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El asesinato del Vaca es el quinto homicidio en Sevilla en 2022

Dos de los casos ocurrieron en las Tres Mil Viviendas, y en un tercero el agresor y la víctima eran de este barrio

El primero fue el asesinato machista de la Macarena, al que siguió el matricidio de Padre Pío

Muere en el hospital el hombre que recibió un tiro en la cara en el Polígono Sur

El cordón policial junto al centro de transformación de luz donde aparecieron dos cadáveres. / Juan Carlos Vázquez

El asesinato del hombre tiroteado el pasado lunes en las Tres Mil Viviendas es el quinto homicidio cometido en Sevilla capital a lo largo de 2022. David D. A., alias el Vaca, de 36 años, falleció este miércoles en el Hospital Virgen del Rocío, dos días y medio después de que recibiera un disparo en la cara en la calle Viento del Pueblo, en la zona del Polígono Sur conocida como los Marrones.

Los cuatro casos anteriores fueron resueltos por el Grupo de Homicidios, que mantiene abierta ahora la investigación para localizar al asesino del Vaca. Dos de ellos fueron crímenes machistas y los otros dos se produjeron también en el seno de la familia. El primero de este año tuvo lugar en la calle Ágata, en la Macarena, el 25 de abril, aunque el cuerpo de la víctima no se encontraría hasta finales de junio. Virginia G. T., de nacionalidad boliviana y de 51 años, murió asfixiada en manos de su ex pareja, AlfredoG. C., también boliviano.

El presunto autor del crimen envolvió el cadáver en unos plásticos negros y lo trasladó en una carretilla hasta el río Guadalquivir, donde lo ocultó entre unos juncos. Fue allí donde lo descubrieron los agentes del Grupo de Homicidios el 21 de junio, después de que estrecharan el cerco sobre el asesino y éste terminara confesando. La Policía sospechó de la ex pareja de la víctima desde el principio.

El segundo homicidio ocurrió en el barrio de Padre Pío el 19 de mayo. Un hombre de 49 años, José L. C., acabó presuntamente con la vida de su madre, AmaliaC. L., de 72. La estranguló con un cinturón a las siete y media de la mañana en el domicilio familiar de la calle La Roda de Andalucía. Unos minutos después, llamó al 091 para informar de lo que había hecho. Los agentes descubrieron el cadáver y detuvieron a José, que confesó el crimen y no hizo en ningún momento por escaparse.

El tercer caso fue el 13 de agosto, cuando aparecieron los cadáveres de una pareja en un transformador abandonado de la calle Manuel Velasco Pando, próxima al centro comercial Los Arcos. La Policía confirmó que se trataba de un crimen machista, en el que él había matado a su pareja y se había suicidado después. Se trataba de una pareja residente en las Tres Mil Viviendas que llevaba unos días residiendo en el transformador.

A principios de septiembre hubo otro homicidio en las Tres Mil Viviendas. La tarde del día 5 del citado mes, la Policía acudió a un domicilio de Los Pajaritos, donde un conocido delincuente, Francisco G. M., de 33 años y apodado el Monte, había propinado una paliza a su mujer. Los agentes se entrevistaron con la víctima y la trasladaron a casa de su madre, al Polígono Sur.

Esa noche, el agresor fue a buscar a su mujer, a la casa de la madre, en la calle Maese Pérez. Allí estuvo increpando a su pareja y gritándole para que bajara. Como ella no salía, comenzó a romper los cristales y pinchar las ruedas del coche de su suegro, José Manuel M. G., padrastro de su mujer.

Al ver que le estaban destrozando el coche, este hombre bajó y comenzó a discutir con su yerno. Éste se marchó, pero volvió después con dos cuchillos. Se dirigió a su suegro y le asestó dos puñaladas por la espalda. Una de ellas le dio en el costado y otra en las lumbares. Una de las lesiones le llegó a órganos vitales y fue mortal. Acto seguido, el agresor se marchó del lugar. La Policía detuvo horas después al agresor en Los Pajaritos.

A estos cinco homicidios hay que sumarles al menos tres cometidos en la provincia. Uno de ellos ocurrió en Dos Hermanas, donde un hombre mató a su mujer y se suicidó en la casa en la que ambos compartían. Otro fue en Alcalá de Guadaíra, donde apareció un cadáver colgado en un árbol y luego se descubrió que el agresor había matado a la víctima para robarle una pensión. Y en Coriadel Río el Grupo de Homicidios descubrió el cadáver de un joven que llevaba meses desaparecido, en una investigación en la que los policías fueron recibidos a tiros en un registro.

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