Archivan la investigación de la muerte de un mantero cuando huía de la Policía en Sevilla

El vendedor, de origen senegalés, falleció ahogado en el río la tarde del 29 de diciembre

El jefe de la Policía Local dice que el mantero se arrojó al agua de "forma sorpresiva"

Los bomberos sacan el cuerpo del mantero del río.
Los bomberos sacan el cuerpo del mantero del río. / David Arjona / EFE

El juzgado de Instrucción número 17 de Sevilla ha archivado la investigación de la muerte de Mahmoud Bakhoum, un ciudadano senegalés de 43 años que falleció ahogado en el río Guadalquivir la tarde del 29 de diciembre de 2024. Bakhoum era un mantero que vendía camisetas falsas en el centro de la capital andaluza y se arrojó al río cuando huía de la Policía Local. El juzgado dictó un auto el pasado 23 de enero acordando el archivo provisional de la causa, según confirmaron a este periódico fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

La muerte de Bakhoum tuvo lugar sobre las cuatro y media de la tarde del citado día en el Muelle de Nueva York. Poco antes, el vendedor se encontraba, en compañía de otras personas, vendiendo camisetas de distintos equipos de fútbol en la avenida de la Constitución, a la altura de Correos. Sobre las cuatro de la tarde, varios agentes de la Policía local establecieron un dispositivo para evitar esta actividad ilícita, formado por agentes de paisano. Sin embargo, al ver a dos motoristas uniformados de la Policía Local, los manteros, unos doce en total, salieron corriendo en dirección al Paseo de Colón y al Muelle de Nueva York, según explica el atestado policial, al que tuvo acceso este periódico.

Los agentes dieron una batida por la zona próxima al río y vieron a uno de los manteros cargando con dos hatillos sobre sus hombros, a la altura de la glorieta de los Marineros. El hombre se dirigió hacia la terminal de cruceros del Puerto, momento en el que fue seguido a pie por cuatro agentes y por dos policías a bordo de un vehículo. Los primeros entraron por el Muelle de Nueva York y los segundos por la calle Santiago Montoto. Éstos últimos salieron del coche para tratar de interceptar la carrera del mantero.

Cuando éste llegó a la altura de la zona inferior del restaurante Maquiavelo, detuvo la carrera. Estaban a unos 25 metros de él los dos policías del coche. Los agentes le indicaron varias veces que tirara los hatillos y se tranquilizara. El senegalés hizo un amago de volver sobre sus pasos, pero de nuevo se detuvo al ver a lo lejos a los otros cuatro policías, que llegaban desde el lado contrario.

Poco a poco se fue acercando a la zapata del río, siempre sin soltar los hatillos. Los policías le pidieron que tuviera cuidado. De forma sorpresiva, como explicó este lunes el jefe de la Policía Local, el hombre se agachó junto a un noray para asirse al mismo y deslizarse verticalmente hacia el agua. En ese punto concreto, la altura hasta el río era de unos cuatro metros de altura.

Los agentes salieron corriendo hacia la posición del vendedor, al que ofrecieron la mano para que se sujetara y se agarrara a ellos. En ese momento llegaron dos policías más y, ante los cuatro agentes, el mantero soltó las manos del noray y cayó al agua. Dos de los policías se desprendieron de los chalecos antibalas, zapatos y cinturones para lanzarse al río y tratar de rescatarlo, mientras que otro solicitaba la presencia de los bomberos.

Los policías iniciaron maniobras de buceo intentando palpar algo en su inmersión, sin éxito. Lo repitieron hasta en seis ocasiones, llegando al límite de sus posibilidades, sin que ninguno pudiera tocar ni el cuerpo ni las pertenencias de Mamouth. La visión dentro del agua era casi nula, sobre todo cuando descendían en vertical. Los policías no sufrieron lesiones, más allá de los síntomas de hipotermia tras haber estado dentro del agua y por el frío que hacía fuera.

Uno de los hatillos del mantero fue recuperado por un piragüista, que lo entregó a la Policía. Era una bolsa de plástico negra con 34 camisetas de diferentes clubes y selecciones de fútbol, prendas todas ellas falsificadas y que, mojadas, pesaban mucho. Eran ocho camisetas del Betis, cuatro del Sevilla, seis del Real Madrid, ocho del Barcelona, dos del Málaga, dos de la selección española y cuatro de la argentina. Todo este material ha quedado depositado en las dependencias policiales.

La hora aproximada a la que el hombre se arrojó al agua, y que figura en las diligencias, fue las 16:25. Los Bomberos llegaron al lugar a las 16:40. Lanzaron una pequeña barca neumática al agua con dos buzos, que se sumergieron en busca del cuerpo del ahogado y lo rescataron. También llegó al lugar de los hechos un patrullero de la Policía Nacional y ya después varias unidades de la Policía Judicial y Científica, así como la comisión judicial que ordenó el levantamiento del cadáver. Un turista navarro que se encontraba en la zona fue testigo de los hechos.

La autopsia practicada al cadáver en el Instituto de Medicina Legal confirmó que el mantero había muerto ahogado. En su cuerpo no se encontró ningún signo de violencia. La muerte del vendedor generó una ola de protestas de la comunidad senegalesa, algunos de cuyos miembros acudieron a la Jefatura de Policía Local la misma noche de los hechos. Al día siguiente hubo una protesta en el centro de la ciudad en la que estuvo a punto de intervenir la Policía, pues un grupo de personas quiso cortar el tráfico en el Paseo de Colón. Muchos de los compañeros del fallecido exigían una "investigación imparcial y justa" y pedían que cesara el hostigamiento policial contra los manteros en el centro de Sevilla.

Varios sindicatos de la Policía Local se han querellado contra algunos representantes políticos, como el portavoz de Adelante Andalucía en el Parlamento andaluz, José Ignacio García, que habló de "racismo institucional y violencia policial" para referirse a este asunto.

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