"Seré un alcalde capaz de pedir perdón si me equivoco"
Juan Ignacio Zoido
Denuncia que el gobierno no se ha disculpado pese a los casos turbios que lastran su gestión y asegura con firmeza que no se someterá al chantaje de las minorías
-Su rival socialista firmó un artículo de presentación titulado ¿Quién es Juan Espadas? ¿Cómo se presentaría usted?
-Yo le diría los sevillanos que vivo en la ciudad que quiero y que deseo mejorar. Hoy por hoy tengo mi ilusión, mi pensamiento y mi cabeza puesta en que la ciudad funcione como un reloj. Los sevillanos me conocen y creo que saben mi compromiso con Sevilla. Yo hoy no tengo que decirle a los sevillanos ni quién soy ni cómo soy.
-¿Qué le falta hoy para conseguir la mayoría absoluta que le permita ser alcalde?
-Terminar de ilusionar a un colectivo de personas hastiadas ya de políticos que no cumplen su palabra, que anteponen sus intereses personales y partidistas a los generales y de la ciudad. Por eso me dirijo a quienes están deseando el destierro de la ideologización de la política en la ciudad y que se apueste por la eficacia en la gestión. Me quiero dirigir a ese grupo de personas que quieren vivir en la mejor ciudad del mundo, que desean vivir y trabajar cada día mejor en ella.
-El continuo ataque de su partido al portavoz de IU-CA, Antonio Rodrigo Torrijos, resulta para muchas personas excesivo en algunos momentos. ¿No corre el PP el riesgo de demonizar su figura y, por lo tanto, de provocar el efecto contrario y que termine fidelizándose el electorado de la coalición de izquierdas?
-El portavoz de IU está muy radicalizado en lo ideológico. Tengo claro que no hubiera tenido cabida en la izquierda progresista de Julio Anguita o de Luis Carlos Rejón. Es un hombre al que la corrupción le acompaña en su gestión de los últimos años. Ha habido muchísimos asuntos turbios en la ciudad que han afectado justamente a su entorno. Y ante determinadas situaciones nosotros no podemos quedarnos mirando para otro lado y sin reaccionar. El sevillano está cansado de estas situaciones. No hay más remedio ni otro camino que denunciar esas situaciones. Si la consecuencia es que así se fideliza su voto, pues que se fidelice, pero no estoy dispuesto a convivir con la corrupción ni la politización partidista que se aprecia en la distribución de los fondos públicos. No voy a cambiar mi forma de hacer política. Todo no vale en política. Y entre lo que no vale es la forma de hacer política del portavoz de IU.
-Explique alguna de sus primeras medidas en caso de alcanzar la Alcaldía en mayo de 2011.
-Lo primero que haré será parar, ordenar y trabajar. Cuando digo parar me refiero a la necesidad de cambiar la forma de hacer política. Hay que cambiar la imposición por el diálogo. La planificación y la coordinación tienen que sustituir a la improvisación permanente. Y el consenso tiene que alcanzarse tras ese diálogo. Y si no se consigue el consenso, por lo menos tienen que haberse agotado todas las vías. Quiero ser un alcalde realista. Y eso significa decirle a todos los sevillanos cómo está el Ayuntamiento, qué hay y qué se debe. Al mismo tiempo, hay que hacer un plan de refinanciación para que todo empiece a funcionar como un auténtico reloj, que los ciudadanos recuperen la confianza en el Ayuntamiento y, sobre todo, que la ciudad sea atractiva para los emprendedores.
-¿Y usted se subiría el sueldo?
-Hoy por hoy plantearlo me parecería un escándalo. Siempre he dicho que este asunto hay que dejarlo al superior criterio de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias, y que nunca parta de la de la propia Corporación municipal. Y en estos momentos de crisis, con tantísimos sevillanos que están pasándolo mal, hablar de subidas de sueldos me parece una vergüenza. Yo de lo que hablo es de las necesidades reales de los sevillanos.
-Describa cómo sería su estilo personal como alcalde.
-El mismo que estoy demostrando como portavoz de la oposición. Buscaré los problemas de las personas en la calle. Huyo siempre de la fría ocupación de un despacho. Creo que un despacho le aleja a uno de los sentimientos de los ciudadanos. Y quiero sentir y compartir los problemas de los ciudadanos para buscar soluciones. Eso sólo se consigue con el contacto personal. Los problemas llegan ya fríos a los despachos. A lo sumo lo que te llega es un papel. Y no se trata de darle a todo el mundo la razón, sino de buscar una solución. Hay gente que me dice que no se le puede decir a todo el mundo que sí. Pues mire usted, lo que no se puede es no escuchar a nadie, ni decirle a todo el mundo que no.
-Imaginemos que está usted en el gobierno y que uno de sus asesores es sorprendido enviando un fax donde se explica cómo elaborar una factura falsa. ¿Cuál sería su reacción como alcalde?
-Cesarlo, ir personalmente a poner una denuncia al juzgado y, acto seguido, pedirle perdón a los ciudadanos porque una persona que había sido nombrada para trabajar para el gobierno de la ciudad en cualquiera de sus áreas ha cometido un delito. Y eso es inadmisible. Y por tanto, habría que pedir perdón. En Sevilla se han cometido muchas irregularidades en los últimos años, ha habido muchísimos fallos, a pesar de lo cual no he escuchado nunca la palabra perdón. Los sevillanos deberían haber escuchado hoy por hoy esa palabra durante bastantes ocasiones ya. Reconocer un error y pedir perdón no supone una bajeza, sino una mayor altura moral. Cuando no se reconocen unos hechos, difícilmente se puede encontrar una solución. Por eso creo que en Sevilla hay que cambiar la forma de gobernar. Yo gobernaré de tal forma que el error sea prácticamente imposible de cometer, porque gobernaré reflexionando, dialogando, planificando y coordinando. Y así será muy difícil que pueda haber un error en una decisión, pero si aún así se comete, a uno no se le deben caer los anillos por pedir perdón, rectificar inmediatamente y exigir responsabilidad si alguien ha cometido ese error de forma deliberada. Seré un alcalde capaz de pedir perdón si me equivoco.
-¿Y sería capaz de reconocer algo positivo en la gestión de Sánchez Monteseirín en sus ya más de once años de gobierno? Es de suponer que todo no serán fallos en el balance del actual alcalde.
-Es indudable que la ciudad ha ido avanzando en los últimos once años. Últimamente me he encontrado con algún parque que está en buenas condiciones, como el del Líbano. Ha habido infraestructuras deportivas que se han mejorado mucho con motivo del último plan estatal. Es verdad que se ha mejorado el pavimento de algunas calles. Pero creo que si hacemos una valoración global y ponemos en un platillo de la balanza las oportunidades que ha habido en una década de gran expansión económica y en el otro los resultados y frutos que se han logrado, creo que el suspenso es irremediable. Se ha perdido una década de expansión, una década de florecimiento económico, cultural, poblacional y hasta de recuperación del patrimonio artístico. Lamento que en la última década, Sevilla haya permanecido en los setecientos mil habitantes, aquella famosa cifra de Rojas-Marcos, mientras sí ha crecido todo nuestro entorno, como Dos Hermanas, Alcalá, La Rinconada y toda la cornisa del Aljarafe. Esto revela el fracaso de la gestión del PSOE en Sevilla.
-¿Cree que esta ciudad es capaz de evolucionar sin que sea a golpe de grandes acontecimientos?
-Creo que sí. Puede funcionar perfectamente y ser una gran capital sin necesidad de impulsos extraordinarios. Es verdad que con la Exposición Universal hubo una transformación importante. Es curioso que para entonces se soterraron vías férreas como la de Cádiz. Recuerdo la cantidad de veces que he estado detenido con el coche en el paso a nivel de Felipe II. También se soterraron las vías procedentes de Córdoba y Madrid y el río quedó liberado. Ahora, la Junta de Andalucía pretende llevar en superficie el Metro en algunos tramos. No se necesitan grandes acontecimientos para crecer, sino gobiernos responsables en Andalucía y en el Ayuntamiento que sean capaces de olvidar sus posiciones partidistas y anteponer los intereses de la ciudad. Sevilla es víctima en los últimos años de las imposiciones de las minorías. Yo gobernaré con todos y para todos. Jamás me someteré al chantaje de unos pocos, que es justo lo que está sucediendo en Sevilla. En esta ciudad ha habido y hay partidos minoritarios que han impuesto de una manera exagerada sus criterios y sus políticas. Y eso lo seguirá pagando la ciudad si no hay un cambio de modelo y de proyecto de ciudad que no esté ideologizado, sino mirando por el bien común.
-Pues hay quien critica que usted no tiene modelo de ciudad.
-Yo tengo un gran proyecto de ciudad y los sevillanos lo conocen. Hace poco tiempo expuse las líneas generales, encaminadas todas a que Sevilla funcione como un reloj. Lo del modelo de ciudad como concepto es algo ya antiguo. En las elecciones de 2007 ya fue derrotado. Y en las próximas la derrota será por más diferencia aún.
-Uno de esos partidos a los que alude, el Partido Andalucista, se atribuye en función de una encuesta propia un concejal que sería la llave de su gobierno.
-No tengo hoy por hoy ese horizonte. Aquí los que tienen un plan B son el PSOE e IU. En el PP sólo tenemos un plan. Gobernar la ciudad de una forma completamente distinta, basada en el diálogo para buscar soluciones. No pasa por nuestra cabeza someternos a la imposición de partidos minoritarios.
-¿Puede explicar cuál es su concepto de urbanismo?
-Una pieza más de la ciudad. En los últimos años se ha considerado como el único referente a la hora de actuar y eso ha sido una grave equivocación. El urbanismo forma parte y es un instrumento más.
-¿Sugiere que el urbanismo ha estado sobrevalorado?
-Por supuesto que ha estado sobrevalorado. Todo ha ido en función del urbanismo. En lugar de promover un desarrollo armónico de la ciudad, se han ido estableciendo los hitos que se le han ocurrido a cada uno. ¿O no ha sido una ocurrencia el proyecto de la Encarnación? Se sabía que era inviable y hoy tiene ya una desviación presupuestaria del 70%. ¿Ese es el urbanismo del supuesto modelo de ciudad? Eso es un fracaso. Yo creo en un proyecto de ciudad en el que el urbanismo sea una parte importante, pero no el todo. Ésta es la gran diferencia entre el modelo del PSOE y el proyecto del PP.
-Hay quienes le ven a usted fotografiarse montado en una moto o haciendo aerobic en un gimnasio de barrio y consideran que eso es puro populismo.
-Eso es conocer de verdad los problemas que tiene la gente. Si uno acude a la llamada de los motoristas, se hace la foto con ellos y el resultado es que al día siguiente se han arreglado los baches de un puente que es el acceso a la capital de Andalucía, que era lo que denunciaban los motoristas, pues bien hecha está la foto. El objetivo se ha cumplido. Eso no es populismo. Eso es detectar un problema, señalarlo y conseguir que el gobierno lo arregle. Habían pasado años con los baches en ese puente sin que nadie los arreglara. Las señoras que están haciendo gimnasia tienen sus problemas. Con la foto lo que quieren es una llamada de atención. Si después de la foto se consigue que se les mantengan los talleres o que se amplíen para que puedan tener al final de sus vidas unas ocupaciones que colmen sus horas de ocio, pues el objetivo se ha cumplido. Si para ser útil y que se solucionen los problemas me tengo que hacer fotos, seguiré haciéndome fotos. Lo que lamento es que quien utiliza ese argumento falso y recurrente del populismo no piense antes en solucionar determinados problemas. La vergüenza de este gobierno es que sólo trabaja a impulsos de las denuncias de la oposición. Llevo más de tres años en la oposición y no me he limitado nunca a denunciar un problema sin aportar soluciones. Cada día hay más sevillanos que recurren a mí para que les soluciones un problema. Comprendo que eso es muy lamentable para un gobierno.
-Haga un ejercicio de autocrítica. ¿En qué se ha equivocado usted como líder de la oposición?
-Sin duda que he cometido errores. Hoy ha sido la última vez que le he pedido perdón a una persona que quería contarme un problema de la facturación de los contadores colectivos de Emasesa. Se lo había expuesto a mis colaboradores, pero quería verme. Le he pedido disculpas y le he dado cita para la semana que viene. A veces es muy difícil acudir a todo.
-Un alcalde del PP en Málaga y otro del PP en Sevilla ayudaría a desterrar piques localistas.
-Totalmente. Yo quiero superar los localismos. Presenté en Sevilla como conferenciante a mi amigo Francisco de la Torre, alcalde Málaga, y le brindé el gran eje Sevilla-Málaga, que tiene que ser el auténtico motor del Sur de Europa. Hay que tender puentes reales. Andalucía daría entonces un salto cualitativo. La alianza entre Sevilla y Málaga es urgente. Hay que olvidar de una vez por todas los localismos que proceden exclusivamente de la creación de la autonomía, no vienen de la mente de los sevillanos y malagueños de generaciones anteriores. Hay un malentendido centralismo de Sevilla. Fuera de la ciudad me dicen muchas veces que los sevillanos tenemos la suerte de tener aquí las sedes de la Junta de Andalucía. ¡Si supieran que precisamente por eso somos los más perjudicados! Hay que erradicar el sentimiento de muchas personas de fuera a este respecto porque no se corresponde con la realidad.
-Explique su plan de tráfico para el centro de la ciudad.
-Tenemos que diseñar una red completa de Metro que conecte todos los barrios con el centro. Para ello es necesario que en el centro haya más paradas de la prevista por la Junta. Cualquiera que analice el mapa de la ciudad y vea las distancias que hay de unos puntos a otros en el mismo centro, sabe que con una parada no se da servicio. Hay que tener unas líneas de autobuses eléctricos por el centro que completen la red de autobuses públicos. Y en toda la corona del centro hay que tener aparcamientos rotatorios y para los propios, de tal forma que una persona pueda aparcar en ellos y después hacer uso de las bicis o los autobuses eléctricos. El PSOE e IU están ahora mismo tomando medidas que amenazan la convivencia de los vecinos y condenan a los comercios a morir. El fracaso de las políticas de movilidad de este Ayuntamiento se ve claramente en las medidas para el centro. Nadie piensa en los miles de funcionarios que vienen al centro cada día a trabajar, ni en las chicas que trabajan en los comercios, ni en las personas mayores, ni en los profesionales de los despachos de abogados o notarías.
-¿Y cómo haría usted en sólo cuatro años tantas infraestructuras en plena crisis económica y con un Ayuntamiento que sufre un alto nivel de endeudamiento?
-Los aparcamientos se pueden construir por el sistema de concesión, siempre y cuando haya un gobierno serio que inspire confianza. Es la única manera de atraer a las empresas. Respecto a los autobuses eléctricos, el PP ha demostrado que sabe gestionar Tussam para sea rentable. Y la red de Metro hay que imponerla a los poderes públicos convenciendo a quien haga falta de que es el transporte clave de las generaciones venideras. No podemos pensar en llevarlo en superficie por el mero hecho de que sea más barato. El Metro tiene que llegar hasta el último barrio. ¿O es que vamos a dejar fuera Bellavista, Alcosa o San Jerónimo?
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