La Academia de Bellas Artes pide prudencia con el supuesto hallazgo del circo de Itálica
Los académicos, que han tratado el asunto en una reciente sesión, ponen en duda que los datos del georradar correspondan a este colosal edificio
Itálica afronta una etapa decisiva en su candidatura a la Unesco y la Junta de Andalucía tiene la llave
Expertos localizan indicios de posibles restos del circo de Itálica al Este de la antigua ciudad romana
Prudencia y prospecciones. La Real Academia de Bellas Artes de Sevilla ha pedido la máxima cautela sobre el pretendido hallazgo del Circo de Itálica, noticia publicada hace unas semanas. Los académicos han tratado este importante asunto en una reciente sesión y las conclusiones no pueden ser más claras: "Lo ponemos en duda. Los registros de georradar están sujetos a muchas interferencias y en una zona de construcciones modernas pensamos que pueden haber localizado quizá, más que el circo romano, vestigios del antiguo camino de Extremadura o del terraplén del antiguo ferrocarril de las minas de Cala". Para evitar más especulaciones piden que se lleven a cabo los trabajos de campo necesarios que aclaren el hallazgo".
Hace pocos días -señala la nota de la Academia- se ha dado publicidad al hallazgo de un pretendido Circo en Itálica y, como frecuentemente sucede en este tipo de hallazgos que aparecen en la prensa antes que en artículos especializados, se trataría del circo más grande que Roma construyó nunca fuera de Italia, un auténtico coloso con más de 500 m. de longitud, ocho hectáreas de extensión y capacidad para 80.000 espectadores, más de los que caben actualmente, se dice, en los estadios del Betis y del Sevilla. La cimentación de sus gradas habría tenido treinta metros de anchura y seis de profundidad. El circo de mayores dimensiones de toda la Península, similar a los de Alejandría o Antioquía, y solo inferior al de la mismísima Roma.
El hallazgo ha sido resultado de una campaña realizada con georradar y resistividad eléctrica que se ha desarrollado en los últimos meses en el conjunto arqueológico, que aspira a ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con lo cual el hallazgo adquiriría todavía mayor importancia. "Con este hallazgo se despejaba además una de las incógnitas que todavía pesan sobre la gran ciudad donde nació Trajano, el más grande emperador romano. Se intuía su existencia, se sospechaba que en Itálica tenía que haberlo, pero se ignoraba dónde podría haber estado situado. Conocíamos el anfiteatro y el teatro. Faltaba el tercer gran edificio público que suelen tener las ciudades más importantes del Imperio. Pero de él tan sólo había algún indicio que nunca se había tratado de aclarar. El georradar parecía, por tanto, haber acudido en ayuda de los arqueólogos. La técnica en ayuda de la ciencia", explica la Academia.
A la vista de esta gran noticia en el Pleno de la Real Academia de Bellas Artes, algunos académicos pidieron su parecer a los miembros de la sección de Arqueología. Éstos se habrían montado reticentes, incide la nota, en especial Ramón Corzo, director durante algunos años del conjunto arqueológico y de sus excavaciones. "Consideraban sorprendente que de esa inmensa masa constructiva que se había detectado no se conservara a la vista el más mínimo vestigio; su volumen de hormigón habría sido algo más que el triple que el del anfiteatro que conocemos, después de haber estado éste sometido a saqueos a cañonazos y con barrenos durante más de un siglo, a pesar de lo cual mantiene aún a la vista de todos muchos miles de metros cúbicos de hormigón, con estructuras por las cuales todos hemos paseado".
El área de El Pradillo, en la que parece haberse localizado el circo, ha proporcionado hallazgos arqueológicos desde hace más de un siglo, recuerdan la Academia: "Allí se han registrado tanto enterramientos como edificaciones domésticas o de uso industrial y comercial, así como pavimentos de calles o vías y trazas de la muralla romana. ¿Pudo estar allí también el circo?".
Los miembros de la Academia lo ponen en duda. E insisten en que más que el circo romano pueden ser vestigios del antiguo camino de Extremadura o del terraplén del antiguo ferrocarril de las minas de Cala. La Academia explica que el único indicio fiable de la localización del circo se obtuvo hace años en la excavación del nuevo emisario realizado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para evitar, entre otras cosas, que se inundara precisamente el anfiteatro en época de lluvias. "Este emisario cortó, a unos cuatrocientos metros del teatro de Itálica, dos muros paralelos de hormigón romano, separados entre sí por unos cuarenta metros, una anchura aceptable para las dimensiones de un circo de tamaño medio".
La Academia agrega que no pretende con sus consideraciones contradecir las conclusiones a las que han llegado los investigadores de las Universidades de Granada y Sevilla, pero sí les invita a ser prudentes, y a no dar ya como romanos los indicios que detectan los aparatos de georradar, que aunque revelan la existencia de algo, se corre el riesgo de que no sea algo tan espectacular como han anunciado. "Mientras la piqueta del arqueólogo no nos muestre que los muros detectados son realmente romanos, tenemos que pensar que pueden ser cualquier cosa. Hace bien, por tanto, la Junta de Andalucía en pedir que se realicen en el lugar prospecciones que aclaren el hallazgo".
Además, requiere que se hagan otras prospecciones en el lugar en que el emisario de evacuación de aguas del conjunto tropezó con los muros, esos sí romanos, para saber, por una parte, qué son realmente éstos y, por otra, si son verdaderamente romanos los recientemente detectados. "Y entonces sí podremos decir que es posible que hayamos encontrado indicios del circo romano de Itálica y que este es uno de los más grandes que se conocen en todo el Imperio", concluye la Academia.
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