"Que los 'antivacunas' vayan allí donde los niños mueren por una diarrea"
Alfonso Carmona. Director del Instituto Hispalense de Pediatría.
Dirige el IHP, centro privado de referencia en la ciudad en especialidades de Pediatría y punto de referencia internacional en el desarrollo de ensayos clínicos de vacunas. Comenzó con una consulta y hoy tiene más de 200 trabajadores.
LAS reminiscencias africanas son constantes en su despacho, en la sede de la Fundación del Instituto Hispalense de Pediatría. África y sus niños tienen atrapado al doctor Alfonso Carmona. Desde hace una década, cada año, visita el continente africano para llevar vacunas allí donde no hay acceso a la inmunización, inyecciones que han logrado eliminar graves enfermedades en el llamado Primer Mundo. Una epidemia de meningitis ha conducido al doctor Carmona hasta Costa de Marfil, hace unos veinte días, para participar en una campaña de vacunación. El centro privado que dirige en Sevilla, el Instituto Hispalense de Pediatría, es punto de referencia internacional en el desarrollo de vacunas.
-¿Cómo germinó la idea de crear el Instituto Hispalense de Pediatría?
-Nació hace treinta años, cuando regresé a Sevilla, tras cinco años en Linares. En aquellos años percibí que la población necesitaba más. Había desabastecimientos y faltaban consultas. En Sevilla, con el apoyo de la clínica Sagrado Corazón y de la doctora Amparo Morillo, comencé a formar un servicio de pediatría.
-Comenzó con una consulta.
-Sí. En 1985. Primero fue una consulta, que fue creciendo. Al principio sólo me llamaban para los partos complicados. El primer año trabajé todos los días las 24 horas. Se crearon las Urgencias. Y en 1992 se fundó el Instituto Hispalense de Pediatría.
-Una consulta convertida hoy en una red de centros.
-El Instituto Hispalense de Pediatría tiene hoy todas las especialidades pediátricas. Tenemos presencia también en Córdoba, Granada, Cádiz y Huelva, con más de 200 empleados.
-Comprobó que era necesario potenciar la pediatría.
-Cuando comenzó a germinar el proyecto me pareció importante dar respuesta a niños sin cobertura en la Seguridad Social como son los pacientes de Muface.
-¿Cuál es su análisis de la pediatría hoy en Sevilla?
-No hay diferencia entre la sanidad pública y la privada. Considero que la medicina es buena o mala. Quizás lo que diferencia a la sanidad privada es la rapidez para dar respuesta. Tenemos menos presión y menos burocracia. En el Instituto Hispalense de Pediatría trabajamos en consonancia con la sanidad pública. En determinadas especialidades como Oncología Médica, el servicio público tiene lo mejor, y le derivamos los pacientes. Todos los pediatras en el Instituto Hispalense de Pediatría hemos trabajado en la sanidad pública. Eso es una ventaja.
-Además de la asistencia es centro de referencia en ensayos clínicos.
-Trabajamos con todas las casas comerciales participando en el desarrollo de las grandes vacunas. Por ejemplo en el desarrollo de la vacuna del virus de la gripe A/H1N1 fuimos líderes mundiales. Hemos participado en todas las vacunas de la gripe.
-¿En qué ensayos está embarcado el Instituto Hispalense de Pediatría ahora?
-En un estudio sobre la vacuna de la tos ferina en embarazadas. Queremos comprobar la efectividad de esta vacuna para la madre y el niño, para certificar qué momento del embarazo es el idóneo.
-Otros proyectos.
-Otro ensayo clínico frente a la bronquiolitis, un problema que afecta a los más pequeños y que puede desencadenar graves lesiones a nivel respiratorio. El ensayo clínico se centra en desarrollar un tratamiento.
-Apuesta por las vacunas.
-Tras la potabilización del agua, las vacunas constituyen la medida sanitaria de mayor impacto para frenar enfermedades. Soy un defensor de las vacunas. Los medicamentos, a veces, no son suficientes para defendernos de un ataque viral, de una bacteria o de un hongo. La vacuna entrena al organismo para que se defienda. Una pequeña dosis, barata, es más eficaz que cualquier otro medicamento. Es un gran logro.
-¿Cómo califica al calendario oficial de vacunación?
-Creo que en España debemos estar orgullosos de la sanidad pública y de la cobertura vacunal, que es una de las más amplias del mundo.
-¿Qué le parecen los continuos cambios en el calendario? Por ejemplo, lo que ha sucedido con la varicela.
-Somos provacunas y denunciamos que las medidas políticas estén por encima de la salud, de los estudios clínicos y de la sociedades científicas. Los políticos tienen que decir la verdad y si no tienen dinero para vacunas, que lo digan. Los padres entienden que en época de escasez hay que redistribuir recursos; ya se encargarían ellos de financiar las vacunas para sus hijos. No pueden suspender una vacuna porque sí. Tienen que escuchar a los científicos. Los vaivenes en el calendario favorecen a los grupos antivacuna al generar confusión en la población. He visto morir a niños por varicela, ¿cómo no voy a defender la vacuna?
-Si los tuviera delante, ¿que les diría a los antivacuna?
-Que vayan allí donde no hay vacunas y los niños mueren por una simple diarrea.
-Lo que sucedió con el ébola.
-Las vacunas son más necesarias que nunca. El mundo es un pañuelo y las enfermedades viajan. El ébola es una enfermedad conocida desde hace muchos años pero el Primer Mundo ha mostrado temor e interés cuando esta enfermedad le afectó. Ya hay vacuna contra el ébola. Con las vacunas parece que las enfermedades han desaparecido, pero no, están ahí, latentes.
-La vacuna de la meningitis B sigue en desabastecimiento.
-Sí. El Reino Unido compró millones de dosis. Nos encontramos en el momento histórico de menor incidencia de esta enfermedad. El desabastecimiento de la vacuna terminará previsiblemente este verano y las dosis existentes deben dedicarse a los niños en situación de riesgo por sufrir enfermedades de base.
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