Valme como paradigma nacional de la humanización en cuidados maternofetales
salud
El hospital instauró en plena pandemia una novedosa práctica clínica en la monitorización postparto por cesárea que evita la separación de la madre y el recién nacido que ha sido premiada en el XX Congreso Nacional de Matronas
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La Unidad de Paritorio del Hospital de Valme, perteneciente al servicio de Ginecología y Obstetricia, ha sido premiada en el XX Congreso Nacional de Matronas celebrado recientemente en Cáceres a través de la selección de una iniciativa implantada durante la pandemia y que fue seleccionada por la Asociación Andaluza de Matronas como la mejor candidatura de todas las presentadas entre otros centros sanitarios de la región. La misma consiste en la instauración de forma segura de un protocolo asistencial que apuesta por la humanización perinatal en partos por cesárea, desarrollado de manera pionera en el hospital sevillano y que supone toda una innovación en cuidados maternofetales postcesárea, evitando la separación madre-recién nacido.
La iniciativa premiada consiste en la implantación de un nuevo circuito en el nacimiento con cesárea que rompe con la práctica habitual de los hospitales públicos andaluces. El Valme la implantó con muy buenos resultados el pasado mes de octubre, a través de la coordinación de los servicios de Obstetricia y Anestesiología, y, desde entonces, han sido más de medio centenar las madres y sus recién nacidos los que se han podido beneficiar de este nuevo servicio.
En concreto, la nueva práctica clínica permite que, en lugar de separar a la madre del neonato tras la cesárea mediante el traslado de la misma a la sala de reanimación, como es lo habitual en este tipo de alumbramiento, la recuperación de la madre se inicie en las mismas instalaciones del paritorio junto a su hijo y el acompañante elegido, sin necesidad de romper el vínculo afectivo.
"No hay que olvidar que la cesárea es en sí una cirugía y a través de este programa asistencial minimizamos sus efectos intentando que el puerperio inmediato sea lo más parecido a un parto vaginal con la conservación del vínculo afectivo de un momento único como es el nacimiento", apunta al respecto la responsable de Matronas del centro, Mari Ángeles Fernández.
Pero hay más. Esta distinción nacional tiene un valor añadido ya que, no sólo refrenda el esfuerzo de los profesionales de este centro por mejorar unos cuidados frente al circuito establecido en la mayoría de los hospitales, sino que, además, "se ha materializado en el contexto de la mayor complejidad definida por la pandemia", subraya la jefa del servicio de Ginecología y Obstetricia, Rosa Ostos.
Los profesionales consultados explican que mientras que en algunos centros se propuso el aislamiento sin acompañamiento en el parto como medida restrictiva y preventiva ante el Covid-19, en el Valme esta opción del parto en soledad, tendente a la deshumanización asistencial, "fue desechada". Por el contrario, no sólo se continuó con el acompañamiento, sino que se potenció el vínculo entre la madre y el neonato "redoblando el esfuerzo de sus profesionales en seguridad", añaden los sanitarios.
Los resultados obtenidos hablan por sí solos. Más allá de este meritorio reconocimiento a nivel nacional, los primeros cuatro meses desde la implantación de esta iniciativa han permitido que el 80% de las mujeres sometidas a cesáreas en ese periodo hayan podido permanecer junto a su bebé en el paritorio, con los beneficios para madre e hijo que ello conlleva frente a un 20% que no pudo acogerse a este protocolo y bajar a la unidad de Reanimación Postquirúrgica por complicaciones varias en la cirugía o por patología materna.
En un estudio descriptivo transversal con recogida de datos de las historias clínicas de las 101 cesáreas practicadas en este periodo de tiempo por motivos en su mayoría catalogados como más frecuentes de no progresión del parto o de presentación de nalgas del feto, la mayoría, 64 mujeres, fueron adheridas a este programa asistencial recuperándose en el área de Paritorio tras su cesárea, mientras que 37 tuvieron que trasladarse a Reanimación.
El mismo estudio constata cómo la humanización de la cesárea es una práctica que demuestra que el contacto Piel con Piel (período inmediatamente posterior al parto en el cual la madre y el recién nacido permanecen desnudos y en contacto permanente) y la primera toma en el período sensitivo del neonato favorece la duración y las tasas de lactancia materna con respecto a la cesárea tradicional. El análisis realizados por los profesionales del Valme, revela que el 96% iniciaron la primera toma de lactancia materna en la primera hora de vida y el restó no lactó por decisión materna. Por su parte, el 98,3% realizaron el programa contacto piel con piel con un tiempo medio de inicio a los 30 minutos.
Por otro lado, el análisis llevado a cabo por los profesionales de la unidad de Paritorio también revela que la edad media de la gestante fue de 32 años, coincidiendo así con la media de edad más común entre las mujeres que deciden ser madres, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que se fija entre los 30 y los 34 años. El estudio se completa con los indicadores de dolor y ansiedad. Según los resultados obtenidos, las madres presentan menos dolor, sólo por debajo del 5% precisó rescate analgésico, y, tanto madres como neonatos minimizaron su ansiedad durante el postparto.
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