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Viaje en globo como propina de la luna de miel

calle rioja

Ocio. Numerosas personas, de dos en dos, subieron ayer en globo por la Plaza de España en una iniciativa municipal en colaboración con Globotur que se había aplazado el día 12 por el viento.

Foto: Belén Vargas
Francisco Correal

14 de octubre 2013 - 01:00

UNA madre le hace fotos a sus hijos junto a la estatua de Aníbal González. La obra maestra del arquitecto sevillano se adornó ayer de un mágico colofón. Entre los puentes de Aragón y Navarra, como un sueño pirenaico, empezó a elevarse una masa de aire empujada por bocanadas de fuego. Era como una giganta con el miriñaque del revés. El ingenio lo conducía Javier Benítez Lázaro, 42 años, director de operaciones de Globotur. Unos le llaman globero, otros aeronauta. Un aventurero que reta la ley de la gravedad con leves alardes.

El globo iba a hacer una demostración el 12 de octubre, esa fecha que une las exposiciones del 29 y del 92 en abrazo capicúa, pero el viento lo impidió. Ayer sí pudo ser y se fue formando una cola. Entraban de dos en dos, como en el arca de Noé. A diferencia del Metro, antes de salir hay que dejar entrar por razones de equilibrio y seguridad. La iniciativa la patrocina el Festival de las Naciones en su vigésimo aniversario de presencia en Sevilla.

Era un globo cautivo, nombre técnico por su sujección a sendas furgonetas, una Caravelle y una Daily Iveco. Rocinantes de hidalgos futuristas, herederos de los hermanos Montgolfier. Javier Benítez se doctoró en la escuela de Jesús González Green hijo y lo mismo trabaja con las Fuerzas Armadas que en campañas publicitarias. Uno de sus proyectos, en conversaciones con el distrito Sur, es que la próxima Navidad el cartero real llegue en globo.

A los cocheros de caballos les salió en la Plaza de España una insólita competencia. La globalización en estado puro. Con algunas sorpresas, como un polizón de 3 años, Pablo, que subió mientras que su madre, Raquel, aficionada a este medio de elevar el ánimo, le hacía fotografías.

En uno de los relevos, coincidieron en la cabina dos abogadas con atuendos muy diferentes: María de los Ángeles iba en traje de novia y María del Mar con chandal después de haber hecho footing por el parque de María Luisa. María de los Ángeles se casó el 27 de abril con Manuel, empresario de 35 años, en la localidad cordobesa de Fuente Palmera. Fueron de viaje de novios a Noruega y ayer vinieron a Sevilla a hacerse el reportaje fotográfico en la Plaza de España, en los dominios de Lawrence de Arabia.

Los dos aceptaron encantados la invitación a subir al globo que les hizo Óscar Gómez, del Festival de las Naciones. El novio cogió en brazos a su abrileña esposa y la subió al cubículo. El cochero aeronáutico los aguardaba en un caballo con las crines de fuego. Cuando se elevaron entre torre y torre, semicírculo alfabético que va desde el banco de Álava hasta el de Zaragoza, vieron lo que no encontraron en los fiordos noruegos. Una propina a su viaje nupcial, protagonistas fortuitos de un relato de Julio Verne.

En el relevo, antes de que los novios evacuaran el globo, subieron dos amigas de Estepa: Natalia Márquez Machuca, enfermera, y María del Mar Machuca Rodríguez, abogada. Las dos en chandal, sudorosas, encantadas con este regalo que les dio el deportivo madrugón.

No sólo volaba el globo en el Parque de María Luisa. "¿Tienes un kleenex? Mira el regalo que me ha dejado una paloma", decía un hombre tocado por el síndrome de Tobías. Los barqueros preparaban las barquitas, la plaza se llenaba de turistas, el parque de corredores y paseantes. El trompo gigante, globo rojo, jugaba al escondite con el viento, equidistante entre las dos furgonetas. En lo alto, el director de operaciones de Globotur colocó la bandera de España en la plaza que lleva su nombre. Una hilera de coches de caballos se detenían para mostrarles a los viajeros el prodigio. Hacían sus pinitos en inglés: María Luisa Park. Las terrazas de La Raza y del Citroen se iban llenando y en la cola del globo cada vez había más gente. Javier Benítez contaba con la colaboración del "pequeño saltamontes", como llamaba a su ayudante.

El globo funcionó en sesión continua. Esperaban la llegada del delegado del distrito Sur, José Luis García. Del distritoNorte venían unos novios que fueron de Córdoba a Noruega. Blanca y radiante en el rojo volante.

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