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Urbanismo teme perder más de dos millones sin Cajasol en Laraña

La salida de la fundación del antiguo teatro Álvarez Quintero, aún sin fecha cerrada, deja en el aire los ingresos por el canon de los seis años que aún restan de vigencia del convenio

La fachada principal del Centro Cultural Cajasol, antiguo teatro Álvarez Quintero, en la calle Laraña.
Carlos Navarro Antolín

21 de septiembre 2014 - 05:03

La apuesta de la Fundación Cajasol por dejar el antiguo Teatro Álvarez Quintero de la calle Laraña ha disparado la alarma en la Gerencia de Urbanismo, organismo autónomo que tiene asignado el edificio y que atraviesa una coyuntura más que delicada en los ingresos por la caída de la actividad inmobiliaria. La fundación tiene concedido un derecho de superficie que termina en el año 2020. Cada año paga un canon de 295.170,04 euros, al que hay sumar un IVA del 21%. La salida del edificio no tiene aún fecha oficial, pero el alcalde, Juan Ignacio Zoido, ya ha recibido información de los planes de futuro de la entidad, que pasan por replegar su actividad cultural a la sede de la Plaza de San Francisco. Del convenio aún quedan seis años completos de vigencia, lo que aseguraría unos ingresos de 2.142.930 euros para las arcas de la Gerencia, una cantidad que ahora se ve amenazada con los planes de mudanza.

Fuentes municipales aseguraron a este periódico que las opciones de futuro del antiguo teatro pasan por encontrar una empresa interesada en su explotación mediante la prestación de servicios considerados de interés general, una posibilidad que se califica como "muy difícil" en el actual contexto económico y dadas las dimensiones del edificio.

Las mismas fuentes aseguran que los servicios jurídicos de la Gerencia analizan ya con lupa las cláusulas del convenio firmado en su día para evaluar las posibilidades reales de Cajasol de romper el acuerdo de forma unilateral, aunque en el Ayuntamiento ya hay quienes admiten que la entidad sí está facultada para dejar el antiguo teatro cuando lo considere oportuno.

El antiguo teatro está calificado en el vigente Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) como SIPS público, por lo que de extinguirse el derecho de superficie deberá pasar al Ayuntamiento y salir de la órbita de la Gerencia de Urbanismo. Cajasol se hizo cargo en su día de la rehabilitación del edificio, por lo que estuvo exenta del pago del canon en los primeros años. En los despachos de la Gerencia no se oculta que la salida de la fundación es un "roto importante muy difícil de coser", que pone en jaque las previsiones económicas de un organismo que no ha dejado de sufrir recortes presupuestarios desde la irrupción de la crisis.

El Ayuntamiento recibió en 1992 el Teatro Álvarez Quintero y tres fincas ubicadas en Triana a cambio de otras siete parcelas situadas en una de las zonas más cotizadas del Patrocinio y en la prolongación de la avenida de la Palmera, una operación que permitió a dos sociedades -Macaón 87 y Berdel, S.L.- dirigidas por las mismas personas ganar en menos de tres años una cantidad que superaba con creces los 400 millones de pesetas. Este negocio inmobiliario se produjo poco antes de que Manuel del Valle pasara, precisamente, de ser alcalde de Sevilla a presidente de la Fundación Cultural de El Monte y gracias a la altísima valoración que le dieron los técnicos de la Gerencia de Urbanismo de la época al local destinado a teatro de la calle Laraña número 4 y a las fincas ubicadas junto a Chapina, tal como publicó este periódico en su día. Una operación valorada entonces en 586 millones de pesetas. Llama la atención que las dos sociedades habían comprado previamente el teatro y las fincas por 142 millones, por lo que obtuvieron una ganancia de 444 millones de pesetas, todo un ejemplo del boom inmobiliario que Sevilla vivió en torno a los fastos del 92.

El edificio actual se inauguró el 12 de octubre de 1950. En la parte superior de la torre que hace esquina con la calle Arguijo se encuentran los dos veleros que simbolizan a los hermanos Quintero. Tras cerrar como teatro en 1987, reabrió sus puertas como centro cultural de Cajasol en 1999, lo que hizo posible que se convirtiera en un foco indiscutible de la vida cultural sevillana, con gran cantidad de actos. El teatro se levanta en el mismo solar en el que en la segunda década del siglo XX había sido promovido el Teatro Luca de Tena a instancias de Torcuato Luca de Tena y apoyado en un proyecto del célebre arquitecto sevillano Aníbal González; no obstante, ambos murieron en el año 1929 sin poder ver realizada la obra, que finalmente fue llevada a cabo por los arquitectos Rodrigo y Felipe Medina Benjumea, con otras importantes obras en el centro de la ciudad.

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