La Academia Sevillana de Ciencias arranca el curso con un repaso al origen de la vida

La académica numeraria e investigadora Carmen Hermosín fue la encargada de inaugurar la nueva etapa en la institución en un solemne acto en el Salón Almirante del Real Alcázar

La académica e investigadora Carmen Hermosín, durante el discurso inaugural del curso en la Real Academia Sevillana de las Ciencias.
La académica e investigadora Carmen Hermosín, durante el discurso inaugural del curso en la Real Academia Sevillana de las Ciencias. / José Ángel García

Con sabiduría y mucha ciencia abría ayer la Real Academia Sevillana de Ciencias su curso. Fue en un solemne acto en el Salón Almirante del Real Alcázar de Sevilla en una cita encabezada por su presidente, el catedrático Miguel Ángel de la Rosa, y el resto de la junta de gobierno, en compañía del segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, el edil Álvaro Pimentel. 

Junto a ellos, numerosas autoridades e invitados deseoso de arropar a los académicos en la apertura de esta una etapa en la institución para el cultivo, fomento y difusión de las Ciencias entre la sociedad sevillana. También de escuchar la lección inaugural sobre El origen de la vida en la Tierra y las arcillas, presuntas implicadas, que pronunció la investigadora e ilustrísima académica numeraria, Carmen Hermosín Gaviño, quien comenzó su conferencia resumiendo los tres puntos en los que luego se detuvo al detalle para el deleite de los asistentes.

"La introducción estará dedicada al origen del Universo y a la evolución posterior de la Tierra. En el desarrollo entraremos de lleno en el origen de la vida y sus diversas teorías, parándonos algo más en la teoría de la arcilla. Por último en el epílogo, muy brevemente, veremos como las nuevas tecnologías pueden ayudar a rellenar los huecos que aún quedan desde la química prebiótica a la célula y su importancia para encontrar otros planetas o mundos habitables", avanzó Hermosín.

Y, sin salirse del guion, la académica comenzó su magistral repaso desde nuestros orígenes más ancestrales a la inmersión del mundo actual en las nuevas tecnologías y los posibles efectos en aquellas primitivas teorías de su papel omnipresente. Así, Carmen Hermosín partió de la "concepción religiosa del cosmos", donde apuntó que "según nuestra Biblia, Dios creo al hombre del barro o arcilla como lo pinta Miguel Ángel en la capilla Sixtina: aparecen por primera vez nuestras presuntas implicadas en la vida del hombre".

Continuó recordando cómo "los egipcios y los mayas fueron dos culturas que aportaron conocimientos importantes de nuestro sistema solar" y cómo "hubo algunos filósofos griegos, como Aristarco de Samos que contra viento y marea proponía el modelo heliocéntrico en el siglo III aC".  

En esta primera parte de su discurso, la conferenciante también se paró en advertir cómo "hasta el siglo XIX-XX, la ciencia estuvo más preocupada por la estructura del cosmos que por su origen". "No fue hasta principios del XX, cuando se han desarrollado diversas avaladas científicamente, sobre el origen del Universo, y ha sido gracias a la mejora de los instrumentos tanto para observar el cosmos y analizar la luz que nos llega: la teoría de las fluctuaciones, la del principio antrópico, teoría de las cuerdas, la planetesimal,etc, casi todas partiendo de la teoría de la relatividad de Albert Einstein, quien dio el pistoletazo de salida para el desarrollo posterior, la mayor parte las teorías actuales sobre el origen del Universo", dijo, y así llegó al Big Bang. "La teoría más conocida, aceptada y parcialmente contrastada", de la que dijo que Stephen Hawkins fue "su gran divulgador", considerando al matemático, astrónomo y físico, además de sacerdote y catedrático de Física, George Lemaître, "su verdadero padre".

La sesión continuó con una definición "simple y sencilla" de la vida. "Es un organismo vivo es un sistema químico abierto, metabolismo, que como mínimo, tiene la capacidad de transferir información molecular vía autorre-producción y debe ser capaz de evolucionar", dijo, adentrándose en la segunda parte de su discurso.

Se paró en los primeros indicios. "Provienen de unos fósiles encontrados en Australia Occidental y que muestran estructuras de estromatolitos formados por capas superpuestas de organismos unicelulares litificados, cuya datación se corresponde con 3700-3500M de años", dijo. Y también en "su problema". "El problema del origen de la célula, que aunque aún no se sabe a ciencia cierta cómo apareció, si se acepta que fue un proceso físico-químico gradual y evolutivo que transformó moléculas inorgánicas en moléculas orgánicas pequeñas, polímeros, macromoléculas...etc., en lo que llamamos la química prebiótica, y que es en lo que nos vamos a centrar, y para la que, sin duda alguna, la presencia del agua fue fundamental", detalló.

Desarrolló en este punto la teoría de Oparin-Haldane y sus tres vertientes. "Propuesta en los años 20 del siglo pasado, de forma independiente, por el bioquímico soviético Alexander Oparin y el biólogo inglés John Haldane, y posteriormente refrendada por Charles Darwin", explicó. También aparecieron en su disertación las arcillas, a las que calificó, y así lo recoge el mismo título de su discurso, como "presuntas implicadas". "El primero en sugerir el papel clave de la arcilla en el origen de la vida fue el francés Jean Bernal en 1949, que proponía las arcillas como coadyuvantes en la formación de las primeras moléculas orgánicas cercanas a la vida, por las siguientes razones. Desde entonces han sido numerosos los escenarios prebióticos, incluyendo arcillas, que se han experimentado y descrito", refirió.

"El origen de la vida es en gran parte una ciencia histórica que actualmente, como casi todas, es multidisciplinar y se aborda desde muchos puntos de vista: del biólogo, del geólogo o del químico, desde el que yo he tratado contarles aquí, los estudios más relevantes sobre el papel de las arcillas, que se siguen señalando", dijo ya en los últimos compases de su lección, planteando a su conclusión una importante cuestión por resolver. "¿Podrán la computación y la IA ayudar concretar los pasos aún por conocer desde las moléculas prebióticas asociadas a la arcilla hasta la células?", dejaba en el aire Hermosín, antes de arrancar un sonoro aplauso, con el que se dio por inaugurado el nuevo curso. 

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