Apagones en Palmete: "Tuvimos que tirar toda la comida de Nochevieja porque se fue la luz"
Decenas de vecinos denuncian interrupciones diarias del suministro, con cortes que les han afectado en las fechas más señaladas de la Navidad
Buena parte de la población del barrio es de avanzada edad, que sufre especialmente la falta de electricidad
Las fotos de los afectados por los cortes de luz en Palmete
"Pagamos nuestras facturas, pero no tenemos derecho a un bien básico como la luz"
Palmete, crónica de un abandono
Decenas de vecinos de Palmete se ven afectados diariamente por cortes de luz durante este invierno. Muchas familias de este barrio obrero y periférico de Sevilla se han visto obligadas a celebrar a oscuras la Nochebuena, la Nochevieja y el día de los Reyes Magos, pues sufrieron apagones en las horas claves. "La comida que teníamos preparada la tuvimos que tirar", dice Diego Ángeles, vicepresidente de la asociación cultural recreativa Tercera Edad de San José de Palmete y la Doctora, a quien una sobrecarga al volver el suministro le estropeó el frigorífico, con sólo tres años de antigüedad.
Numerosos vecinos del barrio se han concentrado el mediodía de este miércoles en la calle Compasión, una de las más afectadas por los apagones. En esa misma calle trabaja un electricista que, subido a una escalera, prepara la instalación de una de las casas. Se trata de domicilio de un vecino ciego como consecuencia de una diabetes, en la que es fundamental que haya luz.
El problema no es nuevo, pero en invierno se recrudece por las bajas temperaturas y la mayor demanda energética. En esta parte del barrio, aseguran, no habían ocurrido cortes de luz hasta el pasado verano, coincidiendo con unas obras en otra zona. Sin embargo, en otros puntos de Palmete sí llevan varios años afectados por este asunto. La causa del problema es la sobrecarga por parte de una serie de viviendas en las que existen plantaciones de marihuana. Los vecinos no lo niegan, pero entienden que siguen pagando religiosamente sus facturas y no hay derecho a que sufran cortes de luz continuamente, algunos de ellos bastante prolongados.
"Las plantitas sí, eso es lo que nos dicen. Pero nosotros somos trabajadores, vinimos de los pueblos e hicimos nuestras casas sin que nos dieran ni un saco de cemento. Pagamos nuestros impuestos y todo lo que nos piden, no se nos puede hacer esto", dice Manuela Montero. Su tocaya, Manuela Gadea, tiene que dormir conectada a un respirador porque padece apnea del sueño. "Me paso toda la noche despierta, toda la noche dando vueltas y mirando si viene la luz. Llevo así cuatro noches".
Buena parte de la población afectada es anciana. Dicen que se colocan dos y tres mantas para pasar las noches en unas casas en las que las temperaturas pueden bajar en algunos momentos hasta los tres o cuatro grados. "Con guantes estamos". Marisol vive con sus padres, octogenarios, en la calle Compasión. "Mi padre tiene 88 años y está operado de corazón. Mi madre tiene 84 y está impedida. Yo soy su cuidadora. El otro día, por la noche, fue mi padre al baño y se fue la luz. Se cayó, escuchamos un porrazo y cuando salí me lo encontré tirado en el suelo. Si yo no llego a vivir con mi padre, él se muere ahí, porque no se podía levantar ni pedir auxilio. Esto es inhumano".
"Llamamos y nos dicen que la avería es nuestra, de la casa, cuando está toda la calle sin luz. O que no hay ninguna incidencia", explica Conchi Pardillo. Diego Ángeles muestra más de una decena de reclamaciones, en las que tiene anotadas todas las incidencias y la duración de los apagones. El de Nochevieja duró 24 horas. El día de los Reyes Magos hubo otro de 19 horas. El resto suele demorarse entre tres y cuatro horas, en la mayoría de los casos.
"Pagamos por un servicio que no tenemos. Si hay plantaciones de droga es un asunto que tiene que resolver la Policía, o los jueces, pero no nosotros", apunta otra vecina de la calle Serenidad. Eva, otra vecina de Compasión, lamenta que tiene a su hijo enfermo con gripe en su casa, en muchas ocasiones sin luz y con temperaturas muy bajas. "Y tampoco tenemos pediatra desde antes de Navidad. Ya son varias faltas injustificadas las que lleva en el colegio, porque no sé cómo justificarlo. Los hospitales están colapsados", cuenta esta mujer, que es pensionista y difícilmente llega a fin de mes. "Tenía un televisor y ya no lo tengo, se ha quemado con las subidas y las bajadas de la luz".
Asun tiene un bebé de tres meses, que sostiene muy abrigado en esta fresca mañana de enero. Hace unos días tuvo que tirar toda la leche que se había sacado horas antes, que había guardado en el frigorífico. Se fue la luz y se perdió la cadena de frío. "No me atreví a dársela después". "Nosotros tuvimos que tirar la cena de Nochevieja, pero no yo sólo, sino casi toda la calle".
En la reunión vecinal aparece un hombre con una lámpara de batería recargable, recién comprada por 7,90 euros. "La acabo de comprar porque sé que esta tarde se nos va a ir otra vez". Otra residente en el barrio le comenta que funcionan muy bien, dan bastante luz y tienen mucha autonomía. "Yo tengo ya tres". En las casas también hay bombonas de camping gas preparadas para cocinar ante un eventual apagón. "Muchos ni siquiera se pueden agachar ya", apunta Diego Ángeles, que bromea sobre el negocio que sale ganando con este problema: el de los repartidores de comida. "Nunca he visto tantas motos trayendo pedidos como estos días. A esos no les interesa que venga la luz".
Endesa invirtió casi tres millones de euros en la zona
En Palmete, donde se registra una media de fraude del 40%, según fuentes de Endesa, la inversión realizada por la compañía ha ascendido a cerca de 2,9 millones de euros, con una decena de obras a lo largo de 12 kilómetros de cableado de baja y media tensión y la instalación de tres nuevos centros de transformación en las calles Algaba, Bollullos, Padre Garcia Minguel y Carmen Vendrel.
Además de estas inversiones, Endesa sigue participando en todas las mesas de trabajo activas con el fin de buscar soluciones conjuntas a esta problemática y trabaja de cerca con las fuerzas de seguridad con las que el año pasado han realizado cerca de 60 actuaciones relacionadas con las plantaciones de marihuana en Sevilla. Gracias a estas intervenciones la red eléctrica registra unos descensos de consumo de hasta un 60%, lo que se traduce en un funcionamiento normal de las instalaciones.
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