Al amparo de los centinelas salesianos
La Fundación Proyecto Don Bosco desarrolla un importante programa residencial en sus 3 casas de acogidal fundación proyecto don bosco Para recibir más información, colaborar con donativos, voluntariado o profesionales interesados en el campo social: www.proyectodonbosco.com fundacion@proyectodonbosco.com a.mengual@proyectodonbosco.com
"Desde los 12 años, en ocasiones incluso antes, hasta los 21 somos su familia, un referente en sus vidas". Antonio José Mengual es el director territorial (Andalucía Occidental y Extremadura) de la Fundación Proyecto Don Bosco, una entidad formada por la congregación salesiana que desarrolla una importante actividad a favor de la integración y desarrollo personal, educativo y laboral de los jóvenes en riesgo de exclusión social.
El trabajo en la Fundación -que este año conmemora su décimo aniversario (aunque las iniciativas sociales existían mucho antes) con la apertura de los actos en mayo, a cargo del rector mayor de los Salesianos- se mueve en torno a tres grandes programas: Residencial, Socio-Educativo y de Empleo.
Tres casas de acogida (dos para menores y una para jóvenes a partir de los 18 años) son el centro de trabajo del primero de los programas. Tutelados por la Consejería de Igualdad y Bienestar Social y con la guarda del director de la casa, perteneciente a la Fundación, doce menores conviven en dos casas, seis en cada una de ellas, ubicadas en Dos Hermanas.
"Cada caso es diferente. Algunos no tienen familia, otros son chicos inmigrantes que su familia no está aquí pero sí tienen en su país y otros que por su contexto familiar no pueden vivir con ella", explica Antonio José Mengual.
En cualquiera de los casos, los menores son atendidos todos los días de forma permanente por cuatro educadores, un trabajador social, una psicóloga, el director de la casa y una "figura maternal que es la madre educadora", indica el director territorial de la Fundación.
Crear un ambiente familiar que estimule un desarrollo normal, sin distinciones, de la vida cotidiana de los menores es uno de los objetivos que persigue este programa que complementa la vida en el hogar con las actividades lúdicas y culturales que realizan en sus salidas de ocio.
Igual de importante es el Proyecto Educativo Individualizado con el que se trabaja en campos como la educación en hábitos saludables, convivencia, aspectos personales y la familia. En este último campo, la familia, se manejan aspectos que puedan solucionar situaciones transitorias que desemboquen en el regreso del menor al núcleo familiar.
En el caso de los jóvenes que cumplen la mayoría de edad, la Fundación tiene otra casa de acogida en la barriada del Polígono Sur. Se trata de jóvenes ex tutelados, la mayoría han pasado por las casas de menores o proceden de otros centros, que no pueden volver con sus familias o les resulta imposible independizarse.
Cinco jóvenes conviven en una casa donde la media de permanencia oscila los dos años, aunque puede dilatarse más o menos tiempo en base a las necesidades de la persona. El personal encargado de los jóvenes (en este caso al ser mayores de edad no de forma permanente) se compone de un orientador, un trabajador social, una psicóloga y el director de la casa.
Apoyados por la Parroquia Jesús Obrero, el trabajo con la familia continúa desarrollándose junto a un proyecto personal de vida específico para cada uno de los habitantes de la casa. En este plan individualizado, que pretende hacer más fácil su vida tras la salida del hogar de acogida, se trabaja con distintos aspectos como hábitos saludables, tareas del hogar, planificación de estudios, de búsqueda de empleo y vivienda. "Después de tantos años juntos y tras su marcha de la casa seguimos manteniendo el contacto con ellos. Tenemos chicos que, incluso, ya son empresarios", reseña Antonio José Mengual.
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