Años de acoso, insultos y amenazas, lo que hay detrás del crimen de San Jerónimo
El presunto autor del homicidio se mudó con su familia para evitar problemas con la víctima
Un día después de la mudanza, la víctima fue a buscarlo y se enfrentaron en plena calle
Está previsto que los detenidos pasen este miércoles a disposición judicial
El crimen de San Jerónimo estuvo precedido por años de acoso, insultos y amenazas, que llegaron hasta el extremo de que la familia de los implicados en el homicidio decidió dejar la vivienda en la que habían residido durante muchos años y mudarse a una zona nueva del barrio. El día después de la mudanza, el presunto autor del homicidio y la víctima se volvieron a encontrar y acabaron enzarzados en una pelea a puñaladas. En ella murió un hombre de 48 años, Jesús G. M., conocido como el Pepuli, con numerosos antecedentes por delitos como tirones y robos con navaja.
La Policía Nacional detuvo poco después del crimen al presunto autor del mismo, un joven de 28 años sin antecedentes. Y unas horas después arrestó a un familiar de éste, cuya presunta participación en los hechos está investigando el Grupo de Homicidios. Está previsto que ambos pasen a disposición judicial este miércoles. Mientras, el hermano de la víctima está amenazando a los familiares de los detenidos, que han decidido marcharse de San Jerónimo.
Los hechos ocurrieron sobre la una de la tarde del domingo en la calle Marruecos. El presunto autor del homicidio caminaba con su hermana menor de edad y un perro, cuando se encontró de frente con el que había sido su vecino hasta el día anterior. Según explicaron a este periódico varios residentes en San Jerónimo, el Pepuli fue a buscar a sus antiguos vecinos a su nuevo domicilio. Llevaba, añaden, un cuchillo y una cadena.
Esto provocó una pelea a puñaladas, en la que la el Pepuli recibió varias cuchilladas en el costado y murió allí mismo. Su cuerpo quedó tendido en la acera de la calle Marruecos, a escasos metros de donde el barrio se preparaba para disfrutar del domingo de carnaval. La Policía y los sanitarios estuvieron unos cuarenta minutos tratando de reanimar a la víctima, pero fue imposible. Los agentes detuvieron al presunto autor del homicidio en su nueva casa y éste admitió los hechos y entregó el arma. Comentó incluso que tenía unas rencillas vecinales con la víctima.
Ambos residieron muchos años en el mismo bloque de la calle Esturión, en pisos colindantes. En uno de ellos residía el Pepuli con su hermano, ambos toxicómanos y con un amplio historial delictivo. En el otro vivía el presunto autor del crimen con su madre, el marido de ésta y su hermana menor de edad. Fuentes próximas a esta familia relataron a este periódico que las amenazas e insultos eran constantes y diarias por parte de los hermanos, sobre todo cada vez que éstos consumían estupefacientes. Había un enfrentamiento latente entre ambos porque eran continuos los ruidos, molestias y golpes que generaban los hermanos.
"Se metían con él, lo insultaban, a veces también se metían con la hermana, que es una niña". En ocasiones esta tensión vecinal derivó en agresiones físicas y en alguna vez tuvo que intervenir la Policía. Este conflicto estaba haciendo mella en la familia, pues la madre era partidaria de mudarse, a lo que el resto de miembros se oponían. "Le decían que por qué se tenían que ir ellos de su casa, si no habían hecho nada". Unos días antes del crimen hubo un nuevo roce entre ellos y la familia decidió finalmente mudarse a otra zona del barrio.
Se trasladaron al nuevo piso el sábado 24 de febrero. "Tenían que entrar el día 1, pero hablaron con la propietaria para que les dejara instalarse antes", explican las mismas fuentes. Sólo pasaron una noche en este domicilio. La tensión explotó cuando vieron al Pepuli desafiándolos en mitad de la calle, al lado de su nueva casa. "Hay gente que dice que llevaba allí desde las ocho de la mañana, que se había tomado un café y una tostada en un bar y los estaba esperando".
Durante la noche de ayer lunes, el hermano de la víctima amenazó a familiares de los detenidos y amigos de éstos diciendo que tenía una pistola y que los iba a matar. La Policía acudió a una llamada de los afectados para tratar de calmar la situación. Finalmente, los familiares han decidido marcharse también de su nueva casa. "Queremos dejar claro que son muy buenas personas, nunca han tenido problemas con nadie, a diferencia de la víctima y su hermano, que siempre han sido muy conflictivos", aseguran las mismas fuentes.
Este parece ser el sentir de muchos vecinos de San Jerónimo, que de hecho han iniciado una campaña de recogida de firmas en apoyo de los dos detenidos. Incluso están recogiendo fondos a través de una cuenta bancaria y de un número de bizum para afrontar los gastos del proceso.
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