El Valme aplica ecografías con microultrasonidos para biopsias en patologías de próstata
El nuevo sistema amplía la precisión diagnóstica aportando eficiencia y calidad en el abordaje de este proceso asistencial
"Junto con la tecnología, contar con el paciente nos hará llegar aún más lejos"
El servicio de Urología del Hospital de Valme ha desarrollado un nuevo sistema para abordar la patología prostática que "optimiza la capacidad y precisión diagnósticas". Se trata de un ecógrafo de alta resolución equipado con un sistema cuya característica principal es la realización de estudios con microultrasonidos de alta frecuencia que permiten identificar los focos sospechosos de lesiones malignas y dirigir el punto de punción de las biopsias mediante un procedimiento más eficiente.
Habitualmente, cuando un paciente muestra en una analítica unos valores elevados de PSA (antígeno prostático específico) y ante la sospecha de cáncer, los especialistas indican una biopsia. Al ser una biopsia aleatoria sobre la próstata, "existe la dificultad de conseguir que la muestra proceda de la propia lesión y no de otra parte de la totalidad del tejido con el riesgo añadido de obtener falsos negativos", explican desde el centro hospitalario.
Para mejorar el diagnóstico, se avanzó en el desarrollo de la biopsia por fusión de imágenes, un procedimiento que recurre a fusionar las imágenes de la ecografía convencional y la resonancia magnética de la próstata mediante diversos software en un intento de realizar una biopsia más dirigida. Por su parte, el sistema incorporado permite realizar una ecografía con una frecuencia de 29 MHz, que se traduce en la multiplicación por seis de la potencia de los equipos tradicionales. Gracias a ello, los urólogos pueden ver la lesión en tiempo real, dirigiendo la aguja de la biopsia con precisión al tejido afectado, de forma personalizada en cada caso y no aleatorizada.
El jefe del servicio de Urología del hospital sevillano, Pedro Blasco, resume los beneficios asistenciales como "una alternativa más rápida, eficiente, sensible y avanzada para diagnosticar de forma precisa el cáncer de próstata a los procedimientos habituales". Concretamente, entre las ventajas que aporta, este profesional destaca: la realización de la biopsia de forma ambulatoria disminuyendo la necesidad de segundas biopsias en quirófano, la reducción del tiempo de la intervención por parte del urólogo disminuyendo en determinados casos la necesidad de resonancia magnética. En definitiva, los especialistas ven la lesión en tiempo real y realizan la biopsia de forma personalizada a cada caso.
El manejo de este nuevo equipamiento se está llevando a cabo en las consultas externas de Urología por parte de especialistas especializados de su unidad, como son Fran Rivera, Álvaro Vadillo, Antonio García y Javier Espinosa. La "eficiencia" y la "calidad" en el abordaje de una de las patologías más prevalentes en el sexo masculino constituye una de las líneas estratégicas del servicio de Urología del Hospital Universitario de Valme con profesionales altamente adiestrados y especializados.
Alrededor de 3.000 pacientes con síntomas de tracto urinario inferior vinculados al crecimiento prostático son atendidos anualmente en su Unidad de Próstata, cuyo responsable es Francisco Rivera. Desde esta unidad se apuesta por la innovación, tanto en procedimientos diagnósticos novedosos como en cirugía mínimamente invasiva. Según Pedro Blasco, "responde al reto permanente de la mejora continua de los resultados en Salud".
Junto a la incorporación de esta nueva tecnología y sistema diagnóstico para el estudio de la patología prostática, el servicio de Urología del hospital sevillano también sumó de forma pionera en Andalucía dos nuevas herramientas para el abordaje mínimamente invasivo de la cirugía de hiperplasia benigna de próstata. Se trata del tumor benigno más frecuente en el varón cuya incidencia sube a mayor edad, de tal modo que afecta al 15% de varones a los 40 años, al 50% a los 50 años y hasta al 80% por encima de los 80 años. Con el aumento de la esperanza de vida, se ha convertido en una patología en crecimiento.
Por un lado, está la técnica del láser verde aplicada a pacientes con tumores benignos de próstata. Es un procedimiento quirúrgico realizado a través de endoscopia y mediante la aplicación de una delgada fibra introducida por la uretra que transmite energía a alta potencia sobre el tejido prostático, produciendo su vaporización y eliminación. La luz de láser verde tiene un nivel de absorción muy alto por el tejido prostático y mínimo por el agua. Esto permite la vaporización del tejido eliminándose mediante un sistema de irrigación continua al mismo tiempo que hace que se cierren los vasos sanguíneos (fotocoagulación) por lo que el sangrado es mínimo.
Por otro lado, está la terapia térmica con vapor de agua. Se basa en un procedimiento con notables ventajas para aliviar los síntomas asociados al agrandamiento de la glándula prostática. El tratamiento consiste en inyectar vapor de agua en la próstata, lo que provoca la necrosis del tejido o muerte celular, que es después eliminado por el propio cuerpo solventando los problemas ocasionados por el crecimiento de la próstata en el paciente. La intervención se lleva a cabo a través de la uretra y no requiere ingreso.
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