Aluniceros de Sevilla

Robos con alunizaje

Una decena de bandas de ladrones especializadas en este método operan en la ciudad y salen cada noche a cometer robos

Unos trabajadores retiran un cristal roto con mazas.
Unos trabajadores retiran un cristal roto con mazas. / Belén Vargas

Hasta la fecha, el mejor alunicero de España ha sido Francisco Javier Martín Sáez. Hijo de militar y nacido en Madrid, se forjó una larga carrera delictiva desde que empezó a los once años con los hurtos –ya por entonces se le empezó a conocer como el Niño Sáez, sobrenombre que le acompañó toda la vida– hasta que fue asesinado en un ajuste de cuentas en mayo de 2017 en una calle del distrito Latina, en la capital de España. Se especializó en el robo de vehículos de alta gama, en los vuelcos (como se conoce en el argot policial el robo de droga entre bandas) y en los atracos con lanza térmica, pero sobre todo dominó como nadie el arte del robo con fuerza empotrando vehículos contra los escaparates de los comercios. Su salto al negocio de la droga terminó con él. De él se cuenta que atesoró una fortuna próxima a los cincuenta millones de euros, que blanqueó invirtiendo en el ladrillo en.

Sáez estuvo un tiempo en Sevilla, donde aprovechó para enseñar el arte del alunizaje a algunos clanes locales. Cuentan que fue el maestro de los Chincoa, una banda de Bellavista de las más activas en los últimos tiempos, a la que se relacionó con el asalto a la tienda de drones del polígono industrial Pisa, a mediados del mes de junio. En ese asalto también se cree que participó el Orejas, un conocido alunicero de Dos Hermanas.

Actualmente en Sevilla existen una decena de bandas de aluniceros, que en la última semana han aprovechado la escasez de personal que sufren la Policía y la Guardia Civil para cometer delitos. Más de quince en siete días, algunos de los más espectaculares, como el asalto al centro comercial Nervión Plaza, en el que participaron siete ladrones encapuchados y con guantes. Los delincuentes empotraron un BMW contra la puerta del centro comercial, que destrozaron. Una vez dentro, se desplegaron buscando varios objetivos. Llevaban mazas para romper los cristales de los escaparates. Así desvalijaron tres tiendas: una joyería, un negocio de telefonía y una tienda de ordenadores y móviles, distribuidor oficial de Apple. Este local está en la primera planta del centro comercial, a la que les dio tiempo a subir pese a que el robo duró en menos de tres minutos.

Este es el máximo de tiempo que los ladrones se conceden para cometer el robo. A veces no llegan a estar ni un minuto. Son robos rápidos, en los que los asaltantes cogen todo lo que pueden de los expositores y salen corriendo. Buscan artículos fáciles de transportar y con buena salida en el mercado negro. Teléfonos móviles, joyas, gafas de sol y, por supuesto, dinero en efectivo, siempre que esté en una caja fácil de abrir.

Los aluniceros tienen calculado el tiempo medio de respuesta de la Policía y la Guardia Civil, que en verano se alarga un poco más por las vacaciones del personal, y apuran hasta el límite. En alguna ocasión se han cruzado con alguna patrulla y no han dudado en darse a la fuga a toda velocidad, poniendo en riesgo tanto sus vidas como la de los policías y las de cualquier persona que circule en esos momentos con su vehículo por la zona en la que discurre la persecución. Uno de estos delincuentes, José Tirado Rodríguez, de 23 años y vecino de Palmete, murió el pasado mes de noviembre cuando intentaba huir de la Policía tras tratar de robar en el Media Markt de Alcalá de Guadaíra. El BMW robado en el que huían volcó en la ronda de circunvalación SE-40.

En aquel accidente resultaron heridos otros ocupantes del coche: José Ángel López Solano, alias Joselete, de 23 años y vecino de Las Lumbreras; Juan José Hernández Hidalgo, alias Guajo, de Palmete; y Juan Manuel Morillo Castillo, alias Pelón, de Torreblanca. Aquel accidente reveló la conexión entre las bandas de los distintos barrios, que se alían para perpetrar robos, como hicieron presuntamente los Chincoa y el Orejas en el asalto a la tienda de drones del Pisa.

Junto con estos dos, algunos de los clanes aluniceros más activos del momento son los siguientes: el Ivi (Polígono Norte), el Gitano (Torreblanca), Blanquito (Los Pajaritos), los niños de la Soleá (Polígono de San Pablo), los Atienza (Padre Pío), Cheíto (Polígono Sur), los Mellis y el Chino (Sevilla Este), el Manchi (Su Eminencia), el Pelomugre y los Ramírez (El Vacie). En la provincia es conocido también Bernardino, en Alcalá de Guadaíra, aunque este último está en paradero desconocido porque de él se dice que lo buscan unos narcotraficantes de Granada.

Un mecánico de Padre Pío es el encargado de preparar los coches de alta gama robados para que alcancen más velocidad. También proporciona coches sustraídos a estas bandas. En alguna ocasión ha sido detenido cuando se llevaba algún coche con una grúa. Fue arrestado el año pasado por la Policía Nacional, en concreto por el grupo de investigación de la comisaría del distrito Triana. Muchas de estas bandas cuentan con especialistas en el robo de vehículos. Buscan principalmente Seat León y BMW para poder empotrarlos contra los escaparates y luego tienen otros coches de alta gama para darse a la fuga.

Para guardar la mercancía robada suelen usar naves o chalés alejados de la ciudad. Cuentan que en la urbanización Torrepalma hay varias. Los ladrones suelen llegar allí a primera hora de la mañana, coincidiendo con el cambio de turno de la Policía y la Guardia Civil. Después, ya sin prisas, vuelven a sus barrios.

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