El alcalde adelanta a 2014 el objetivo de rebajar la presión fiscal en Sevilla

Hubo que escuchar antes los reproches entre el gobierno y la oposición para conocer que el Ayuntamiento hispalense aplicará una rebaja en los impuestos el próximo año. Así lo dio a conocer ayer el alcalde, Juan Ignacio Zoido, durante la intervención con la que concluía el debate sobre el estado de la ciudad, cuando ya los portavoces del PSOE e IU, Juan Espadas y Antonio Rodrigo Torrijos, respectivamente, no tenían derecho a réplica. El objetivo no es otro que el que su propio equipo se marcó a principios de mandato y que él mismo anunció el día de la toma de posesión: situar a la ciudad hispalense en el grupo de capitales españolas que registran una presión fiscal media, una meta que en principio estaba establecida para el último año de mandato, pero que Zoido ha adelantado a 2014, aunque eso sí, sin precisar cómo ni cuánto se reducirán dichos tributos.

El anuncio efectista puso la guinda a una sesión marcada por el intercambio de críticas entre una bancada y otra. Al tomar la palabra por última vez el alcalde expuso como logro que las cuentas municipales estaban "saneadas", por lo que se había cumplido con el déficit público. "Hemos hecho los deberes de sostenibilidad financiera", recalcó Zoido quien a los pocos segundos adelantaba que las ordenanzas fiscales del próximo año incluirán una rebaja en cuatro impuestos: el de Bienes Inmuebles (IBI), el de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), el de Actividades Económicas (IAE) y el del Incremento del Valor de los Terrenos de la Naturaleza Urbana (más conocido como Plusvalía).

Además, se congelará el tributo sobre los Vehículos de Tracción a Motor (el llamado sello del coche) y se aplicarán beneficios fiscales en el ICIO y el IAE con el fin de generar empleo.

Según Zoido, después de que se hayan saneado las arcas públicas -momento en el que se refirió a la "herencia recibida" del anterior mandato- "es más necesario que el dinero esté en los bolsillos de los emprendedores y de las familias que lo están pasando mal", motivo por el cual se ha optado por ejecutar esas medidas. Una decisión que recibió el aplauso de la bancada popular y de buena parte de los asistentes al debate, pero que dejó sin posibilidad de preguntas a la oposición y con bastantes dudas a los periodistas que cubrían la sesión, puesto que en ningún momento se avanzó un mínimo porcentaje de reducción en alguno de los tributos mencionados.

Una duda bastante razonable si se tiene en cuenta que en el caso del IBI, que es el principal gravamen del Fisco local, el Ayuntamiento tiene un escaso margen de maniobra, como se encargó de recordar el grupo municipal socialista tras el anuncio, ya que viene condicionado por el coeficiente establecido por el Gobierno, que el pasado mes de abril manifestó que prorroga para 2014 la subida establecida a raíz del decreto para corregir el déficit público. Por tanto, el Ayuntamiento sólo puede reducir su tipo impositivo, que hasta hace poco rozaba el límite fijado para las corporaciones locales: 1,10%.

Precisamente el conocido como "catastrazo" de Rajoy -aprobado para mejorar las famélicas economías locales- permitió que el Ayuntamiento de Sevilla recaudara el año pasado 8,9 millones de euros más, un incremento que sirvió para contrarrestar la caída sufrida en el impuesto por construcciones y obras (ICIO), en el que se llegaron a perder 4,3 millones.

El gobierno de Zoido ya congeló este año el IBI, pese a lo cual el Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS) -órgano de consulta y asesoramiento municipal- aconsejó bonificaciones en este tributo y reducir el tipo impositivo del 1,265 para los empresarios (cerca del máximo legal para este tipo de inmuebles que es del 1,3%).

Lo cierto es que la bajada de la presión fiscal fue uno de los objetivos marcados por los populares durante la campaña de los pasados comicios locales. En el momento en el que el PP se hizo con la Alcaldía hispalense, la ciudad se encontraba entre las más caras de España en el IBI, el IAE y la Plusvalía. En el caso del de bienes inmuebles sólo era superada por Valencia y en el de actividad ocupaba el segundo puesto tras Barcelona.