La Zona Franca de Sevilla urbanizará 35 hectáreas "a medida" de las empresas
El recinto fiscal del Puerto se fija un nuevo hito para consolidarse y pone en carga nuevos terrenos
El delegado especial despliega su estrategia de márketing para generar demanda
Viaje a la Zona Franca en una embarcación solar
La Zona Franca es un concepto que empezó a circular en Sevilla en enero de 2011. Dos años después la idea se fraguó en un proyecto que, hasta julio de 2018, no encontró el recurso necesario para revivir. Cinco años en los que el recinto fiscal, con 35 hectáreas dentro de la valla, fue tirando de un fondo fundacional de dos millones de euros y que cuestionaron también la capacidad de supervivencia de una Zona Franca abocada a morir si no encontraba el impulso necesario. El empuje llegó en forma de recurso financiero que es una fórmula que permite que el recinto se pueda autofinanciar pues un porcentaje del Impuesto de Sociedades que las empresas pagan en territorio franco se destina a financiar la Zona Franca. Y el empujón se lo dio el actual delegado especial, Alfredo Sánchez Monteseirín, que ayer hizo de anfitrión en una jornada dirigida a vender las nuevas oportunidades que ofrece la Zona Franca a los empresarios sevillanos.
En este marco, el ex alcalde de Sevilla está desarrollando una estrategia de comercialización, calificada por algunos incluso como agresiva, que ha permitido generar demanda y ampliar el horizonte de crecimiento de este recinto fiscal. Hace unos meses el Gobierno autorizó las ventajas fiscales que ofrece esta fórmula se extendieran a otras 43 hectáreas más en el Polígono Astilleros, terrenos contiguos a Torrecúellar, germen de la Zona Franca que, a partir de hoy, ha dado un nuevo salto hacia su futura consolidación con la puesta en carga de otras 35 hectáreas que están aún por urbanizar.
De hecho, la mitad de los terrenos de Torrecuéllar presentan actualmente una imagen deplorable y algún obstáculo para su urbanización: una línea de alta tensión que atraviesa el solar y encarece la operación. Sin nuevas vías de financiación es difícil acometer los trabajos, pero un cambio de estrategia simplifica este proceso: estas 35 hectáreas están ya a disposición de las empresas y, una vez interesadas, se irá urbanizando a medida con el convencimiento de que es más sencillo encontrar el dinero necesario si ya hay detrás un proyecto.
Esta nueva línea se convierte en el cuarto hito en la historia de la Zona Franca, objetivos que se han ido cumpliendo bajo la batuta de distintos protagonistas que han estado presentes en la citada jornada, que han contado con la colaboración de la Cámara de Comercio y Caixabank, y el respaldo de la Junta de Andalucía, con la presencia en el acto de dos viceconsejeros: Manuel Alejandro Cardenete, de Administración Local; y Jorge Ramírez, de Hacienda, Industria y Energía. Desde Javier Landa, primer delegado especial que valló la Zona Franca y la puesto en funcionamiento, a Carmen Castreño, Manuel Gracia y Rafael Carmona, que han estado al frente del Puerto de Sevilla en distintos momentos. Todos han tenido su sitio en un debate que no sólo ha servido para repasar la historia de la Zona Franca, también para sacarla del desconocimiento y hasta recelo con el que siguen viéndola algunos empresarios. José Carlos Arobes, jefe regional de Aduanas e Impuestos Especiales, y la abogada Vanessa Villegas han explicado las ventajas y los trámites necesarios para instalarse en este recinto portuario.
La ampliación de la Zona Franca permitirá duplicar, como mínimo, las cifras que en Torrecuéllar se fijan ya en ocho empresas que emplean a más de 400 personas, que suman una cifra de negocio de 73 millones de euros, realizan operaciones de 1,7 millones de toneladas actuales y se instalan sobre un territorio de 720.000 metros cuadrados. Tras la próxima incorporación del Polígono Astilleros, donde operan empresas de gran tamaño com GRI o Tecade, la Zona Franca de Sevilla se convertirá en la mayor de Europa (1.150.000 metros cuadrados), según Monteseirín que apunta que, al margen de estas adhesiones, hay retales de parcelas listas para su gestión en los terrenos disponibles.
El cuarto hito, la urbanización a la carta, se beneficia también de la mejoras en las comunicaciones, que harán más fácil esta ampliación, pues a la SE-40 se suma también los accesos a la A-4, el anillo y otros corredores ferroviarios.
El plan estratégico con el que trabaja el actual equipo de la Zona Franca fija nuevos retos: la Zona Franca Aeroportuaria y una Zona Franca abierta (dispersa por la ciudad) para los que ya hay proyectos de comercialización y promoción.
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