Las cuentas pendientes de Zoido en Sevilla
El ex alcalde aterriza en el Ministerio del Interior en uno de los momentos con menos policías en la ciudad y con comisarías que llevan años sin construirse
Juan Ignacio Zoido acaba de aterrizar en un Ministerio que tiene más de una cuenta pendiente, desde hace años, con la ciudad de Sevilla. La más conocida, quizá por la insistencia de los vecinos en reclamarla, es la comisaría de la Policía Nacional del Polígono Sur, una infraestructura que los residentes en la zona más deprimida de la capital llevan pidiendo más de 35 años. Pero no es la única. Faltan todavía por construir dos comisarías más de distrito, renovar algunas de las actuales que presentan un estado más que mejorable y terminar de dotar de medios de protección, como los chalecos antibalas, a toda la plantilla. Pero todavía hay problemas mucho más urgentes, como el de la falta de policías.
Un nuevo jefe superior de Policía
Es la decisión más inmediata que tiene que tomar el nuevo ministro del Interior, o en su defecto el director general de la Policía. La Policía Nacional lleva dos semanas sin jefe superior, tras la jubilación de Francisco Perea. Actualmente la Jefatura -que no sólo comprende la provincia de Sevilla sino también las de Cádiz, Huelva y Córdoba- está gobernada de manera accidental por el que fuera número dos de Perea, Juan Francisco Alcaraz.
Uno de los nombres mejor posicionados en las quinielas es el de José Antonio de la Rosa, a quien ya se llevó Zoido durante su etapa como alcalde como director general de Seguridad. Comisario con una dilatada trayectoria, De la Rosa conoce bien el oficio y cuenta con el apoyo de la mayoría de la plantilla de la Policía Nacional, que lo considera uno de los hombres con más experiencia y mejor preparados de la Jefatura. Llegó a sonar fuerte incluso para que Zoido se lo llevara a Madrid como director adjunto operativo (DAO), es decir, la persona de mayor rango dentro del cuerpo, si bien esta opción parece haberse desinflado en los últimos días.
Quizás ha podido pesar en ello el proceso judicial que tiene pendiente en el juzgado de Instrucción 11 de Sevilla, en el que se encuentra investigado por una denuncia de su etapa en el Ayuntamiento. De la Rosa fue denunciado por un policía local de la unidad de escoltas, a quien trasladó de unidad. La juez consideró que el que fue director general de Seguridad, junto con otro mando de la Policía Local, incurrió en un delito de falsedad documental al justificar el traslado asegurando que lo había pedido el escolta denunciante. De la Rosa será juzgado por esta acusación, pese a que la Fiscalía llegó a pedir el archivo de la causa.
Al menos medio millar de policías más
La falta de agentes es el problema más grave que padece la Policía Nacional en los últimos años. Los medios nunca han sido punteros, pero los recursos humanos están ahora bajo mínimos. En los últimos años se han ido jubilando agentes y las nuevas promociones, muy cortas de efectivos, no han servido para cubrir las bajas. Esto ha hecho que la Policía Nacional tenga un déficit de al menos medio millar de agentes sobre el catálogo previsto por el Ministerio del Interior, que fue revisado en el año 2010 y que marca que la plantilla de Sevilla capital debe estar compuesta por 2.266 funcionarios. Este número resulta de la suma de los 2.016 destinados en la ciudad y de los 250 agentes de la Unidad de Intervención (UIP), los antidisturbios, que tienen su sede en el Cortijo de Cuarto, si bien son grupos itinerantes dispuestos a desplazarse por toda España en función de las necesidades del servicio.
Sobre esta dotación prevista, faltan al menos 500 policías, según las estimaciones de los sindicatos. El alcalde, Juan Espadas, cifró este déficit en algo menos, en unos 300 agentes. Es, por tanto, urgente que se envíen refuerzos a Sevilla cuanto antes. La situación, sin embargo, sólo se paliará con el paso de los años, ya que las promociones venideras no son tan elevadas como para poder cubrir el déficit de una sola tacada. Hay que tener en cuenta que Zoido, en su etapa como candidato a la Alcaldía, primero, y como alcalde, después, prometió en reiteradas ocasiones incrementar la plantilla de la Policía Local en 300 agentes y luego no creó una sola plaza en cuatro años.
Tampoco sería descabellada una revisión del catálogo, ya que está hecho para una ciudad de 700.000 habitantes. Sin embargo, no tiene en cuenta que en Sevilla, durante los días laborables, la población es bastante más elevada, puesto que son muchos los trabajadores de municipios limítrofes que trabajan en la capital. Por tanto, si hubiera que ampliar aún más la dotación prevista, el déficit de agentes sería bastante mayor que los 500 calculados por los sindicatos. La situación estaría muy cerca de los primeros años del siglo, época en la que hacían falta hasta 800 agentes, si bien en ese caso era peor porque la plantilla estaba más envejecida que la actual.
Una solución para las custodias de presos
El problema de la falta de personal se agrava aún más por las custodias hospitalarias de presos. La Policía tiene que destinar seis agentes por día a cada interno que se encuentre hospitalizado en algún centro sanitario de Sevilla. Esto supone un gasto de personal y medios que se restan de la calle. Más de una noche se han podido contar hasta siete patrulleros aparcados en la puerta de Urgencias del Hospital Virgen Macarena, y otros tantos en el Virgen del Rocío. En esas jornadas, especialmente en las noches y en fines de semana, el número de coches disponibles para patrullar la ciudad ha quedado reducido al mínimo.
La Jefatura ha iniciado contactos con la Junta de Andalucía, a la que se le ha pedido que se construya un módulo especial para presos, como existe ya en más de cuarenta hospitales de España. De esta manera, podrá prestarse el mismo servicio sin tanto gasto de los recursos disponibles. Al ministro le corresponde dar un impulso a esas negociaciones con la Junta, aún en estado embrionario, para poder alcanzar una solución rápida a este asunto, sobre el que ya se ha pronunciado el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu.
La comisaría del Polígono Sur
Los vecinos de este barrio llevan 35 años pidiendo la construcción de una comisaría de Policía. Se les ha negado durante décadas y, cuando parecía que había un impulso por parte de todas las administraciones, el Gobierno central lo ha frenado destinando muy poco, o ningún dinero para este proyecto. Desde hace casi dos años, el asunto está enquistado, a la espera de que la Gerencia de Infraestructuras de Seguridad del Ministerio del Interior se pronuncie sobre el solar propuesto por la comisionada del barrio, María del Mar González, para levantar la comisaría. El trámite se está prolongando ya demasiado y la sensación de los vecinos, a los que Zoido conoce muy bien de sus numerosos paseos por las Tres Mil Viviendas en su época de alcaldable, se sienten estafados. Máxime cuando otros proyectos estrella que supuestamente iban a servir para sacar al Polígono Sur de la miseria siguen sin terminar de arrancar, como es el caso de la Factoría Cultural, cuya inauguración lleva ya un año de retraso. Mientras tanto, los atascos de aguas fecales es algo común en los bloques de Las Vegas, donde el millón y medio de euros destinado hace unos meses para arreglar estos edificios no ha servido de nada.
Los anteriores ministros del Interior aseguraron que el Gobierno central estaba comprometido con el proyecto de la comisaría, pero los distintos Presupuestos Generales del Estado les han ido quitando la razón año tras año. Habrá que esperar a los del próximo ejercicio para comprobar el grado de implicación del nuevo responsable de Interior. No estaría mal tampoco que se resolviera de una vez el trámite que mantiene bloqueada la comisaría durante dos años ya.
Otras dos sedes en los distritos
En el año 2005, el entonces ministro del Interior, José Antonio Alonso, firmó un convenio con el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín. El acuerdo consistía en la venta de la antigua comisaría de la Gavidia, que Interior traspasaba al Ayuntamiento a cambio de 9,9 millones de euros. Aquel dinero tendría que ser reinvertido por Interior en la construcción de hasta cinco comisarías de distrito, que tendrían que haber estado inauguradas antes de 2010.
De las cinco se hicieron dos, la de Sevilla Este y la de Macarena. Ésta última, por cierto, se inauguró con goteras. Las otras tres se quedaron en suspenso, y ya difícilmente se harán a corto plazo. Eran las del Polígono Sur, otra para el distrito Sur que iba a ir ubicada en Los Bermejales y que sustituiría a la actual de Bami, y una para el distrito Nervión, que se levantaría sobre los terrenos de la antigua fábrica de Cruzcampo y que vendría a reemplazar a la actual sede, dividida en dos edificios ubicados uno frente a otro en la avenida de la Cruz del Campo. La de los Bermejales ya casi ha quedado en el olvido y quedará la del Polígono Sur, si alguna vez se hace, como la única comisaría del distrito, lejos de la intención original de levantar una sede policial específica para el barrio.
Mejora de las infraestructuras
Algunas de las comisarías actuales están en estado semirruinoso. Las sedes de los distritos Triana-Los Remedios y Nervión-San Pablo (la Policía mantiene la antigua división de la ciudad en seis distritos) presentan serias deficiencias, mientras que la propia Jefatura tiene problemas con los suelos, que se levantan, y con la climatización, con fallos en el aire acondicionado casi cada verano. El cuartel del Cortijo de Cuarto, donde tienen su sede las unidades especiales, como Caballería, los Tedax, la UIP, los GOES, Subsuelo o los Guías Caninos, entre otras, y los talleres mecánicos del cuerpo, se inunda cada vez que llueve. Para solucionar el problema sólo harían falta 12.000 euros para reparar las bombas de achique, que llevan un tiempo averiadas.
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