Los médicos aplauden el aumento de citas presenciales pero piden más personal y recursos
Atención primaria
Los centros de salud recuperan desde hoy la total presencialidad entre los recelos de profesionales por falta de medios y las dudas de los usuarios
Cristobal Coronel es pediatra de Atención Primaria desde hace casi 30 años y pasa consulta en el centro de salud Amante Laffón en Triana. Cuando escucha hablar del nuevo Plan Estratégico de la Atención Primaria en el que se aboga por la vuelta a la normalidad y presencialidad plena en los ambulatorios prácticamente se queda "igual". "Nosotros siempre hemos apostado por la presencialidad y apoyamos la comunicación visual con el paciente. De hecho, nunca hemos dejado de estar en el centro de salud para ver a los que han venido, pero el problema está en la organización", afirma y lamenta que este plan se haya llevado a cabo por el SAS "sin tener en cuenta" a las sociedades pediátricas, por lo que recela de la previsión que se haya podido hacer del impacto de esa presencialidad total en las consultas infantiles, donde la mayoría de pacientes están sin vacunar.
"Recuperando la total presencialidad en los centros de salud es imposible mantener el circuito de limpio y sucio que teníamos hasta ahora y yo me pregunto cómo lo va a entender la población cuando llegue un niño con tos o fiebre que haya cogido su cita y tenga que compartir sala de espera con niños sanos", destaca el pediatra.
El especialista hace así hincapié en recordar que "el virus sigue estando aquí" y que la población pediátrica es "la más susceptible" por la ausencia de vacunas, de momento, para ellos. "Tenemos ganas de trabajar, pero no como antes. Porque tener a cuarenta personas en una sala de espera no va a ser posible", añade.
Los profesionales sanitarios de los centros de salud ven con incertidumbre y muchas dudas el regreso de la plena presencialidad a las consultas andaluzas a partir de hoy por muchas cuestiones. Según el plan del SAS, los enfermeros serán los encargados de atender en un primer momento a los pacientes sin cita que acudan de urgencias y desviarlos a sus médicos en una llamada consulta de acogida.
Desde el Sindicato Médico de Sevilla avisan de que, en un día normal, los médicos de familia tienen una agenda de entre 60 y 70 pacientes, más los avisos a domicilio y las urgencias. Más o menos, el triple de los 20 pacientes que, como máximo, recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y eso sin contar los pacientes que toca repartirse por los compañeros que no están.
"Faltan profesionales", repite una y otra vez el secretario de Atención Primaria del Sindicato Médico de Sevilla, Rafael Gómez, al que lo que le preocupa de verdad no es la presencialidad, sino que no haya médicos suficientes. Y no los hay "porque no se cubre ninguna baja", por lo que la carga de trabajo está "disparatada", y "no se incentiva" al profesional "para que se quede aquí y no emigre fuera de la provincia, la comunidad e incluso el país, por contratos temporales y bajos sueldos".
"Que se recupere la total presencialidad es algo que nos parece perfecto. Somos los primero que queremos que así sea porque hacer diagnósticos a través del teléfono es muy complicado, pero lo que queremos es que se cubran todos los huecos que hay. No puede ser que se anuncien nuevos planes cuando hay zonas donde trabajar es un martirio por la falta de personal. Por ejemplo en el distrito Norte en torno a un 25% de las plazas que tendrían que estar ocupadas por un médico no lo están. En el Aljarafe este porcentaje ronda el 15%. Es decir, hay una media en la provincia de entre un 15 y un 20% de plazas que no tienen titular. Exigimos medios, tiempo y, por supuesto, personal para poder atender a las personas como se merecen y no como nos obligan a que lo hagamos", denuncia el sindicalista.
La desesperación en la principal organización sindical entre los galenos sevillanos es tal que, de hecho, esta misma semana han enviado un escrito al director del Distrito Sanitario Sevilla, denunciando las ausencias de facultativos de los Equipos Móviles que atienden las urgencias en la capital, al que se le suma otro escrito, dirigido al presidente del Comité de Seguridad y Salud de los Distritos de Atención Primaria Sevilla Norte y Aljarafe, donde denuncian la "grave situación" de la Unidad de Gestión Clínica de Carmona donde la "insuficiencia crónica" de su plantilla médica se habría visto agravada en los últimos días con más de 10 ausencias no cubiertas de un total de 28 facultativos, según denuncian desde el sindicato.
"Lamentablemente, no nos encontramos ante casos aislados, sino ante un grave problema estructural de la Atención Primaria sevillana y andaluza. Situaciones como estas se producen en numerosos centros de salud. La reducción de las plantillas provocada por las ausencias no cubiertas está alcanzando dimensiones insostenibles, mientras el SAS niega el deterioro de la Atención Primaria y, en consecuencia, sigue sin adoptar ninguna medida para corregir este grave problema", concluyen fuentes del sindicato.
Con el diagnóstico del portavoz de Atención Primaria del Sindicato Médico coinciden más profesionales y organizaciones médicas. Alejandro Pérez Milena es presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina de Familia y Comunitaria (SAMFyC) y médico de cabecera e igualmente defiende que "los primeros que quieren recuperar la presencialidad en las consultas son los médicos", pero subraya, "no se puede volver a lo anterior". "No podemos permitir que se vuelva a las agendas de 50 ó 60 pacientes esperando para ser vistos y salas de espera llenas. Y eso, probablemente, es lo que va a ocurrir porque por muchos planes estratégicos que se establezcan si no hay personal humano, si no hay médicos de familia suficientes, que no los hay, pues no se podrá atender de forma adecuada y con calidad. Lo que hay es un problema estructural y va más allá de la presencialidad o no", afirma el sanitario e insiste en que los centros de salud de atención primaria "han estado trabajando siempre" e, incluso, "echando horas extras para llegar a todos los pacientes", añade.
También el presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Alfonso Carmona, aplaude la mayor presencialidad en los centros de salud, pero con matices. "Es una magnífica noticia y que tenía que haberse recuperado incluso antes La asistencia telefónica ha sido un buen avance que ha llegado para quedarse, pero está claro que el médico como mejor trata a sus pacientes es viéndolos, hablando con ellos, tocándolos y prescribiendo un tratamiento según escuche y vea. Lo que sí lamento es que coger una cita sea algo similar a buscar una aguja en un pajar. Espero que esto con estas decisiones se empiece a corregir de la forma más rápida posible porque los pacientes lo que quieren es tener un trato directo y cercano con su médico", sostiene.
La consulta telefónica se instauró al inicio de la pandemia como una medida extrema para proteger a los profesionales y a los usuarios. Los sanitarios remarcan que "nunca se ha cerrado la Atención Primaria" y que "siempre se ha visto al paciente de forma presencial cuando lo ha requerido", ahora bien, son partidarios de sacar la parte positiva de esas consultas a distancia. "Han resultado muy eficaces para evitar esperas innecesarias a los pacientes y sales de espera llenas para determinadas consultas, pero, evidentemente, no para todas. Los médicos de familia queremos ver al pacientes, poder escucharlos, explorarlo, y los pacientes también nos piden que los veamos de forma presencial", remarca el presidente de la SAMFyC y coincide el resto de profesionales consultados.
No sólo los profesionales recelan del anuncio de la Junta. Carmen, usuaria del centro de salud del Alamillo, que prefiere no revelar más datos personales, lamenta haberse tenido que desplazar al ambulatorio por la imposibilidad de coger una cita por un dolor muscular. "No es algo que no me deje vivir, pero si tengo un daño muscular lo normal es que no tarden en darme la cita más de lo que va a durar el dolor, es de lógica", asegura la mujer, cuyo testimonio es apoyado por otro grupo de mujeres que esperaban ayer a la puerta del ambulatorio y que confían en que "se recupere lo que había antes" porque "de toda la vida el médico ha tenido que ver al paciente para saber qué le pasa". No obstante, los hay todavía muy precavidos, como Juan Sánchez, de 72 años, que aboga por "no bajar la guardia" y mantener las medidas de seguridad y recela del aumento de personas con distintas patologías en las salas de espera "porque no hay que olvidarse de que el virus sigue estando".
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