Los andamios regresan a la Giralda

Patrimonio

La rehabilitación de la fachada sur se desarrollará hasta final de año

La limpieza de la Capilla Real elimina la pátina artificial aplicada en los 90 que alteraba el color de la piedra

Los operarios montando el andamio en la fachada sur de la Giralda.
Los operarios montando el andamio en la fachada sur de la Giralda. / Antonio Pizarro

Sin solución de continuidad. El pasado lunes comenzó a montarse el andamio que cubrirá por completo la cara sur de la Giralda, desde el mismo atrio de la Puerta de los Palos, para la consolidación y restauración de los paramentos. Finalizada en febrero la fachada oeste, cuyos principales resultados fueron avanzados por este periódico en enero, la estructura metálica ya cubre bastantes metros de la torre, completándose este trabajo previo en un mes, aproximadamente. Esta intervención, que se solapa con la restauración de la fachada de la Capilla Real, sobre la que ya también informó Diario de Sevilla el pasado día 19 de enero, tendrá un coste de 339.168 euros, como la recién terminada. Ambas obras durarán hasta final de año.

La actuación en la fachada sur de la Giralda, además de incluir el campanario y la azucena de la esquina sureste, va más allá de la pura conservación y recuperación de sus elementos, pues también pretende acceder, inspeccionar y finalmente documentar, todos y cada uno de los rincones y detalles de la torre. Los trabajos subsanarán las afecciones detectadas en las continuas revisiones realizadas al alminar, aunque fue el año 2013 cuando se evidenció la necesidad de actuar de manera urgente ante la posibilidad de que pudieran caer a la vía pública algunos elementos. De manera paralela al inicio de esta rehabilitación, el Cabildo ha empezado a tramitar la siguiente actuación en la cara este, que será la siguiente. La última, la norte, será abordada ya en 2020.

Por otra parte, ya es visible la limpieza acometida en parte de la Capilla Real, concretamente en el extremo más próximo a la Puerta de los Palos. La intervención quedó en suspenso por la Semana Santa y se retomará ahora. Lo más llamativo es que la piedra ha perdido el color anaranjado provocado por una pátina artificial añadida, según el proyecto de restauración, en los años 90. La eliminación de esta alteración cromática ha sacado a la luz algunos vítores ocultos. Entre las afecciones principales se encuentran la pérdida de materiales, costra y suciedad, grietas y roturas, y elementos desmontados en su día que volverán a su lugar original.

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