Urbanismo quiere cambiar el PGOU para recalificar los terrenos de Altadis

La Gerencia pretende asignar usos dotacionales a la parcela de la antigua fábrica de tabacos con el fin de poder reutilizarla · La Universidad está interesada en trasladar la Escuela de Arquitectura de Sevilla

Carlos Mármol

25 de junio 2009 - 07:34

La Gerencia de Urbanismo de Sevilla está dispuesta a modificar por primera vez el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), aprobado oficialmente en 2006, para alterar la calificación urbanística de los terrenos que la empresa multinacional Altadis tiene en el barrio de Los Remedios. Se trata del recinto que la antigua fábrica de tabacos de la ciudad ocupó hasta su cierre definitivo en diciembre del año 2007. Un total de 40.000 metros cuadrados situados entre la calle Juan Sebastián Elcano y la dársena histórica del río Guadalquivir.

La iniciativa, que supone el primer cambio en profundidad del libro urbano de la ciudad, implica que la actual calificación urbanística asignada por los redactores del PGOUa estos suelos –industrial– dejará de tener efecto jurídico al ser sustituida por usos de carácter dotacional. La intención del Consistorio, que desde hace una década viene manteniendo en público una posición contraria a la idea de alterar los derechos urbanísticos existentes sobre los terrenos de Altadis, es impulsar, en colaboración con la Universidad Hispalense, un proyecto dotacional de referencia que permita transformar por completo esta parte de la dársena, situada entre el puente de Los Remedios y el de San Telmo.

El proyecto todavía está en fase embrionaria, pero, según fuentes municipales, contaría con luz verde por parte de la Universidad, que ha dado dos opciones:o llevar a la Tabacalera parte de los departamentos dedicados a la investigación o utilizar estos suelos para acoger la nueva Escuela de Arquitectura de Sevilla, el centro que vendría a sustituir a la histórica facultad de Reina Mercedes. En este último supuesto –la opción más viable, en estos momentos– la iniciativa implicaría la construcción de un nuevo edificio de arquitectura contemporánea como símbolo no sólo de la institución docente, sino de su voluntad de seguir distribuyendo por la ciudad los distintos campus que tiene. En el caso de los suelos de la antigua factoría de Altadis, que probablemente sería derribada, su sustituto sería un inmueble de vanguardia y, en consonancia, un proyecto integral de reurbanización para todo este tramo de ribera del río Guadalquivir. El nuevo edificio haría las veces de contenedor universitario. Esto es: podría acoger más de una dependencia de la Hispalense. En función de la edificabilidad final que se le asigne en el Plan General.

El proyecto exige la recalificación urbanística de los terrenos. Un trámite que está regulado por la propia normativa del PGOU. Al no tratarse, en apariencia, de una modificación sustancial del documento urbanístico, el procedimiento implica una propuesta formal por parte del Ayuntamiento y su correspondiente ratificación –previo proceso de exposición pública y recogida de alegaciones– por parte de la Junta de Andalucía, administración responsable de la aprobación definitiva de todos los documentos de planeamiento urbanístico. Los suelos tienen ahora la calificación de industriales dado su uso histórico: la actividad productiva desarrollada hasta hace dos años por la firma hispano-francesa. Ésta intentó en su día pactar una recalificación lucrativa de sus suelos con el Ayuntamiento, aunque el anterior responsable de Urbanismo, el socialista Emilio Carrillo, se negó a tal propuesta alegando que no se autorizarían cambios de usos en los terrenos industriales de la ciudad si las empresas radicadas en ellos cesaban su actividad industrial o abandonaban Sevilla. Altadis decidió seguir adelante con su plan de desmantelamiento de fábricas –pese al carácter histórico de esta industria en la capital hispalense– y el recinto de la antigua factoría quedó vacío y sin actividad. Hasta ahora. Su calificación como suelo de industrial sí permite a la multinacional vender los terrenos –en caso de que encuentre una empresa productiva interesada en instalarse en su recinto– pero, de facto, no le permite más plusvalía que el alquiler derivado de arrendar sus oficinas.

stats