La agonía del ficus de San Jacinto
Dos años después de la poda salvaje a la que fue sometido, el árbol presenta un estado de extrema debilidad y da muestras de secarse
El Ayuntamiento sostiene que sigue vivo y que extrema los cuidados con mimo para tratar de recuperarlo
Un tratamiento con microrriza se le aplicó el pasado mes de abril
Cuando están a punto de cumplirse dos años de la poda salvaje a la que fue sometido, el ficus de San Jacinto da ya muestras de extrema debilidad y parece estar seco. Fuentes del Ayuntamiento de Sevilla aseguran que el árbol sigue vivo y está siendo sometido a cuidados extremos y con mimo, pero no parecen ser suficientes para devolverle la salud. El ficus presenta dedesde hace semanas la corteza cuarteada, numerosas ramas secas y las escasas hojas que tiene amarillean. El aspecto no tiene nada que ver con los brotes que tuvo las primeras semanas tras la poda.
Estos síntomas que no hacen presagiar un buen futuro para un ejemplar que se convirtió en un símbolo de resistencia después de que el movimiento vecinal consiguiera parar in extremis su tala en agosto de 2022, obteniendo una orden judicial cuando ya había sido sometido a una brutal poda previa al apeo que el Ayuntamiento, entonces presidido por Antonio Muñoz, había ordenado al considerar que no reunía las suficientes condiciones de seguridad. Una rama había caído en marzo de 2021 sobre una cuponera de la ONCE, a la que causó lesiones graves, y las raíces estaban provocando daños en la iglesia de San Jacinto.
“Todo esto es consecuencia de la poda tan salvaje a la que fue sometido, que lo dejaron hecho polvo. Aquellos brotes que surgieron eran normales, porque las raíces seguían bombeando savia como si el árbol tuviera la copa que tenía antes, de ahí que hubiera tantos brotes. Pero ahora la realidad es bien distinta, y personas especialistas en la materia nos han trasladado que el árbol se está muriendo”, explicó Aurora Baena, representante de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza (AMJA), que llevó el asunto a los tribunales. Baena explica que el ficus era uno de los pocos árboles que hay en Pagés del Corro, una calle que es un “horror de tráfico” continuo y apunta a que ya la caída de ramas que hirió a la cuponera venía de una poda anterior.
En agosto de 2023, un año después de la tala frustrada, el Ayuntamiento de Sevilla alcanzó un acuerdo con la comunidad de dominicos de la parroquia de San Jacinto por el cual la Orden de Predicadores de Padres Dominicos, propietaria de la iglesia, las dependencias anexas y el jardín de entrada, cedía este espacio que otrora constituía el compás del antiguo convento a la ciudad, haciéndose cargo a partir de e ntonces el gobierno municipal del mantenimiento y conservación del mismo, incluyendo las especies vegetales y el ficus.
Este acuerdo suponía para el Ayuntamiento “un importante avance en la conservación del ficus”, pues a partir de entonces eran los servicios municipales los que se hacían cargo del mismo, lo que en teoría debería garantizar su mantenimiento, ya que no podía ser asumido por la orden propietaria del espacio dados sus altos costes. Por su parte, los dominicos desistían del apeo del árbol, para lo que el gobierno anterior le había dado licencia el mes de mayo de 2022.
En abril de 2024, el Ayuntamiento informó que continuaba con los trabajos de recuperación y mantenimiento del ficus, para lo que estaba aplicando microrriza, un producto compuesto por microorganismos simbióticos que favorece el sistema de raíces. Con esta medida, pretendía estimular el crecimiento y la recuperación del ejemplar. Poco antes, se había ampliado el parterre para desbloquear las raíces, para mejorar su funcionamiento y permitir la correcta hidratación y nutrición del ejemplar.
En mayo de este año, el Ayuntamiento hizo público un informe de Parques y Jardines sobre el estado de las actuaciones realizadas en el ficus y en los jardines que comparten espacio con él, pues el “entorno radicular del ficus evoluciona por todos ellos, no sólo por la base del árbol”. De hecho, las raíces activas con más capacidad nutriente y de absorción de agua no están bajo el alcorque sino más alejadas.
Decía el Consistorio que el exceso de riego en la base del árbol puede perjudicar la integridad del mismo. Ya en ese informe, se apuntaba el “fuerte deterioro” del tronco y la falta de masa foliar, dado que no se estaba produciendo paso de savia. Esto se podía achacar al decaimiento de los tejidos responsables del intercambio, tanto del floema como del xilema.
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