Urbanismo paraliza las obras para rehabilitar la antigua fábrica de sombreros

Los técnicos ordenan su clausura y conceden veinte días a la constructora para que consolide el muro dañado

Un obrero en la fábrica de sombreros.
Un obrero en la fábrica de sombreros. / J.a. García
Manuel Ruesga

18 de mayo 2017 - 06:50

La Gerencia de Urbanismo ha paralizado las obras de rehabilitación que se vienen realizando en la antigua fábrica de sombreros hasta que la constructora arregle un muro dañado. Los técnicos ordenaron el desalojo y la clausura con acotado de la zona afectada de este inmueble ubicado en un callejón sin salida de la calle Castelar. Los trabajos estarán detenidos hasta que la empresa adopte las medidas necesarias para estabilizar el elemento dañado. Los operarios disponen de veinte días para consolidar la pared que hace de medianera.

No es la primera vez que el edificio es expedientado por la Gerencia. Hace tres años y medio se le impuso a la promotora Inmobaños Constructores S. L. una sanción de 133.693 euros por obras sin licencia acometidas en el conjunto arquitectónico de la antigua fábrica. La resolución detallaba que buena parte del inmueble presentaba "un mal estado de conservación, revestimientos deteriorados, elementos portantes apuntalados, vigas partidas y otras sin apoyo", así como "manchas de humedad" e incluso el "hundimiento de parte del forjado de cubierta" de uno de los patios, por describir alguna de las deficiencias mencionadas.

En el expediente se concreta que el edificio estaba siendo objeto de "obras de reforma parcial" que incluían, por ejemplo, la demolición de una escalera, la construcción de una pasarela en "la caja de escalera catalogada" o la "sustitución del forjado y pilares de fundición por forjado de viguería metálica". Todos estos trabajos no eran legalizables, por lo que los técnicos acordaron el importe de esa sanción económica que equivale al 75% del coste de venta.

La antigua Fábrica de Sombreros Fernández y Roche se sitúa en los números 3 y 4 de la calle Heliotropo, en la zona norte del casco histórico y fue construida entre 1916 y 1917 por el arquitecto regionalista José Espiau y Muñoz, ampliando una edificación ya existente para este menester. Durante 118 años Fernández y Roche mantuvo su actividad, hasta que en el año 2003 se trasladó a un polígono industrial de Salteras, donde sigue funcionando. Ello provocó el abandono de la edificación y su progresivo deterioro.

El conjunto conserva como elemento definitorio la chimenea del conjunto de ladrillo y 40 metros de altura, situada en el patio central. El antiguo edificio supone un testigo indispensable de la primitiva industria artesanal y un ejemplo patrimonial de alto valor.

Tercera multa a un negocio de las 'setas' que carece de licencia

La Gerencia de Urbanismo ha impuesto una tercera multa coercitiva a un negocio de hostelería ubicado en la zona alta de las setas de la Encarnación por incumplir el acuerdo que ordenó la inmediata paralización de los usos que venían realizándose sin licencia. Los dueños del quiosco Piano Piano (que cerró hace unos días) deberán abonar una nueva sanción por un importe de 1.310 euros por "la instalación sobre un espacio de uso público de un quiosco prefabricado de 14,40 metros cuadrados destinado a bar con cocina, así como 22 veladores". Los técnicos de Urbanismo acordaron imponer estas tres multas ante la persistencia del responsable de este negocio en no solicitar la preceptiva licencia pese a ser advertido. El establecimiento especializado en comida italiana, ofrecía también café fuera de los horarios de comidas en la conocida como la Plaza Mayor. Este mismo negocio hostelero cuenta desde noviembre de 2015 con un local en la céntrica calle Almirante Lobo, en el mismo sitio en el que se ubicaba el afamado e histórico Bar Iberia.

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