"Esto lo tiene que ver toda Europa", el grito de los agricultores de Sevilla en el corte de la A-66
Protestas
La protesta impide que ningún vehículo avance por la Vía de la Plata en sentido Mérida
Algunos conductores buscan la N-630 como ruta alternativa
Tractorada en Andalucía en directo: las protestas de los agricultores completan los cortes de carreteras alrededor de Sevilla
Sin que ningún coche pueda avanzar. La protesta de los agricultores de Sevilla ha tomado también la A-66, la antigua Vía de la Plata que conecta la capital andaluza con el norte de España. Los tractores han ocupado todos los carriles del sentido Mérida pasadas las diez de la mañana de este miércoles, lo que impide que algún vehículo circule por ellos. Los agentes de la Guardia Civil vigilan la zona y las rotondas cercanas, donde informan a los conductores de la dificultad de acceder en esta jornada a la ciudad.
La cabeza de la protesta avanza muy lentamente, casi nada. Está situada a unos 27 kilómetros de la Venta del Alto, entre los términos municipales de La Algaba y Salteras. Buena parte de los agricultores que conforman la comitiva proceden de la cooperativa de Alcalá del Río. Se trata de municipios de la Vega del Guadalquivir, donde los cultivos suponen la gran base de su economía.
Alejo López tiene 50 años. Es uno de los manifestantes que ha acudido con su tractor a la cita, respaldada por las grandes asociaciones agrarias. Es bisnieto, nieto e hijo de agricultor. El campo ha sido su vida. "Estamos trabajando a pérdida", lamenta. López posee cultivos de naranja, patatas, algodón y cereal. Durante los últimos años ha comprobado la reducción del margen de beneficios a consecuencia de las políticas agrarias de la Unión Europea.
"Antes podíamos comer del campo. Ahora ni eso", advierte este agricultor, que incide en uno de los productos que más dificultan la rentabilidad: el precio del combustible. "El gasoil agrícola está a 1,20 euros". Un tractor como el que poseo requiere al día unos 300 litros. Si se trabaja más de ocho horas, al menos 500, con esos precios es imposible ganar algo", detalla.
Las cuentas no le salen a López ni a muchos de sus compañeros que se manifiestan en este punto de la A-66, donde los agentes de la Guardia Civil vigilan las rotondas de acceso, en las que informan a los conductores de la dificultad de entrar en esta jornada a la capital. La mayoría de los agricultores han dejado sus coches aparcados junto a un antiguo puente del Rivera de Huelva. El campo luce una capa verde con las últimas lluvias.
A la cabeza de la protesta hay un agente intentando convencer a los tractoristas de que dejen pasar cada cierto tiempo a unos 500 vehículos. "Lo mejor que podéis hacer es concentraros en una hilera y no estar dispersos, así dais mejor imagen. Yo estoy aquí para colaborar y facilitar las cosas", refiere este guardia civil. Entre los manifestantes hay quien no está dispuesto a aceptar lo establecido por el Gobierno, que el martes obligó a dejar un carril libre en estas movilizaciones. En la A-66 no se cumple.
"El colapso absoluto"
"Se tiene que producir el colapso absoluto", dice uno de los participantes, mientras que otro fija un objetivo: "No vamos a parar hasta que venga el helicóptero de la televisión y muestre la retención entera. Esto lo tienen que ver en toda Europa, no nos vale ya con las cadenas nacionales", refiere otro agricultor.
Hay quienes nunca han trabajado en el campo, pero también se suman a la movilización. Es el caso de María del Mar y Héctor, un matrimonio que ha aparcado su coche en una senda de tierra y explica los motivos de ese apoyo. "Los agricultores tienen razón en las reivindicaciones. Si no hacemos nada, ¿acabaremos tirando nuestras frutas y nos comeremos las de por ahí fuera, como ya estamos haciendo?'", manifiesta María del Mar.
Uno de los conductores que sufre la protesta tendría que estar a las doce del mediodía en Badajoz para una inspección. Llama en estos momentos a la funcionaria pública para comentarle la situación. Otro camionero ya está acostumbrado. Lleva dos semanas sufriendo las retenciones. Ha de acudir a la Granja de Torrehermosa, municipio extremeño, y lleva tres cuartos de hora parado, sin poder avanzar. Confiaba en que los manifestantes dejaran un carril libre, pero ese requisito no se ha cumplido. Los tres carriles (con el de incorporación) están ocupados. No hay visos de que alguno se quede libre, según comenta un agente de la Guardia Civil. La semana pasada pudo esquivar las protestas saliendo de su casa a las seis de la mañana y volviendo a las siete de la tarde. Los hay quienes, antes de acceder a la A-66 y comprobar el colapso, deciden tomar como ruta alternativa la N-630, que ya presenta un considerable volumen de tráfico.
Gabriel Ferrere y su hija Magdalena tienen previsto coger un vuelo en el aeropuerto de Madrid que los lleve a Uruguay, su país de origen, a las doce de la noche. Se han enterado de los cortes esta mañana, cuando ya estaban en la A-66 en un vehículo de alquiler. Llevan casi una hora en el coche y la paciencia empieza a agotarse. Están buscando rutas alternativas, pero temen que tras esquivar esta protesta se encuentren con otra antes de llegar a la capital española. "Necesitamos llegar con tiempo para dejar el coche y facturar las maletas", detalla con bastante nerviosismo Magdalena.
Mientras, en la cabeza de la manifestación los agricultores continúan con sus chalecos reflectantes, las banderas de España y algún que otro cencerro que aporta un sonido singular a la protesta. Muchos quieren lograr la imagen que se produjo en Francia hace varios años, cuando se colapsaron sus principales carreteras con una protesta similar, la de los chalecos amarillos. Todo ello en un Miércoles de Ceniza, aunque la gente del campo asegura que llevan sufriendo una severa cuaresma desde hace bastante tiempo.
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