Al Mutamid, el rey que trajo la 'nieve' a Sevilla por amor
Esta leyenda habría tenido lugar en el siglo XI, cuando vivieron sus protagonistas.
¿Sabes en qué parte de Sevilla está la Cruz de las Culebras?
El amor es sin duda una de las fuerzas que mueven el mundo y una pieza clave de muchas historias y leyendas.
El amor es también uno de los motivos por los que existe una leyenda que narra que en un momento de la historia en el que al parecer los almendros cubrieron la sierra de blanco.
La historia de Al Mutamid, Rumaykiya y los almendros
Al Mutamid fue uno de los reyes taifas de Sevilla, que vivió en el siglo XI. Hay varias leyendas e historias que tienen a este rey como protagonista, una de ellas cuenta como salvó Sevilla de ser conquistada gracias a una partida de ajedrez y la otra como llenó la sierra de almendros por amor.
Esta última leyenda tiene una coprotagonista, Rumaykiya, la amada del rey Al Mutamid. Esta mujer fue una poetisa de origen humilde de la que el rey quedó prendado cuando la vio por primera vez, cuando ella trabajaba conduciendo bestias de carga y quien terminó siendo su esposa y madre de sus hijos.
Según cuenta el historiador y poeta de los siglos XVI y XVII, Al-Maqqari, en una de sus obras que un día Al Mutamid encontró a su amada suspirando por la nieve, lo que le llevó a plantar almendros en la sierra. Aunque Rumaykiya seguía sin poder tener la nieve en tierras en las que apenas tenían lugar este tipo de precipitaciones, en los últimos meses de invierno y el comienzo de la primavera pudo disfrutar del efecto óptico que más se podría parecer. Este sucedía cuando los almendros florecían y se cubrían de blanco, que iluminados por el sol brillaban de forma parecida a la nieve. Un regalo con el que Al Mutamid demostraba su amor a Rumaykiya y cumplía, dentro de lo posible, su deseo.
En otras versiones de esta leyenda, los almendros ocupaban los jardines del Real Alcázar de Sevilla, como compartieron desde sus redes sociales hace un par de años.
Sin embargo, pese al amor mutuo que se procesaban, Al Mutamid y Rumaykiya no tuvieron un final feliz. El rey, su esposa y sus hijos fueron desterrados después de haber perdido su reino a manos de los almohades. El monarca murió en la fortaleza de Agmat, en norte de África (cerca de la actual Marrakech). En esa misma fortaleza se cree que murió también Rumaykiya.
También te puede interesar
Debate en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla
El arquitecto González Liñán avisa de que el nuevo estadio del Betis responde a un "modelo americano conflictivo"