Calle rioja
Francisco Correal
El filósofo de Cerro Muriano
educación | nuevas modalidades de enseñanzaalgunos de los nuevos módulos del próximo curso
Antes de la crisis, las empresas buscaban a un licenciado o diplomado para formar sus plantillas. Tras superar los años más severos de la debacle económica, el perfil que se demanda ha cambiado bastante, pues se reclama mayor especialización técnica. Aunque un poco tarde, la Junta supo reaccionar a este cambio, de ahí que hace cuatro cursos comenzara a implantar la FP Dual, una modalidad que se diferencia de la FP básica en la constante coordinación entre los centros educativos y las empresas en las que se desarrollan las prácticas. Este modelo se tomó de países europeos, como Alemania, que han logrado un gran éxito entre la población estudiantil. Aquí en Sevilla también ha conseguido una gran repuesta por parte de los jóvenes, de ahí que la Consejería de Educación incremente su oferta para el nuevo curso un 112%. No es para menos, pues el 80% de los alumnos que la cursan encuentran trabajo.
En concreto, la provincia sevillana contará a partir de septiembre con 70 proyectos de FP Dual, una oferta a la que se ha llegado tras sumar 37 módulos nuevos. Entre ellos, destacan el grado medio de Aceite de Oliva y Vinos en el IES Federico García Lorca, de La Puebla de Cazalla; el grado superior de Educación Infantil -uno de los más demandados- en el IES Al-Andalus, de Arahal; el grado superior de Automatización y Robótica Industrial en el IES Profesor Tierno Galván, de Alcalá de Guadaíra; el grado medio de Obras de Interior, Decoración y Rehabilitación en el IES Carmen Laffón, de San José de la Rinconada; y el grado superior de Ventas y Espacios Comerciales, que se impartirá por primera vez en los IES Camas (Camas) y Miguel de Cervantes (Sevilla).
¿Dónde radica la clave de este éxito? En una época en la que el mercado laboral se ve afectado por un excedente de universitarios cuyos altos conocimientos no se ajustan a la demanda del entorno laboral más inmediato, la FP Dual ofrece la posibilidad de acabar con esa discordancia, al unir el sector formativo y el productivo durante el desarrollo de sus cursos. Por tanto, el aprendizaje de sus alumnos se adapta a las necesidades del contexto más cercano, donde obtiene buena parte de su formación. Ésta es la principal diferencia con la FP tradicional, en la que los estudiantes aplicaban los conocimientos adquiridos durante seis meses en el último trimestre del curso. Mientras que en el modelo clásico el contacto con la empresa es mínimo, en la Dual es continuo, desde el primer momento.
La constante relación entre el instituto y el mercado productivo es responsable, en buena medida, del diseño de la oferta que se presenta cada curso. Así, por ejemplo, hay proyectos relacionados con determinadas comarcas de la provincia, como el referido grado medio de Aceite de Oliva y Vinos que ofrece un instituto de La Puebla de Cazalla, en plena campiña; o en función de los sectores más emergentes, como el grado superior de Automatización y Robótica Industrial en Alcalá de Guadaíra, o el de grado medio de Obras de Interior, Decoración y Rehabilitación, en San José de la Rinconada. O también el grado de Panadería y Confitería impartido en Mairena del Aljarafe, que va de la mano de Inés Rosales, entidad famosa por la elaboración de sus tradicionales tortas de aceite.
"La FP Dual da una respuesta adecuada al entorno, ya que los empresarios demandan cada vez más que nuestros alumnos vayan a sus empresas a formarse", defendió ayer la delegada territorial de Educación, María Francisca Aparicio, quien dio a conocer los datos para el nuevo curso. Cada módulo dura dos años, periodo en el que los estudiantes forman parte de las empresas colaboradoras. Una relación que facilita la inserción laboral del alumno una vez que se ha titulado. Según los datos que maneja la Junta, ocho de cada diez estudiantes que han cursado un módulo de la FP Dual logran encontrar un trabajo en la especialidad para la que se han formado. Esta relación es casi el doble de la que se registra en la FP tradicional, donde el porcentaje de inserción laboral llega sólo al 45,71% de su alumnado.
Por tanto, este modelo de enseñanza supone una ventaja tanto para los estudiantes como para las empresas donde se llevan a cabo las prácticas, pues a través de esta colaboración planifican los recursos humanos a medio y largo plazo, al conocer de primera mano a las personas que luego pueden contratar.
Pese a estas bondades, los sindicatos de enseñanza alertan del peligro que puede suponer que este alumnado se convierta en "mano de obra barata" para el empresariado. Desde la Consejería de Educación se insiste en que en las reuniones previas que mantienen con las firmas interesadas en dicha colaboración se deja claro que estas prácticas "no pueden suponer en ningún caso una amortización de puestos de trabajo". Al margen de las pymes que forman parte de los módulos, hay grandes empresas como Renfe, Lidl, Mediamarkt o Leroy Merlín.
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