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Un anciano amenaza a su asistenta con una pistola en la calle San Eloy

El agresor, de 90 años, es un inspector de la Policía Nacional jubilado · La Policía tuvo que cortar el tránsito de peatones y desalojar el bloque antes de intervenir

La Policía cortó un tramo de la calle por motivos de seguridad.
Fernando Pérez Ávila

22 de enero 2009 - 05:03

Un anciano de 90 años amenazó ayer con una pistola a una asistenta en un piso de la calle San Eloy, en un suceso que generó cierta alarma porque la Policía tuvo que cortar parte de esta calle para intervenir con facilidad. El hombre que protagonizó este episodio es un inspector de la Policía Nacional jubilado que sufrió un trastorno mental transitorio, según indicaron ayer a este periódico fuentes policiales. La Policía lo redujo y fue trasladado luego a un hospital sin que nadie resultara herido.

Los hechos ocurrieron sobre las ocho de la tarde en un piso del número 26 de la calle San Eloy. A esa hora el policía jubilado amenazó con una pistola del calibre 7,65 a la asistenta que le atendía y a un amigo de ésta, que se encontraba también en la casa. La asistenta logró salir del piso y avisó a los vecinos y a la Policía. Los agentes llegaron en cuestión de minutos y cortaron la calle al tránsito, además de desalojar el bloque como primera medida de seguridad.

Fue el jefe de la Policía Local, José Aulet, quien entró el primero en el piso. Aulet fue durante muchos años agente de la Policía Nacional y había trabajado con este hombre. El propio jefe de la Policía restó importancia a su intervención poco después. "Le he pedido la pistola y me la ha dado. No ha pasado nada más. Claro que lo conocía, llevo 39 años en la Policía, he trabajado con él. Es una persona que ha sufrido un trastorno transitorio y ha tenido esta reacción, pero afortunadamente no ha ocurrido nada". Algunas fuentes apuntan, en cambio, a que Aulet tuvo que arrebatar el arma al anciano y reducirlo con la ayuda de otros agentes. En cualquier caso, el anciano fue asistido por un equipo de emergencias sanitarias y trasladado poco después a un centro sanitario, donde a la hora de cierre de esta edición permanecía ingresado. En la casa también había una escopeta de caza, que no fue utilizada.

En las tareas de intervención participaron agentes tanto de la Policía Nacional como de la Policía Local. También hubo algunos miembros del Grupo Giralda, especializado en la vigilancia del centro. Una vecina aseguraba anoche que el anciano nunca ha sido una persona problemática y que mantenía una relación muy cordial con todos sus vecinos. Sí explicó que es una persona que ha sufrido mucho en la vida, ya que tiene una hija disminuida y su mujer ya falleció hace años. Alrededor del cordón policial se arremolinaban decenas de curiosos. Alguno todavía se preguntaba cómo una persona nonagenaria puede seguir teniendo licencia para portar cualquier arma, pese a que haya sido policía durante la mayor parte de su vida.

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