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El arte como aliado para humanizar entornos asistenciales

salud

Salud Mental del Hospital de Valme desarrolla un proyecto de intervención mural participativa dirigida a humanizar espacios a través del arte de los muralistas Pepe Yáñez y María Ortega

Hospital de Valme: cuando la humanización forma parte de la medicina diaria

Los dos artistas en el desarrollo de murales en el patio de Hospitalización de adultos / M. G.

"El color, los elementos visuales y la armonía en un espacio de estas características favorecen la sensación de bienestar y ayudan a mejorar y acelerar el proceso de sanación física, mental y emocional de los pacientes".

Quienes hacen esta valoración son los muralistas Pepe Yáñez y María Ortega y se refieren a la nueva iniciativa integrada en el programa de Humanización Asistencial del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, materializado en su Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil y el área de Hospitalización de adultos del Hospital de Valme, a través del arte. De sus obras de arte.

El área de Salud Mental del hospital sevillano ha puesto en marcha en estas dos áreas el proyecto Todas las Mentes son Mágicas del artista sevillano, con co-creaciones de María Ortega. Un prototipo para humanizar, mediante el arte, y brindar a los pacientes un acompañamiento en su enfermedad dotado de esperanza. "Se trata de conceptuar el arte como un lenguaje universal y una terapia para canalizar emociones", añaden los muralistas.

De ahí que se decanten para el desarrollo de este proyecto por la técnica de murales colaborativos, es decir, una forma de trabajar en equipo con la que los pacientes y profesionales sanitarios han podido dejar su impronta a través de brochas y pinceles, favoreciendo la improvisación desde la visión de un espacio vital y emocional diferentes.

Taller colaborativo con pacientes y profesionales de la Unidad de Hospitalización de adultos. / M. G.

Para ello, previamente a cada intervención mural, ambos artistas plásticos realizan un taller con los pacientes y personal sanitario que participarán en el proceso pictórico. En él muestran los bocetos, explican los procedimientos, los materiales y promueven la generación de palabras y conceptos que tendrán su reflejo plástico en los murales.

Los materiales empleados han sido la pintura plástica, preparada para perdurar frente a las inclemencias del tiempo a las que suelen estar sometidos los murales. Pinturas acrílicas y spray, materias primas con las que ambos artistas han conseguido plasmar su propio lenguaje.

El resultado es un proyecto donde se fusionan dos perspectivas artísticas que se complementan con la traslación de diferentes percepciones. María trabaja más con los verdes, su poética está muy relacionada con la naturaleza a modo de poema visual. Trabaja con la emoción que desprende la vegetación, simplificando su lenguaje, con una paleta muy definida de colores verdes y esmeraldas. Mientras que Yáñez opta por un lenguaje más descriptivo que resalta los detalles y deja paso a la improvisación en los fondos. Para ello, usa una paleta de colores que aporta serenidad y calma. Dos conceptos que constituyen la brújula de lo que en esencia ambos artistas han querido transmitir.

Los muralistas junto a personal sanitario en el patio de la Unidad de Hospitalización de adultos con los murales al fondo. / M. G.
El pasillo de las consultas de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil. / M. G.

Los autores han elegido gamas cromáticas diferentes dependiendo de la emoción que quieren despertar en cada espacio. Así, para la zona exterior del patio de Hospitalización de Salud Mental de adultos se han basado en verdes, tierras, ocres y amarillos para transmitir calma y respiro. Esta misma gama cromática se ha elegido para el tramo de subida de la USMIJ a la zona superior; mientras que la entrada de este dispositivo asistencial se ha centrado en verdes y azules para trasladar armonía y vida. Por su parte, el hall y pasillos de la USMIJ disponen de gama cromática de azul de fondo imaginando sueños y emulando constelaciones.

Pepe Yáñez y María Ortega son dos muralistas que disponen de amplia experiencia para instrumentalizar el arte como herramienta de transformación para dotar las instalaciones de sensación de tranquilidad y amenidad para pacientes, familiares y profesionales. 

El sevillano vincula estrechamente su obra al periplo vital, al viaje y a la interacción de su trabajo con el espacio habitado, las artes escénicas y el compromiso socio-ambiental a través de su experiencia en el entorno de comarcas indígenas y barrios peri-urbanos. En el campo del mural participativo, su trabajo se desarrolla en espacios hospitalarios, educativos, vecinales, penitenciarios y en la humanización de numerosos espacios públicos y privados. Mientras que la artista cordobesa afincada en Sevilla realiza murales de intervención comunitaria en diversos contextos: hospitalarios, barriadas periféricas, campamentos refugiados del Sáhara Occidental y numerosos centros educativos de todo el panorama nacional.

En cualquier caso, su trabajo en esta intervención muralista es el exponente más reciente de la línea de Humanización Asistencial trabajada durante los últimos años por el servicio de Salud Mental del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla que dirige Matilde Blanco, quien pone en valor el esfuerzo que se está realizando en la zona en la tarea de complementar la calidad asistencial con la humanización de la asistencia "dignificando espacios y dotándolos de un ambiente cercano y amable".

En esta línea, fuentes del área destacan que se ha materializado, por un lado, la actualización de protocolos asistenciales, incluyendo las opiniones de los pacientes y las sugerencias de familiares en pro de la optimización de la asistencia ofrecida a través de sus profesionales; y, por otro, en virtud a ello, se han mejorado espacios habitacionales de diferentes dispositivos de Salud Mental distribuidos en el Área Sanitaria Sur de Sevilla y también han implementado más variedad de actividades.

En concreto, en Hospitalización de adultos del Hospital de Valme, además de hacer más ameno el patio exterior con murales relajantes inspirados en la naturaleza, se ha intervenido en la modernización de las instalaciones interiores adaptándolas a las necesidades más actuales establecidas por la Comunidad Europea. Es el caso de aseos, puertas, monitores de televisión, etc. Al mismo tiempo, se ha potenciado la dinamización de actividades con pacientes a través del refuerzo de monitoras en horario de tarde.

En la Comunidad Terapéutica de Salud Mental del Hospital El Tomillar, por su parte, se ha renovado el mobiliario y también implementados los baños asistidos. Y, en la Unidad de Salud Mental Comunitaria de Dos Hermanas, se han diferenciado espacios asistenciales por grupos de adultos e infantiles, y en el dispositivo de Utrera se han humanizado espacios infantiles con vinilos decorativos.

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