Verónica Pérez remienda el PSOE de Sevilla y sitúa a Juan Espadas como número cuatro
La nueva dirección incluye a críticos de plazas importantes y premia el esfuerzo de los primeros cargos.
El PSOE de Sevilla no es cualquier cosa, pero tampoco es ya lo que era. Y eso lo confirman hoy tanto los más veteranos del partido como los jóvenes que están ocupando los puestos cedidos por éstos. Los más de 10.000 socialistas sevillanos cuentan desde ayer con una nueva secretaria general, Verónica Pérez. Su candidatura consiguió el 95,1% de los votos de los más de 300 delegados que acudieron al congreso provincial extraordinario sin divisiones ni debate de nombres. Una cita que permitió culminar el relevo de Susana Díaz, ahora secretaria general del PSOE andaluz, y afianzar el camino del nuevo tiempo marcado por la que también es ahora presidenta de la Junta de Andalucía. Sólo hubo 12 votos en blanco, cuatro nulos y 5 abstenciones, cifras que corroboran la unidad del partido.
Aunque sería más exacto hablar de compromiso, el que ha pactado la militancia sevillana para acabar con las pugnas y acudir al cónclave, sin reproches y una única lista. En el debate posterior al informe de gestión, aprobado por mayoría, sólo hubo seis intervenciones, todas en positivo y alguna de un crítico convertido al nuevo aire.
A Verónica Pérez le han bastado cuatro días de campaña para lograr la aplastante mayoría, pero realmente han sido 18 meses de trabajo intenso del equipo de Susana Díaz y Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de la Diputación de Sevilla y, por ende, máximo exponente del municipalismo. La nueva secretaria provincial expresó ayer varias veces en público su gratitud hacia este veterano socialista que, tras postularse para dicho cargo, dio un paso atrás tras entender el mensaje de renovación generacional marcado por la dirección. Y argumentó que, por ello y por todo lo que le ha enseñado en su trayectoria, no sería secretaria sin que él estuviera de nuevo en la presidencia.
¿Hay detrás de este gesto una estrategia de Susana Díaz? Lo cierto es que la decisión ha consagrado a Villalobos como uno de los hombres "más honestos, honrados y decentes" del partido en Sevilla. Y también necesario para que Verónica Pérez inicie su andadura, pues le garantiza el respaldo del municipalismo, que ayer se vio muy bien reflejado en los nuevos órganos del partido. El tándem perfecto.
Pérez, en su primer cometido de conformar la nueva dirección provincial, ha remendado con detalle el partido, dando cabida en él a representantes de 64 agrupaciones de las 115 de la provincia: 41 están en la Ejecutiva, 17 en el comité provincial y el resto en los otros dos órganos. Una dirección, respaldada por el 92,18% de los votos, con una media de edad de 44 años y que engloba a agrupaciones importantes que estaban en manos de militantes críticos con la anterior dirección, como La Rinconada o Alcalá de Guadaíra, cuyo alcalde compitió en la anterior cita con Susana Díaz. Y que también pone un foco especial en la capital, una plaza que el PSOE necesita recuperar con urgencia, una responsabilidad que recaerá en Juan Espadas, actual portavoz municipal en el Ayuntamiento de Sevilla y que se ha convertido en el número 4 de la dirección, con el cargo de secretario de coordinación de Sevilla y el área metropolitana. Unos galones que el concejal necesita para ganar peso fuera y dentro.
La nueva dirección consolida, además de al presidente, al secretario de Organización, José Muñoz, que repite en el cargo, al igual que otros 15 miembros, entre ellos Esther Gil, de Triana; el alcalde de Lora del Río, Javier Reinoso; el delegado de la Junta, Javier Fernández; el ex alcalde de Los Palacios, Antonio Maestre, que pierde peso; el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez; y ediles de la capital como Adela Castaño o Alberto Moriña.
El cónclave discurrió con tranquilidad y menos euforia que el congreso regional de Granada, en el que Susana Díaz relevó a José Antonio Griñán. El ex presidente estuvo entre los asistentes, al igual que Micaela Navarro, la nueva presidenta del PSOE andaluz, o los consejeros María Jesús Montero -ya militante- y Emilio de Llera, además de socialistas de otras provincias y sindicalistas. Lo que sí hubo fue sesión de photocall, tendencia que se une al merchandising de rosas rojas. Espadas, que presidió el congreso, advirtió al llamar a Susana Díaz al estrado que experimentarían un subidón. Pero el mensaje, quizás ya por repetido en las últimas semanas, fue previsible: seguir cosiendo costuras y actualizar el partido frente al desencanto social.
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