Más de 2.000 actuaciones contra el absentismo escolar

Vuelta al cole

Los protocolos de intervención se han multiplicado por diez en un lustro

La falta a clase es un fenómeno que se ha estabilizado en Sevilla gracias a la colaboración de los colegios, las entidades civiles, los servicios sociales y la Policía Local

Una clase medio vacía por la falta de alumnos.
Una clase medio vacía por la falta de alumnos. / D. S.
Diego J. Geniz

09 de septiembre 2018 - 23:47

El absentismo escolar se estabiliza en Sevilla. Los datos que maneja el Ayuntamiento hispalense demuestran que las cifras de este fenómeno se mantienen estancadas desde hace cinco años, una tendencia que es el resultado de la actuación conjunta que los centros educativos, las entidades civiles, los servicios sociales municipales y la Policía Local realizan en este ámbito tanto para concienciar a las familias de la necesidad de que los menores asistan a clase como en los casos en los que se detecta la ausencia continuada de un niño al colegio. Los resultados de esta labor sirven de base para elaborar el primer plan municipal de absentismo escolar, articulado en casi una veintena de líneas estratégicas con las que se pretende hacer frente a este problema, bastante habitual en barrios necesitados de transformación social.

La alarma por el alto grado de absentismo escolar se activó hace más de una década. La falta a clase se había convertido en un factor común en muchos barrios deprimidos de la ciudad. La Junta de Andalucía tomó conciencia de esta situación y marcó las pautas para que las autoridades municipales hicieran frente a este problema que suponía la implicación de diversos agentes sociales. El gobierno de Juan Espadas ha dado un nuevo impulso a dicha labor, razón por la cual desde el año pasado ha puesto en práctica dos medidas para atajar el absentismo en la escuela. La primera de ellas consiste en elaborar un estudio -con ayuda de la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla- que muestra la evolución de la falta a clase. Una vez obtenidos estos datos, se procederá a la segunda fase: poner en marcha un plan municipal de absentismo.

El informe elaborado por la Hispalense refleja que el absentismo se ha estabilizado los últimos años, en los que apenas se registran variaciones. El dato más significativo de este análisis concierne a las acciones desarrolladas durante el pasado lustro, en el que se ha detectado un destacado aumento no por la mayor falta a clase, sino por el trabajo puesto en marcha por las distintas entidades y servicios que se afanan en garantizar la presencia de los menores en la escuela. En este ámbito se distinguen dos tipos de acciones. Por un lado, las de prevención, en las que participan los centros educativos, las entidades sociales, los servicios municipales de Bienestar Social y los equipos de prevención. Una labor que se ha multiplicado por diez desde el curso 2012/13. Ahí están las cifras que lo avalan. Aquel ejercicio se trabajó con 147 familias para que tomaran conciencia de la necesidad de que sus hijos asistan siempre al colegio. En 2017 dicha cifra se elevó a 2.209. Esta función resulta esencial, pues son los padres los primeros que han de otorgar la importancia merecida a esta asistencia.

El segundo apartado lo componen las acciones de protocolo, es decir, la actuación desarrollada cuando se ha detectado que un menor falta a clase sin justificación alguna. En esta labor, además de los agentes mencionados antes, también participa un grupo especializado de la Policía Local. La colaboración de todos los colectivos ha permitido multiplicar por diez las cifras de cinco cursos atrás. En 2012/13 se actuó en 132 casos, cantidad que el curso 2016/17 llegó a las 2.348. Se trata, en su mayoría, de casos que se han logrado reconducir. Destaca en este apartado la actuación policial, a través del trabajo coordinado desde de la Delegación de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores, que dirige Juan Carlos Cabrera. El curso 2012/13 acabó con la intervención de los agentes en nueve casos, un volumen que llegó a los 95 en 2017, lo que se traduce en una subida cercana al 1.000%.

Los agentes entregan al colegio o a sus padres a los menores que encuentran en la calle durante el horario escolar

En este punto conviene recordar que la capital andaluza cuenta con un protocolo de intervención contra el absentismo escolar que detalla la función de cada uno de los agentes implicados en esta labor. En él se especifica que para declarar un caso en tales términos un alumno ha de faltar (sin justificar) cinco días lectivos al mes en Primaria y 25 horas de clase al mes en la ESO, o el equivalente al 25% de las jornadas lectivas o de horas de clase, respectivamente. El protocolo incide en que este trabajo requiere “de una actuación integral de todas las administraciones públicas y de un planteamiento global que desarrolle estrategias de intervención desde el ámbito educativo, social y familiar”.

Respecto a las competencias de la Policía Local, se especifica que los agentes intervendrán en aquellos supuestos en los que los menores de 16 años transiten o permanezcan en espacios públicos durante el horario escolar. Llegado el caso, solicitarán al menor su identificación y averiguarán las circunstancias y motivos por los cuales no está en clase. En caso de que no existe una razón creíble, lo trasladarán a su domicilio familiar o al centro educativo en el que esté escolarizado. La Policía pondrá en conocimiento de los representantes legales del alumno y de la autoridad educativa competente que fue encontrado fuera del centro de enseñanza en horario lectivo.

El protocolo, además, establece un procedimiento de intervención para casos de absentismo. En la primera fase participan los centros educativos, los servicios sociales municipales, la entidades colaboradoras y la Policía Local. Cuando la falta a clase de un alumno se reitere, se llevará a una de las 13 subcomisiones técnicas municipales de absentismo en la que se divide el mapa educativo de Sevilla y que atiende a un número determinado de colegios. Si la situación se agrava, pasará a la comisión municipal, que decidirá si el caso se deriva al Servicio de Protección de Menores o a la Fiscalía de Menores. En ambos casos la decisión ha de comunicarse a la comisión provincial de absentismo. Los responsables de la falta continuada de un menor a clase son los padres o representantes legales, que pueden llegar a ser sancionados.

No sólo la Policía Local es la que interviene en los casos de absentismo. Los agentes de la Unidad de la Policía Nacional adscrita a la Junta de Andalucía también trabajan contra este fenómeno. Para ello, se dispone de patrullas preventivas en el entorno de los centros educativos, especialmente en las zonas necesitadas de transformación social, como Los Pajaritos, Candelaria o el Polígono Norte. Para el Polígono Sur existe un plan especial coordinado con el comisionado creado en la zona. Durante el pasado ejercicio se levantaron 50 actas por la presencia de niños en la calle durante el horario lectivo. Estos menores fueron trasladados al colegio donde están escolarizados o a sus familias. De la falta a clase se informa a las autoridades competentes. El número de actas levantadas supuso una merma de casi el 30% respecto al curso anterior.

Un plan que busca más la prevención que la reacción

La segunda medida que activará el gobierno local supone la puesta en marcha del primer plan municipal de absentismo escolar, cuyo contenido será fruto de un proceso de participación, con el fin de que esté en vigor para el próximo curso. Su objetivo principal es que la prevención, detección e intervención que se lleva a cabo en este ámbito tengan cada vez más un carácter proactivo que reactivo.

Para ello, resulta fundamental sensibilizar al alumnado, las familias y las entidades socioeducativas sobre la importancia de la escolarización; favorecer la asistencia activa de los menores; mantener un control “adecuado” de la incorporación a los colegios; lograr la detección temprana del alumnado en riesgo de absentismo escolar; ofrecer un seguimiento individualizado de estos estudiantes; desarrollar programas para implicar a las familias en la escolarización y a las entidades sociales en programas de prevención, intervención y control.

El logro de estos objetivos será posible mediante la articulación de 18 líneas estratégicas, entre las que destacan la colaboración entre los sectores políticos implicados contra este fenómeno, el desarrollo de las campañas de sensibilización, la creación de un banco de recursos y buenas prácticas, el intercambio de información entre las distintas áreas del Ayuntamiento a las que conciernen esta actuación, apoyar a los centros educativos en las tareas preventivas contra el absentismo, incorporar actuaciones preventivas en las clases de Educación Infantil, negociar con la Delegación territorial de Educación las medidas que contribuyan a erradicar el absentismo, reforzar la medidas municipales y de los servicios sociales, incorporar la figura del educador y del trabajador social en los colegios y potenciar el equipo de la Policía Local que se encarga de la falta de los menores a clase. A ellas se unen la colaboración con la Fiscalía e incentivar la asistencia al colegio con beneficios ligados a la escolarización continuada.

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