como Alcalá, Guillena y Carmona, entre otros, se están alquilando a precios cada vez más altos para parques de energía solar fotovoltaica promovidos por fondos de inversión y multinacionales, en la mayoría de los casos de origen alemán, francés, británico, chino o coreano, que a su vez los venden a otros a la velocidad del rayo. Los dueños de las tierras, familias latifundistas o propietarios más modestos, han encontrado en estas rentas una vía de ingresos más segura y estable que la que obtienen por cultivar estos suelos, ya que los alquileres por la fotovoltaica se están cerrando casi al doble de precio que hace unos años y por un plazo de 25 a 75 años.

En Guillena, con dos parques en funcionamiento que suman 150 MW, más otros dos con licencia (100MW) para empezar las obras y cinco más (250MW) en proyecto, las grandes empresas que explotan estos megaparques están pagando en la actualidad hasta 1.900 euros por hectárea y año a estos propietarios agrícolas de secano, muy por encima de las cantidades que abonaban en los primeros contratos (1.100 euros por hectárea y año). Sin embargo, la rentabilidad de la tierra de cultivo no pasa de los 795 a los 1.100 euros por hectárea y año, según datos del Ayuntamiento guillenero. "A algunas familias les ha costado alquilar sus suelos para la fotovoltaica, pero al final han entrado porque tienen alquiler asegurado para 25 años", explica el alcalde, Lorenzo J. Medina (PSOE), que es además licenciado en Económicas.

Algo parecido está sucediendo en municipios como Alcalá de Guadaíra y Carmona, donde las extensiones de parques fotovoltaicos también están creciendo de forma veloz. Alcalá de Guadaíra es uno de los municipios de España con más potencia de fotovoltaica instalada y en funcionamiento (432 MW entre Don Rodrigo I y II, La Isla y Zafra) y hay otros parques más pendientes de licencia (en La Cabrera) que en conjunto ofrecerán otros 200 MW, cuenta Jesús Moral, portavoz del gobierno de Ana Isabel Jiménez (PSOE) y delegado de Urbanismo.

Mantas de placas fotovoltaicas en el parque más grande de Guillena, en la carretera a las Pajanosas.
Mantas de placas fotovoltaicas en el parque más grande de Guillena, en la carretera a las Pajanosas. / Juan Carlos Muñoz
El parque Don Rodrigo II en Alcalá de Guadaíra.
El parque Don Rodrigo II en Alcalá de Guadaíra. / Juan Carlos Muñoz

En Carmona, están funcionando cuatro parques de fotovoltaica que suman 200MW de potencia sobre suelos privados agrícolas: dos ligados a Endesa de 50MW cada uno (Las Corchas y Los Naranjos) así como otros dos de 50MW cada uno de otras empresas. Además hay otros 32 proyectos pendientes de ejecución que ocuparán un 6% de la superficie del término, explica el alcalde Juan Ávila (PP).

Un maná de ingresos para los ayuntamientos

Los dueños de tierras no son los únicos que están ganando dinero con la fotovoltaica. Los ayuntamientos también están recibiendo cuantiosos ingresos por las licencias de obra, por las prestaciones compensatorias que deben pagar estas instalaciones y por los impuestos y tasas anuales que han de abonar estos parques. En Guillena, el parque de 50 Megavatios de potencia, el más pequeño de los dos que están en funcionamiento, se construyó con un presupuesto de 80 millones de euros y ha reportado al Ayuntamiento unos ingresos de 600.000 euros tras las bonificaciones aplicadas, a los que hay que sumar los ingresos que vendrán vía impuestos (IBI, IAE, etc) anuales.

Don Rodrigo II, uno de los cuatro parques fotovoltaicos de Alcalá de Guadaíra, junto a una hacienda de la carretera de Utrera.
Don Rodrigo II, uno de los cuatro parques fotovoltaicos de Alcalá de Guadaíra, junto a una hacienda de la carretera de Utrera. / Juan Carlos Muñoz

A la pregunta de cuáles son los beneficios que reportan estos parques a los municipios donde se implantan, el alcalde de Guillena responde convencido que lo positivo son los beneficios económicos que recibe la localidad y lo negativo es que modifican el paisaje y crean un empleo escaso. En la fase de construcción necesitan abundante mano de obra temporal (hasta 400 o 500 personas) durante el año o año y medio que dura la obra, pero cuando se pone en funcionamiento el empleo fijo que generan es muy reducido. Para un parque de 50MW bastan como mucho 6 empleados y hay servicios, como el de limpieza períódica de las placas, que se subcontrata. El alcalde de Guillena espera que la instalación de 250MW que está en trámite pueda crear una veintena de empleos estables en el municipio.

El Ayuntamiento de Alcalá ve como aspectos positivos los ingresos fiscales que reporta al Consistorio por la vía sobre todo de los impuestos como el IBI, IAE e ICIO. Esa cuantiosa recaudación engrosa aún más el presupuesto anual de la localidad y permite invertir más cantidades en mejorar el municipio, explica Jesús Moral, el delegado de Urbanismo. Moral también ve positivo el empleo que genera en la fase de construcción, aunque sea temporal y no a medio ni largo plazo, y el cambio a una economía basada en las renovables, no en el carbono.

Contraste. Un agricultor en su campo de melones de Guillena junto al parque fotovoltaico más cercano a la Ruta de la Plata (A-66).
Contraste. Un agricultor en su campo de melones de Guillena junto al parque fotovoltaico más cercano a la Ruta de la Plata (A-66). / Juan Carlos Muñoz

El alcalde de Carmona, Juan Ávila, señala que hay más factores positivos que negativos con estos parques fotovoltaicos. Entre los positivos cita el mayor volumen de ingresos para el Ayuntamiento, la producción de energía que no contamina y la entrada de ganado a estos parques que está potenciando el pastoreo.

En efecto otros beneficiados por estos parques son los ganaderos de cabras y ovejas que con las tierras cultivadas no podían pastar con su ganado y con los parques fotovoltaicos sí entran periódicamente y el rebaño mantiene limpias las fincas, explican expertos de organizaciones agrícolas.

¿Hay un boom especulativo?

Expertos consultados aseguran que el auge de la fotovoltaica está provocando un "boom especulativo" parecido al que se registró antes de la crisis por la burbuja inmobiliaria y no saben si se podrán mantener estos precios tan elevados de alquiler o acabarán cayendo antes de los 25, 50 e incluso 75 años por los que se están alquilando las tierras.

Torres eléctricas de alta tensión en el entorno del parque fotovoltaico Don Rodrigo II, en Alcalá.
Torres eléctricas de alta tensión en el entorno del parque fotovoltaico Don Rodrigo II, en Alcalá. / Juan Carlos Muñoz

El alcalde de Carmona rechaza por completo que se pueda hablar de burbuja de la fotovoltaica cuando el único objetivo es aumentar las energías limpias. "No hay una burbuja detrás de estos parques", insiste Juan Ávila antes de señalar que si queremos un cambio climático y no emitir contaminación a la atmósfera esta es una de las vías. Y añade el regidor que la ubicación de estas instalaciones está dirigida por Red Eléctrica Española y la administración regional, y que el Estado controla que no haya una acumulación de parques.

Un paisaje de cristales, placas y torres eléctricas

El aspecto más negativo de esta proliferación, apuntan algunas voces, es que está alterando el paisaje hasta convertirlo en hectáreas de terreno repletas de cristales y placas que recuerdan, en versión más sofisticada, al efecto visual de las extensiones de plásticos de Almería. La abundancia de torres eléctricas de alta tensión genera también un impacto visual negativo.

En Guillena, las lomas más próximas al pantano del Gergal están ocupadas por miles de placas que forman una manta de cristales. Y en poco tiempo tendrá más de 500MW de potencia en parques fotovoltaicos que ocuparán entre 1.200 y 1.500 hectáreas de superficie.

Un operario limpia la superficie de las placas con un rodillo especial, en Guillena, junto a la A-66.
Un operario limpia la superficie de las placas con un rodillo especial, en Guillena, junto a la A-66. / Juan Carlos Muñoz

En Carmona, su alcalde Juan Ávila admite el impacto visual ("Es más bonito un campo de girasoles que 500 espejos, pues sí, pero en este mundo globalizado hay que buscar opciones que nos ayuden a mantener limpio el medio ambiente"). Pero cree que esta alteración del paisaje es inevitable si queremos el beneficio de la energía limpia, y compara este efecto al que generan las torres de telefonía y los molinos de la eólica. Ávila recalca que se está trabajando con la Universidad para que estos parques acojan, en los pasillos de la tierra que quedan libres, el cultivo de fresas, la plantación de especies aromáticas e incluso puedan ser refugio de algunas aves.

En Alcalá de Guadaíra, su delegado de Urbanismo y portavoz del gobierno municipal, Jesús Moral, admite que hay una ocupación del paisaje con las líneas aéreas de alta tensión que requieren estos parques y por las placas sobre el terreno. En su localidad, recalca el concejal alcalareño, se ha modificado el PGOU para impedir la instalación de fotovoltaica en la mitad del término donde están los enclaves naturales más valiosos. Con todo, las organizaciones ecologistas piden que se proteja mucho más de un 50% del municipio.

Vista del parque fotovoltaico Don Rodrigo II, en Alcalá, y la carretera de Utrera.
Vista del parque fotovoltaico Don Rodrigo II, en Alcalá, y la carretera de Utrera. / Juan Carlos Muñoz

El alcalde de Guillena ve inevitable la alteración del paisaje y opina que si la apuesta de Europa son las renovables en algún sitio hay que instalarlas.

El cese de la actividad agrícola

Otra de las cuestiones espinosas del auge de estos parques es que cesa la actividad de las tierras agrícolas donde había trigo, maíz y girasol que proporcionaban jornales. "Como sigan poniendo parques de estos vamos a acabar comiendo cristales", se lamentaba este viernes un vecino de Guillena convencido de que dentro de 25 años la tierra que acoge estos huertos solares "no servirá para nada".

En Alcalá, el Ayuntamiento no ve este nuevo uso de las tierras como un problema porque insiste en que el municipio no es agrícola y vive de espaldas al campo al dominar más las industrias. Sobre este punto, el alcalde de Guillena opina que en su municipio el empleo que daban esas tierras -antes de los parques fotovoltaicos- era bajo porque el algodón, trigo y maíz que se cultivaba se recoge con maquinaria, y señala que hace tiempo que ya no se cultivan los espárragos y los frutales que sí generaban abundante mano de obra.

Un efecto interesante de estos parques sería que sirviera para abastecer de energía renovable a los habitantes del municipio donde se implantan. Pero no es así por ahora. Su compromiso es que la energía que generan la venden a las eléctricas.

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