El Virgen del Rocío impide que una niña nazca con parálisis

Los especialistas evitan mediante cirugía fetal abierta que la pequeña María José sufra hidrocefalia, otra de las graves secuelas que suele provocar la espina bífida.

Los abuelos, Emilio y Noris, junto a la pequeña María José y su madre, Carolina, ayer en el Virgen del Rocío.
Los abuelos, Emilio y Noris, junto a la pequeña María José y su madre, Carolina, ayer en el Virgen del Rocío.
Noelia Márquez

05 de julio 2011 - 05:03

Un equipo de especialistas del Virgen del Rocío ha impedido que un bebé, María José, nazca con parálisis e hidrocefalia, problemas a los que estaba condenada, gracias a una complicada intervención quirúrgica cuando la pequeña aún era un feto en el útero de su madre. Se trata de la tercera intervención de estas características que se realiza en la ciudad sanitaria y que convierte al equipo médico en uno de los más veteranos, en el ámbito europeo, en cirugía fetal abierta.

Los padres de María José, Carolina y José, llegaron a Sevilla procedentes de Venezuela para buscar una alternativa para su hija ante la falta de opciones que encontraron en su país. Los abuelos, Emilio y Noris, residentes desde hace años en Sevilla, localizaron al doctor Javier Márquez, responsable de Neurocirugía en el Virgen del Rocío, y lograron que la Consejería de Salud aceptara su caso. Tras los trámites necesarios, al fin Carolina se sometió a la compleja intervención cuando estaba ya a punto de sobrepasar el límite para que la cirugía fetal resulte un éxito. A las 26 semanas de gestación, Carolina entró en el quirófano para dar una oportunidad a su hija.

La intervención, que requiere de una enorme precisión, consiste en abrir el útero materno para extraer parcialmente al feto y corregir la anomalía que genera la espina bífida, una grave malformación del sistema nervioso central que impide que la médula espinal se desarrolle. Esta malformación conlleva que la médula espinal quede abierta en contacto con la piel y el líquido amniótico, lo que conlleva graves secuelas (parálisis, hidrocefalia, retraso cognitivo, alteraciones de la columna) además de problemas urológicos y traumatológicos en el recién nacido. Para corregir esta anomalía, los cirujanos cuentan con equipos tecnológicos muy avanzados diseñados en colaboración con el grupo de investigación de Física Interdisciplinar, que dirige el profesor Emilio Gómez en la Universidad de Sevilla. Mediante un quirófano portátil, patentado por el Virgen del Rocío, los cirujanos pueden conocer en tiempo real el estado de la madre y el feto durante la cirugía. Y gracias a otro instrumental médico desarrollado por el grupo de Física, los especialistas logran abrir el útero sin provocar hemorragias ni desgarros a la madre. Mediante esta tecnología en el quirófano, tras abrir el útero y corregir la malformación al feto, el siguiente paso consiste en volver a colocarlo en el vientre de su madre para completar la gestación. Se trata de un proceso que requiere una gran fortaleza de la madre ya que los especialistas no pueden comprobar los resultados hasta el nacimiento. Cuando María José vio la luz los médicos comprobaron que movía las piernas y que no padece hidrocefalia, aunque "tiene problemas en el control de los esfínteres", explica Javier Márquez, pero "no sufre parálisis", destacó. Los niños con espina bífida suelen vivir con muchas alteraciones y la mayoría quedan paralíticos, una secuela que en este caso se ha evitado.

El primer bebé con espina bífida se sometió a esta operación en 2007 y convirtió al Virgen del Rocío en un hospital pionero en cirugía fetal abierta en Europa. Con el último caso son ya 17 las operaciones de cirugía fetal abierta en el centro: tres por espina bífida y otras 14 por otras anomalías (tumores y patologías de las vía aéreas) realizadas justo en el momento de nacer.

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