La agonía del Molino de San Juan de los Teatinos
Parte de esta interesantísima construcción que data del siglo XIV ha sido derribada por su inestabilidad
Diversas asociaciones exigen al Ayuntamiento su restauración y aprovechamiento
Parte de una cerca del Molino de San Juan de los Teatinos ha sido derribada por el Ayuntamiento en fechas recientes, pese a contar el conjunto, el más interesante molino hidráulico de los seis que existían en el término municipal de Sevilla, con su correspondiente inscripción en el catálogo del PGOU. Debido a esta importante huella histórica y patrimonial, la Asociación Parque Vivo del Guadaíra, entre otros colectivos, reclama al Consistorio la protección y revitalización progresiva de este molino y el resto de los bienes patrimoniales con los que cuentan los parques del Guadaíra y sus inmediaciones, además de aprovechar su impresionante potencial para vertebrar parte del área metropolitana.
Varias asociaciones han denunciado en los últimos días la reciente destrucción de parte de la cerca perimetral del molino, que incluía una estructura de 20 por 3 metros con una cubierta soportada por arcos de medio punto que, por su configuración, podría ser una cuadra o establos. Desde el Ayuntamiento de Sevilla han confirmado a este periódico que tras un hundimiento accidental de parte de la cubierta de esta construcción se procedió al derribo con maquinaria pesada del resto de la estructura por motivos de seguridad. En el Consistorio tienen muy presente el trágico suceso ocurrido en la Hacienda del Rosario y no quieren que se repita. Esta misma versión ha sido corroborada por la Asociación Parque Vivo del Guadaíra con trabajadores del parque.
“Esta intervención nos parece desproporcionada, dudosamente legal, y viene a empobrecer aún mas la situación de este conjunto de gran interés histórico, patrimonial y paisajístico, en el que es posible apreciar el abandono de toneladas de residuos de poda, de restos de obras y el progresivo deterioro de los caminos, puentes y obras de limpieza y protección que se hicieron con motivo de la creación del Parque Riberas del Guadaíra en 2010”, lamentan desde esta asociación, cuyo presidente es Antonio Fajardo.
El molino de San Juan de Teatinos cuenta con una larga historia desde época medieval. Ha sido molino hidráulico, fabrica de pólvora, de barrenado de cañones y casa de labor hasta quedar abandonado en los años 60 del siglo XX. Incorporado al Parque de Riberas del Guadaíra, es propiedad municipal desde este mismo año tras su cesión por la Seguridad Social.
En esta zona existen vestigios de un puente correspondiente a la antigua calzada romana. En el siglo XIV el molino era propiedad de los monjes teatinos que tenían su convento de San Cayetano de San Juan de los Teatinos en lo que hoy es el Tiro de Línea. En el siglo XVIII pasó a manos de los jesuitas. En el siglo XIX, tras la Desamortización, pasa a tener diferentes usos hasta que comenzó su deterioro en los años 60 del siglo XX. Su forma neogótica, cuenta con una nave con decoración de estilo lombardo muy interesante, le es conferida en el siglo XIX.
Esta interesante construcción ha padecido a lo largo de años una enorme pérdida patrimonial a consecuencia del expolio y de diversos derribos. Pese a ello, todavía conserva importantes restos, como la torre, la construcción central, una nave con elementos decorativos de sabor historicista , y una recia cerca perimetral que defiende el complejo de las avenidas del río; además del azud (rueda para sacar agua del río) y de las conducciones del agua.
“Cuando se hizo el parque el molino se quedó fuera del proyecto. Hicimos varias gestiones para intentar recuperarlo pero no conseguimos nada. Es una pieza espléndida para la ciudad”, explica Paco Gómez, arquitecto que diseñó el parque que se extiende por donde discurre el cauce del Río Guadaíra. En esta misma zona había otro molino, de menor entidad, que se derribó en los años 50, aunque durante el desarrollo del proyecto del parque se hizo una campaña arqueológica y se recuperaron los restos básicos. “El de San Juan de los Teatinos estaba completo y las estructuras estaba razonablemente bien. Era el más importante y grande de todos los molinos. Se convirtió en una factoría industrial”, explica Gómez.
Entonces, el arquitecto y sus alumnos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Sevilla hicieron un trabajo importante de propuestas para la recuperación de todo este importante patrimonio. Incluso la universidad se planteó instalar allí la escuela de Ingeniería Técnica Agrícola. Todo quedó en nada al coincidir el final de la obra con la crisis económica y con la falta de interés de las administraciones.
El molino de San Juan de los Teatinos no cuenta con la inscripción como Bien de Interés Cultural (BIC), pese a su historia y valor patrimonial. Sí se encuentra en el catálogo del PGOU, aunque eso no compromete a su conservación. Desde Adepa, la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucía, su presidente, Joaquín Egea, exige su restauración y anuncia medidas: “Es un molino interesantísimo. Lo que se ha hecho es un atentado contra el patrimonio. Al no ser BIC se supone que se puede derribar, pero estamos hartos de que esto siga pasando. Es un patrimonio de todos los ciudadanos y no se puede dejar de actuar sobre algo que es nuestra herencia. Nos vamos a dirigir al Defensor del Pueblo y a la Fiscalía por si quieren actuar”. Egea también lamenta que desde la oposición municipal no se tomen cartas en asuntos de este tipo: “No pueden seguir mirando hacia otro lado. El gobierno de Espadas ha aprobado muchas propuestas en el Pleno y nunca se han llevado a cabo. Hay que cumplir lo que está escrito”.
Un gran corredor verde
Los parques del Guadaíra (60 hectáreas), Bermejales (20 hectáreas) y Riberas del Guadaíra (40 hectáreas) forman un gran corredor verde y cuentan con importantes elementos de valor patrimonial que son huella de la transformación del territorio. Entre ellos, el puente Alfonso XIII, los molinos de San Juan de Teatinos, la Torre Blanca, Judea y Mionjar; los azudes de la Horadada y Teatinos, así como los restos de los puentes de Teatinos y Horadada, éste último de origen romano; así como la huella del campo de trabajo de Heliópolis.
“La protección y difusión de su memoria es una demanda que sirve para dotar de referencias históricas a este corredor verde que ahora se configura en el mayor espacio verde de la ciudad. En el caso de los restos de los molinos de San Juan de Teatinos y Torreblanca se debe detener su proceso de deterioro. A medio plazo, en la linea con el trabajo de investigación en realización por los equipos universitarios dirigidos por el arquitecto Félix de la Iglesia, se considera necesario diseñar propuestas imaginativas para el aprovechamiento de estas interesantes estructuras, con sus elementos hidráulicos asociados”, sostiene Antonio Fajardo.
El corredor verde, con más de cinco kilómetros de longitud, es también un espacio para la movilidad alternativa de peatones, patinadores y ciclistas, al articular toda la zona sureste de Sevilla, que es hacia donde se expande la ciudad. Sin embargo, este corredor no alcanzará toda su potencialidad hasta que no se resuelvan dos conexiones que facilitarían sus relaciones: hacia el este, con Alcalá de Guadaíra y Los Alcores; y hacia sur con Los Palacios y las Islas del Guadalquivir como referencia. Como indica Fajardo, estas rutas permitirían crear un auténtico parque metropolitano al que se podría acceder desde distintas localidades próximas a la capital.
En el primer caso debe habilitarse el Camino de Sirga, prácticamente perdido, paralelo a la ribera del Guadaíra desde el Parque de la Riberas del Guadaíra hasta sifón del Canal del Bajo Guadalquivir. Desde aquí conectaría con Alcalá de Guadaíra por el camino de ribera existente. “Esta actuación, de unos tres mil metros, pudiera ser facilitada por Emasesa al encontrarse allí la EDAR de Ranilla”, señala Fajardo. En el segundo caso, debe resolverse el tapón provocado por los nuevos accesos al centro comercial Lagoh, así como mejorar el firme y reforestar el camino de servicio del nuevo encauzamiento del río Guadaíra.
Del mismo modo se expresa el arquitecto Paco Gómez, que advierte de sus grandes posibilidades. “Para nosotros el gran descubrimiento fue que Sevilla tiene dos ríos. El Guadaíra cuenta con un potencial enorme y estructura la principales poblaciones del área metropolitana: Alcalá de Guadaíra, Sevilla, Bellavista, Dos Hermanas, pero está infravalorado y cuenta con condicionantes paisajísticos. Este desarrollo es complejo puesto que requiere de una estructura metropolitana. Pero su potencial es enorme”.
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