¿Un Velázquez en la parroquia de la Magdalena de Sevilla?
Los estudios sobre la pintura La Inmaculada y el Niño, donada recientemente al templo, apuntan a una obra de primerísima calidad del taller de Francisco Pacheco
Velázquez pintó sus primeras obras maestras en su Sevilla natal
Una donación que puede desembocar en una atribución histórica. El cuadro de la Inmaculada con el Niño, que se puede contemplar en el coro alto de la Magdalena, es una obra de una calidad excepcional que apunta a los pinceles de Diego Velázquez o a uno de los pintores de primera fila que formaban parte del taller de Francisco Pacheco en los inicios del siglo XVII.
En esta línea van los estudios que están realizando los técnicos del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, donde se ha restaurado en los últimos meses la pintura donada por doña Soledad de Rojas a la parroquia de Santa María Magdalena. Los resultados de esta intervención que están sirviendo para redescubrir este cuadro han sido presentados este viernes por la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo; el arzobispo emérito de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo; y el párroco de la Magdalena, Francisco Román Castro.
De manera paralela a la restauración llevada a cabo, en la que se le han devuelto a la pintura sus valores estéticos, los técnicos e historiadores del IAPH han iniciado una serie de estudios que desembocarán en una atribución firme la próxima primavera. Su responsable, el historiador Gabriel Ferreras, ha apuntado que la obra es de un nivel excepcional y que salió del obrador de Francisco Pacheco: "Estamos analizando y tomando muchos datos. Cotejando todo con instituciones nacionales e internacionales. En el momento en que se realiza el cuadro hay varios autores excelentes trabajando con Pacheco: Velázquez, Alonso Cano o Francisco López Caro. Antes de Semana Santa podremos dar datos más concretos".
Las investigaciones para dar con la autoría se centran en la comparación con otras Inmaculadas de Pacheco. También se está haciendo una comparativa formal con la Inmaculada de Velázquez de la National Gallery o con una de Alonso Cano de Granada.
"El cuadro presenta una iconografía muy rica. Con las letanías y los salmos. Eso lo manda hacer Pacheco como tratadista y su discípulos lo representan", ha añadido Ferreras.
Una minuciosa restauración
La fabulosa pintura ha estado durante los últimos meses en el centro de intervención que el IAPH tiene en la Cartuja. La restauradora Eva Claver, que ha formado parte del equipo coordinado por Lourdes Núñez, ha dado las claves de la actuación: "Hay que destacar la gran calidad de la obra, que ya se advertía antes. Así como el grado de degradación que tenía en los estratos pictóricos fruto de una restauración muy agresiva. Había abrasiones como consecuencia de una restauración muy agresiva. Intentaron eliminar la orla de flores".
Los trabajos han consistido en hacer una consolidación del soporte, de los estratos pictóricos, una limpieza para eliminar la gran cantidad de repintes que ocupaban prácticamente toda la superficie y el polvo acumulado; la reintegración de la preparación y de película pictórica; y la aplicación de una protección final para restablecer su cromatismo y sus valores estéticos.
Un gran esfuerzo por la recuperación del patrimonio de la parroquia
El párroco, Francisco Román, ha explicado durante su intervención como Soledad Rojas le explicaba en las visitas que le hacía que ese cuadro, que estaba en la habitación en la que nació y que también la acompañaría al morir, sería luego propiedad de la parroquia con la que estaba tan comprometida. Esta es una de las pinturas que se pueden ver en el remozado coro alto junto a zurbaranes o pachecos y un buen número de piezas de primer nivelzurbaranespachecos.
Román ha destacado el esfuerzo hecho para rehabilitar en los últimos años este espacio y para restaurar numerosas obras: "La parroquia, sus hermandades, y algunas instituciones que nos han ayudado, hemos hecho un enorme esfuerzo durante los últimos diez años. Se ha invertido casi un millón de euros recaudado por los feligreses y con el apoyo de alguna institución privada. La consejería también nos dio una pequeña subvención para el retablo del Amparo. Fruto de ese interés conservativo es la restauración de este coro alto que en el futuro acogerá la zona expositiva y que muestra cómo quedaría el resto de la iglesia cuando consigamos restaurarla al completo".
Por su parte, la consejera del Pozo ha ensalzado el enorme patrimonio que atesoran las iglesias de Andalucía y el firme compromiso de la Junta de Andalucía para seguir colaborando en su recuperación y promoción. Sobre el cuadro que se presentaba, también ha apuntado a la importancia de su autor: "Inicialmente es un lienzo anónimo. Una obra sobresaliente de comienzos del XVII en cuya recuperación ha participado el IAPH. Ante su innegable calidad, el IAPH ha reforzado una serie de investigaciones que avanzará una posible autoría. Parece que puede estar en torno al taller de Pacheco en fechas coincidentes con la producción de Velázquez y Alonso Cano".
Por su parte, el arzobispo emérito de Sevilla, monseñor Asenjo, un gran conocedor del mundo del arte, también ha mostrado su anhelo en que se confirme la mano del padre de Las Meninas en este lienzo de la Magdalena: "Dicen que puede ser de Velázquez, ojalá se confirme, pero tampoco sería mala cosa que fuera de Pacheco". Monseñor Asenjo ha revelado que la pintura le recuerda mucho a la que cuelga en las sala de visitas del Arzobispado, donde ha despachado durante más de doce años, salida de la mano de Pacheco.
Monseñor Asenjo ha tenido unas palabras de agradecimiento hacia Soledad Rojas y ha agradecido al párroco y la consejera el trabajo que hacen para recuperar el patrimonio: "El arte se concibe también para buscar la gloria de Dios. Es una herramienta de evangelización. Le pido a Patricia del Pozo que siga ayudando a esta parroquia. Hay que aprovechar las visitas que se hagan para contemplar estas obras para revolver los rescoldos de la fe en los visitantes".
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