La Armada francesa intercepta en el Caribe un alijo de cocaína destinado a entrar por el Guadalquivir

Un sevillano y tres colombianos son detenidos con 9 toneladas de droga en alta mar, a 1.300 kilómetros de Martinica

Los narcos que vigilaban el histórico alijo de La Puebla del Río tenían formación paramilitar y armas de guerra

La cocaína intervenida en el Caribe.
La cocaína intervenida en el Caribe. / Fuerzas Armadas francesas en las Antillas

La Armada francesa interceptó el pasado 10 de enero un alijo de nueve toneladas de cocaína que presumiblemente estaba destinado a entrar en España por el río Guadalquivir. La operación finalizó con cuatro detenidos, tres ciudadanos colombianos y un español. La droga iba en un barco mercante que fue abordado por una patrullera de la Marina gala en alta mar, a unos 1.300 kilómetros de la isla de Martinica, según informó hace unos días el ministro francés de Defensa, Sébastien Lecornu. La intervención corrió a cargo de la patrullera La Confiance de la Marina Nacional, con base en las Antillas francesas.

Según la publicación especializada Narcodiario, el español detenido es sevillano. Fue trasladado, en compañía de los tres colombianos arrestados, a Fort de France, la capital de Martinica, para pasar a disposición judicial. La droga se encontraba en 250 fardos en la bodega del barco. La Armada francesa añadió además que esta fue la primera operación contra el narcotráfico en 2025 en las Antillas, después que el año pasado se incautaran en la zona más de 28 toneladas, una cifra récord.

El hecho de que el detenido sea sevillano avala la hipótesis de que la droga pudiera tener como destino el río Guadalquivir, que se ha convertido en los últimos meses en una autopista de entrada de la cocaína en Europa. El pasado viernes, la Policía Nacional y la Guardia Civil informaron del alijo de casi tres toneladas de cocaína en unas naves aledañas a un restaurante del poblado de Colinas, en La Puebla del Río. Tres ciudadanos colombianos fueron detenidos, en una operación en la que se intervinieron también cuatro fusiles de asalto AK-47 o kalashnikov.

El 27 de diciembre, la Guardia Civil desarrolló otra gran operación en una finca de Coria del Río, donde se localizaron siete toneladas de cocaína soterradas en contenedores de transporte marítimo. En menos de un mes, por tanto, las autoridades españolas se han incautado de casi diez mil kilos de esta droga en el entorno del río Guadalquivir, que hasta hace poco era un territorio reservado al tráfico de hachís. También aquí se intervino un kalashnikov, armas de guerra que los narcos usan para proteger la droga ante posibles robos de mercancía, conocidos como vuelcos.

Estos alijos, junto con el del Ejército francés en el Caribe, ponen de manifiesto el Guadalquivir como una vía principal de entrada de la cocaína en Europa, a través de narcolanchas y en grandes cantidades. Los cárteles colombianos parecen haber descubierto las ventajas del río, que por su propia orografía supone un lugar muy difícil de vigilar. La presencia de un sevillano en el barco apresado cerca de Martinica revela unas alianzas entre las organizaciones que controlan la producción y distribución de cocaína en origen y los clanes locales que controlan el Guadalquivir, que tradicionalmente trabajaban el hachís pero que ahora se han pasado a un negocio mucho más lucrativo, como es el polvo blanco.

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