Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
Una gesta histórica
Sevilla celebra estos días el quinto centenario de una gesta histórica, la Primera Vuelta al Mundo que protagonizaron Fernando de Magallanes y Juan Sebasitán Elcano. Muchas son las actividades programadas y también numerosas son las iniciativas que, a título personal, se han puesto en marcha para festejar esta efeméride. Entre ellas, cabe destacar la que lleva a cabo desde hace tres años Álvaro de Marichalar Sáenz de Tejada, cuyo nombre resulta familiar por ser en su día cuñado de la infanta Elena. Aristócrata, empresario y también navegante que está a punto de culminar una travesía con la que ha emulado a los dos exploradores legendarios.
La particularidad de este noble navarro es que, frente a los 250 tripulantes que formaban parte de la expedición que hizo posible la primera circunnavegación, en esta aventura viaja solo y a bordo de una embarcación que sólo cuenta con tres metros de eslora. Se trata de una moto acuática bautizada con el nombre de Numancia, aquella población celtíbera que se resistió a la invasión romana y en cuyo término municipal se encuentra una de las propiedades de esta casa nobiliaria.
Su vuelta al mundo comenzó en la capital andaluza el 10 de agosto de 2019, misma fecha en que zarpó la expedición de Magallanes. Tras llegar al Atlántico, se dirigió al norte de España, donde hizo una parada en Getaria (País Vasco) para rendir homenaje a Elcano en el monumento que recuerda su gesta universal.
Tras dicha parada, continuó hacia Francia. En el país galo transportó su embarcación por tierra hasta alcanzar Mónaco, desde donde navegó por Marsella, Barcelona, Valencia y Gibraltar. Esta etapa la realizó en solitario sobre el Numancia, sin barco de asistencia. Un servicio que sí requirió en una complicada travesía que le llevó a cruzar el Atlántico desde la colonia británica hasta la isla de Guadalupe. En ella contó con la ayuda del barco francés Yersin. Arribó en Guadalupe el 25 de diciembre de 2019, en plena Navidad.
Comenzaba allí otra ruta, de nuevo sin embarcación de asistencia, solo en su moto acuática, con la que recaló en varias islas del Caribe hasta alcanzar Miami, donde llegó el 17 de marzo de 2020, tras estallar la pandemia del Covid. La crisis sanitaria obligó a Álvaro de Marichalar a abandonar temporalmente su travesía que retomó casi dos años después, el pasado 19 de febrero. Esta interrupción es la que ha impedido completar la expedición en las mismas fechas que lo hicieron Magallanes y Elcano, que concluyó el 8 de septiembre de hace medio milenio en Sevilla.
Marichalar retomó su desafío en las costas de Florida para proseguir por Alabama, Luisiana, Texas y México. Hace unos días alcanzó Bacalar, al sur de México, donde está a la espera de continuar en función de la meteorología, ya que ahora la zona se encuentra sometida a la temporada de huracanes del Caribe. La intención es seguir desde allí hacia Panamá para cruzar el océano Pacífico y remontar toda la costa oeste americana hasta Alaska. Desde este punto se dirigirá a Rusia para bordear Asia hasta el Mediterráneo. Una vez en el Mare Nostrum, buscará Sanlúcar de Barrameda y, adentrado en el Guadalquivir, acabará en Sevilla, donde comenzó en 2019. Tiene dos años de navegación por delante.
Esta expedición se suma a las 38 protagonizadas por este noble navarro. De ellas, deben destacarse la de Hong Kong-Tokio, en 2006, con la que conmemoró el quinto centenario de un santo de su tierra, San Francisco Javier. Dos años antes, en homenaje al marino español José de Ribas, fundador de Odesa, realizó la trayectoria entre Formentera y dicha ciudad ucraniana. En 2002 hizo lo propio entre Roma y Nueva York por el quinto centenario del cuarto y último viaje de Colón a América. Su importancia como navegante queda reflejada en la Real Academia de la Mar (institución fundada en 2005 por el oficial de la Armada José Ventura Olaguibel), donde es académico de número.
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