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Vacunas: la única arma contra el sarampión

Expertos recuerdan que la vacunación es la única estrategia contra esta enfermedad que puede provocar complicaciones · El brote que se inició en enero afecta ya a 571 personas.

Vacunas: la única arma contra el sarampión
Noelia Márquez / Sevilla

19 de abril 2011 - 05:03

El sarampión continúa propagándose y ya son 571 los casos diagnosticados en distintos puntos de la ciudad y la provincia. Esta enfermedad contagiosa sólo tiene un enemigo capaz de erradicarla: la vacunación. Varios expertos en estrategias de inmunización advierten que la negativa o la desidia a la hora de vacunar a los niños ha provocado que esta enfermedad, que puede ser grave, reaparezca de nuevo con fuerza. "Lo peor del sarampión es que deja al organismo sin defensas y expuesto a otras infecciones", advierte Alfonso Carmona, director del Instituto Hispalense de Pediatría. Este centro privado, que suele inmunizar de sarampión a alrededor de 3.000 niños al año, ha registrado, al igual que los centros asistenciales públicos, un destacable incremento de los contagios desde que se originó el brote en Sevilla en enero pasado.

Desde los años 80 del siglo XX no se conocía entre los pediatras un volumen tan elevado de enfermos de sarampión en Sevilla. Al área de Urgencias del Instituto Hispalense de Pediatría en el Hospital USP Sagrado Corazón, que dirige la doctora Pilar Camacho, han llegado hasta 15 niños afectados por esta enfermedad en los últimos tres meses y cuatro de ellos han requerido ingreso hospitalario, sin reseñar complicaciones de gravedad en ninguno de los pequeños afectados.

"Los niños suelen llegar con fiebre alta -lo que más suele preocupar a los padres- ojos enrojecidos, mucosidad, edema en los párpados y erupciones. El sarampión provoca al niño un aspecto especial por las erupciones", comenta la doctora Camacho. La enfermedad suele perdurar entre una semana y 15 días y, de momento, no existe un tratamiento terapéutico. Los afectados son tratados para aliviar los síntomas mediante antitérmicos, suero e hidratación. La única manera de combatir de manera eficaz el sarampión es la vacunación. En España, los niños son inmunizados desde 1981.

Los efectos más graves del sarampión, que se transmite de una persona a otra, son letales en países subdesarrollados. "Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2000 apuntan que el sarampión, junto a otras enfermedades que se pueden prevenir, provoca 1.700.000 muertes al año", advierte el doctor Carmona. Las complicaciones de esta enfermedad pueden derivar en otitis, neumonía, bronquitis y encefalitis. "Los problemas neurológicos, como sordera, ceguera o retraso mental, son los más graves que puede llegar a provocar la encefalitis -inflamación del tejido cerebral- originada por el sarampión", añade el pediatra Ignacio Salamanca.

La reaparición de enfermedades que se pueden prevenir e incluso erradicar mediante la vacunación, como es el caso del sarampión, se debe en gran medida a sectores de la población que o bien rechazan vacunar a sus hijos por razones religiosas o ideológicas; o bien no lo hace simplemente por desidia. "Esto provoca que parte de la población infantil que aún no ha cumplido la edad establecida para la vacuna -menores de 15 meses- esté muy expuesta, sobre todo aquellos niños que están en contacto con otros en guarderías", argumentan los pediatras. Para evitarlo, la Consejería de Salud ha adelantado este año, de manera excepcional la edad de vacunación para tratar de frenar el brote. La estrategia del SAS comenzó con la revisión del calendario vacunal en las zonas donde se registran los contagios y el adelanto de la vacuna triple vírica a los seis meses. Lo habitual es inmunizar de sarampión a los 15 meses y a los tres años, en dos dosis para completar la protección. Las autoridades sanitarias ya advirtieron que los menores de 12 meses que, de manera extraordinaria, reciban la vacunación este año, tienen que volver recibir otra dosis de recuerdo a los 15 meses; y otra a los tres años. Los menores de seis meses están protegidos por la leche materna y la inmunización que les transmite la madre. En el caso de que el lactante menor de seis meses conviva con un familiar con sarampión, no se vacunaría, pero sí tiene que someterse a un tratamiento (gammaglobulinas).

"La vacunación sistemática desde 1981 ha permitido que hasta un 95% de la población esté protegida. Es lo más eficaz", añade el director del Instituto Hispalense de Pediatría. "Si miramos a la Historia de los medicamentos, el siglo XXI es el siglo por excelencia del desarrollo de las vacunas. A través de los ensayos clínicos podemos controlar e incluso erradicar enfermedades que pueden ser mortales. Es lo que ha ocurrido ya con la polio", recuerda el doctor Carmona. "La mejor manera de afrontar una enfermedad es enseñar al propio organismo cómo tiene que defenderse de virus o bacterias. Es precisamente lo que consiguen las vacunas", razona el especialista.

El Instituto Hispalense de Pediatría se ha convertido en un centro de referencia, en el ámbito estatal y europeo, para el desarrollo de estudios de eficacia y protección de nuevas vacunas. Entre los distintos proyectos en los que está embarcado este centro se encuentra la nueva vacuna infantil contra la meningitis B, una grave enfermedad que resulta mortal en el 10% de los casos. El doctor Salamanca, coordinador de los ensayos clínicos, prevé que en un plazo de tres años esta nueva vacuna podrá comercializarse y reseña que "será un nuevo hito" en la lucha contra las enfermedades a través de la vacunación. "Es la vacuna que estamos esperando los médicos para poder evitar la meningitis y sepsis más grave que se da en nuestro medio", concluye el doctor Carmona.

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