Victorio & Lucchino cierra su tienda de la Plaza Nueva
La firma afronta desde 2009 un plan de reducción de gastos · Los diseñadores apuestan ahora por negocios especializados.
Viandantes y vecinos de la Plaza Nueva se encontraron ayer con la sorpresa de que la tienda de los diseñadores sevillanos Victorio & Lucchino (V&L) cerraba sus puertas y ponía a disposición de los interesados el citado local. Este cierre, según explicó la propia firma, estaba ya previsto desde hace una temporada, dentro del plan estratégico que se gestó en 2009.
Dicho plan se inició después de que en 2008 -una vez que los estragos de la crisis se hicieron presentes en todos los sectores, incluido el de la moda- José Luis Medina y José Víctor Rodríguez pensaran en la necesidad de una reducción de gastos. En ese contexto se cerró su primera y única boutique abierta en Madrid en plena milla de oro, en la calle Lagasca esquina con Ortega y Gasset. Pero éste no sería el único recorte al que tuvieron que hacer frente los afamados diseñadores.
Un año después, en 2009, Victorio & Lucchino rescindió el contrato que tenía firmado con la sociedad Agesa, gestora de los activos de la Expo del 92, que les cedió el uso del Pabellón de Francia. En este recinto, uno de los más importantes de la exposición desde el punto de vista arquitectónico y que la firma venía ocupando desde un año antes, los diseñadores pretendían constituir la sede de un ambicioso proyecto: el Centro de Innovación de la Moda y el Diseño, donde se impartirían estudios homologados de carácter universitario.
Para tal fin, en 2004 suscribieron un preacuerdo con el Gobierno central y la Junta de Andalucía para trasladar sus talleres y empresa desde la sede social de la firma en la casa natal de Velázquez (en pleno casco histórico) a la isla de la Cartuja. Sin embargo, un año después de instalarse en el Pabellón de Francia lo único que recibieron de la Junta fue el silencio administrativo, lo que dio al traste con la iniciativa, un proyecto fallido que repercutió en las arcas de la firma, de la que salió una cuota mensual por el alquiler del edificio durante un año y el gasto de 600.000 euros en bienes muebles.
Desde entonces los ingresos por licencias otorgadas por V&L en las líneas de complementos, perfumes, joyas y óptica, entre otras, y la línea de alta costura para novias han ido salvando las cuentas en los últimos años, marcados por la crisis económica, que ha provocado un descenso del 30% en el negocio de la moda.
Mediante un comunicado de prensa, la firma vinculaba el cierre de la tienda de la Plaza Nueva (la milla de oro sevillana) a la evolución del sector. "El consumidor va buscando una atención muy personalizada y en un espacio específico del producto que demanda, por lo que bajo nuestro criterio los macroespacios con gran diversidad de productos no son acertados". En sentido, la firma señala que "desde hace un año tenemos firmadas y asentadas todas las estrategias necesarias a nivel de licencias para la apertura de tiendas que muy pronto verán la luz".
Dichos proyectos van en línea con el plan de expansión internacional que pusieron en marcha hace unos años los diseñadores sevillanos. En 2010 se centraron en México, donde desde hace algunos años las prendas de Victorio y Lucchino se comercializan en los almacenes El Palacio del Hierro. También tienen presencia en este país con sus colecciones de novia. V&L apunta también ahora a Rusia y Estados Unidos como países prioritarios.
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