Veinte detenidos con más de 7.000 kilos de tabaco de contrabando en Sevilla
Sucesos sevilla
La organización poseía tres puntos de elaboración y distribución, teniendo capacidad para remitir más de 1500 kilos diarios de picadura de tabaco
Las labores del tabaco intervenidas asciende a un valor aproximado de 890.000 de euros
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La Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera han desarticulado en la provincia de Sevilla una organización criminal dedicada al contrabando de tabaco en unas intervenciones conjuntas que se saldan con la detención de 20 personas y la incautación de más de 7.000 kilos de hoja de tabaco. En concreto, se han intervenido más de 4150 kilos de picadura de tabaco, así como 3220 kilos de hoja strip de tabaco lista para ser trasformada en picadura.
Las labores del tabaco intervenidas por agentes de Mairena del Aljarafe, Sanlúcar la Mayor y Lora del Río tienen un valor aproximado de 890.000 de euros y se ha aprehendido también distinta maquinaria para el almacenamiento y procesamiento del tabaco, entre las que se encontraban hasta 13 picadoras de tabaco a pleno rendimiento y 25 cuchillas/rodillos de repuesto.
Los responsables de la investigación no descartan nuevas detenciones por lo que el Juzgado de Mixto Nº 3 de Sanlúcar la Mayor decretó el ingreso en prisión preventiva de los dos líderes detenidos de la organización, ha informado este jueves el instituto armado.
La investigación se inició en el mes de agosto del 2021 cuando la Guardia Civil tomó conocimiento de la existencia de una organización delictiva que estaba valiéndose de falsos remitentes camuflados bajo nombres mercantiles como boutiques, peluquerías o productos de alimentación para el contrabando del tabaco.
En la fase inicial de la operación consiguieron ubicar una finca aislada en una zona rural de la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor, apreciándose una actividad inusual de personas y vehículos que parecía responder a la de cualquier jornada laboral en una empresa, careciendo el recinto de actividad legal y estando registrado como vivienda.
La organización había adoptado una estructura tipo empresarial en la que cada miembro tenía un cometido específico, la logística era muy similar a la de una gran empresa, donde la facturación ascendía a cientos de miles de euros, llegando a tener distribuida la hoja de tabaco en diversas naves industriales repartidas por distintas localidades de la provincia de Sevilla, garantizando el abastecimiento.
Como parte de su estructura, la red contrataba a jóvenes desempleados, para que procedieran a la apertura de cuentas corrientes y vincularan a estas varias tarjetas bancarias. En esas cuentas eran ingresados los productos de las ventas de la picadura de tabaco derivados, a su vez, de otras cuentas bancarias, todas ellas enlazadas entre sí, en una compleja red de intercambio de dinero que saltaba de cuenta a cuenta. La mayoría de esas cuentas eran creadas con identidades usurpadas, dificultando, aún más, que los investigadores pudieran llegar hasta los verdaderos responsables.
Varias de las tarjetas vinculadas a esas cuentas fueron halladas durante los registros realizados en poder de los principales miembros de la organización delictiva. Para ello la organización utilizaba DNI obtenidos mediante fotografía de la documentación enviada por las propias víctimas vía WhatsApp, en ocasiones atendiendo a falsas ofertas de trabajo anunciadas en la red o a la compra de vehículos de segunda mano. De hecho, muchas de esas víctimas conocieron de la usurpación tras recibir denuncias efectuadas por el Servicio de Vigilancia Aduanera por supuestos envíos de picadura de tabaco realizados a su nombre. Algunas de esas denuncias ascendían a 25.000 euros de sanción. Se cifran por decenas los posibles afectados.
El tabaco era distribuido por toda la geografía española e incluso terceros países, siendo uno de sus principales exportadores Portugal. La picadura de tabaco era remitida en pequeños pedidos que, previamente eran adquiridos por terceros vía telefónica o internet. Habiéndose aprehendido por los agentes, varios envíos de 500 kilos de picadura en un solo día por empresa de paquetería utilizada.
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