El aprobado de los despachos
Sindicatos y directores critican que en las reclamaciones de los alumnos la Junta tenga más en cuenta aspectos burocráticos del centro que el esfuerzo realizado durante el curso
Aprobar en los despachos. Los últimos casos conocidos de alumnos sevillanos que han conseguido su titulación mediante una reclamación en la Delegación de Educación han originado una polémica que, al margen del rifirrafe político, vuelve a situar a la Administración educativa en el blanco de las críticas de los docentes al considerar que con tales resoluciones se cuestiona la autoridad de éstos y su labor dentro del aula. El propio delegado de Educación, Francisco Díaz, intentó quitarle hierro al asunto el pasado lunes durante la presentación del proceso de escolarización en la provincia al asegurar que estos casos son sólo "un pequeño lunar en el gran traje de flamenca que es la educación andaluza."
Aunque la expresión no es la más adecuada al referirse a la enseñanza de los menores, lo cierto es que si se atiende a los datos que su propio departamento ha facilitado, el total de reclamaciones presentadas durante el curso pasado sólo suponen el 0,06% del alumnado. De las 290 que se registraron durante este tiempo, sólo 55 fueron estimadas, es decir, menos del 19%. Estas cifras son las que sirven al delegado de Educación -departamento que no ofreció el balance de reclamaciones de años anteriores- para considerar insignificante el número de estudiantes que consiguen aprobar asignaturas y titularse mediante dicho procedimiento.
Al margen de los números, los casos de los alumnos del IES Los Álamos y del Colegio Aljarafe ha creado un gran malestar en la comunidad educativa al ponerse en tela de juicio la labor docente, lo que ha provocado que la asociación de padres del primer centro educativo se posicionara a favor del profesorado de dicho instituto. La polémica ha llegado a los sindicatos. El secretario general de enseñanza de CCOO en Sevilla, Miguel Albéndiz, aclara que la reclamación es "ante todo un derecho que tienen las familias dentro de un sistema garantista", tras lo cual califica de "chocante" el procedimiento que emplea la Administración, "basado más en la documentación que en el contacto diario con el alumno".
Albéndiz pone como ejemplo el caso del alumno aprobado en el IES Los Álamos de Bormujos, en el que "no se valoró tanto la calificación obtenida por el estudiante sino la falta de documentación solicitada al centro". El representante sindical asegura que "uno de los motivos para que se invalidara el informe del instituto era la falta de la firma de la tutora del alumno en el acta, una rúbrica imposible, ya que en el momento de solicitarla esta docente no ejercía como tal al ser uno de los 4.500 interinos de los que la Junta prescindió por los recortes del Gobierno, lo que demuestra el desconocimiento de la comisión de reclamaciones".
En este sentido, hay que señalar que el procedimiento establecido para los alumnos que no están conformes con sus calificaciones contempla dos instancias. En la segunda de ellas, cuando se llega a la comisión técnica, el centro debe adjuntar hasta 12 documentos, la mayoría de ellos relacionados con el trámite seguido y el sistema de evaluación empleado. Una ingente labor burocrática cuidada al detalle, porque de lo contrario supone que la reclamación prospere automáticamente.
El exceso de celo de la Junta en la documentación a la hora de valorar una reclamación también es motivo de crítica por parte de la Asociación de Directores de Institutos de Andalucía (Adian). El vocal de este organismo en Sevilla, Pedro Arias, recuerda que "los profesores en el aula son más docentes que administrativos" y cuestiona que se le otorgue la razón a un alumno "por el simple hecho de que un profesor no dejó constancia de cómo a iba a evaluarlo". Para Arias, todavía son más alarmantes casos en los que "la comisión ha aprobado a estudiantes que han faltado bastante a clase y no se ha valorado el esfuerzo diario".
Aún más crítico se muestran desde la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA) que consideran que con la decisiones tomadas por la comisión de reclamación "la Junta sólo fabrica jóvenes ni-ni convencidos de que en la vida todo se consigue a base de protestas y rabietas".
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