Uralita, 12 años después

La asociación de víctimas del amianto, creada por ex empleados, cifra en 300 los fallecidos hasta la fecha · Pide al SAS más neumólogos expertos en asbestosis y mesoteliomas, que afectarán al 50% de la plantilla.

Uralita, 12 años después
Uralita, 12 años después
A. S. Ameneiro

07 de febrero 2011 - 05:03

La inhalación de polvo de amianto durante décadas está pasando factura a los pulmones de los que fueron trabajadores de Uralita de Sevilla, a sus familias (la ropa de trabajo se lavaba en casa) y a vecinos que de niños jugaron en vertederos donde se esparcía el material. La fábrica cerró sus puertas en verano de 1999 y hasta 2002 no entró en vigor la prohibición de esta sustancia tóxica en España.

El trabajo con amianto, por tanto, se desarrolló sin las estrictas medidas de prevención actuales. La situación se repite en toda Andalucía y en lugares de España donde tuvo sede Uralita, así como en otras empresas de construcción naval y de trenes, de pastillas de frenos, de ropas ignífugas y un largo etcétera que también lo usaron sin límite cuando estaba permitido por sus ventajas como aislante y su alta resistencia al calor.

La fábrica de Bellavista se desmanteló hace ya 12 años, pero las afecciones para la mayoría de sus trabajadores son ya irreversibles y pueden empezar a dar la cara varias décadas después. Las enfermedades más comunes son asbestosis (la pared del pulmón se endurece y cada vez hay más dificultades para respirar), que con frecuencia deriva en cáncer de pulmón; mesotelioma (cáncer de pleura), un tumor que acaba con la vida del enfermo en un año; cáncer de pulmón y cáncer de laringe.

La asociación de víctimas del amianto (Avida) de Andalucía fue creada el mismo año del cierre de Uralita por ex empleados de la fábrica. Su presidente, Antonio Delgado, enfermo de asbestosis y vecino de Dos Hermanas, asegura que hasta la fecha hay al menos 300 fallecidos entre empleados y familiares directos, pero podrían ser más porque la plantilla se dispersó y no todos los casos de fallecimientos llegan a la entidad, con sede en el municipio nazareno. Según datos del Hospital Virgen del Rocío, "cada año se diagnostican aproximadamente de 3 a 4 nuevos mesoteliomas, que suponen el 15% de los tumores que afectan a la pleura y la supervivencia media del enfermo es de 12 meses". En la actualidad, tres afectados por mesotelioma -una vecina y dos ex trabajadores- reciben quimioterapia en el Virgen del Rocío.

Delgado, que también fue activo sindicalista del comité de empresa de Uralita de Sevilla, lamenta que el Servicio Andaluz de Salud no ofrezca datos oficiales de fallecidos y cree que la Administración lo sabe todo pero se calla.

Domingo Hidalgo, ex trabajador, recuerda que el aire era molesto de respirar y nadie se imaginaba el peligro real que corrían cuando se comían el bocadillo encima del polvo del amianto. Cuando supieron sus efectos nocivos, ya era tarde.

Estudios técnicos calculan que la mitad de las plantillas que respiraron este silicato peligroso están afectadas, según la asociación, con sede en toda España. Eso significa que en Sevilla un total de 1.000 ex empleados (de los 2.000 que pasaron por la fábrica) tienen o tendrán un día daños en los pulmones por haberlo respirado.

Avida lleva años reclamando al Servicio Andaluz de Salud (SAS) que imparta una formación específica a los neumólogos para detectar a tiempo los síntomas de las enfermedades más graves del amianto: asbestosis, mesoteliomas y cáncer, y que estos recurran más al TAC de alta resolución que a la radiografía de tórax simple. Avida pide acabar con los diagnósticos médicos contradictorios en las revisiones anuales de Neumología que hacen los tres hospitales públicos sevillanos.

La asociación se queja de que no son pocos los afectados que en la primera revisión tienen asbestosis (enfermedad profesional) y en las posteriores sólo placas pleurales, porque "pocos neumólogos saben interpretar los síntomas de las enfermedades asociadas al amianto". La asbestosis, por ejemplo, se confunde con tabaquismo si el afectado fuma y no se le practica un TAC de alta resolución, una vía a la que recurren pocos médicos, lamenta Avida, por el alto coste de esta prueba clave para su detección. Según la entidad, "también hay neumólogos reacios a dejar por escrito el diagnóstico de enfermedad profesional para evitar que sirva como prueba para una posible reclamación de indemnización contra Uralita".

En los tres hospitales existe una consulta para diagnósticos y tratamiento de las enfermedades laborales en general, pero sin más especialización en las del amianto que un protocolo nacional de 1999 (revisado en 2003) sobre las revisiones de personas pos expuestas a esta sustancia que se repartió entre médicos de atención primaria y neumólogos. La excepción es el Valme, que sí ofrece una consulta semanal en estas patologías que lleva la doctora Inmaculada Alfageme.

En el Virgen del Rocío, el doctor Eulogio Rodríguez Becerra, ya jubilado, sigue asesorando. Según José Antonio Rodríguez, neumólogo de la Unidad Médico Quirúrgica del Virgen del Rocío, el equipo médico tiene formación en enfermedades ocupacionales y considera que las patologías del amianto "son difíciles de diagnosticar si no hay un alto grado de sospecha clínica". En su opinión, es más "importante dar buena información a los médicos de Atención Primaria, que son los que mayoritariamente van a detectar a las personas que han trabajado con amianto".

En las revisiones anuales a ex trabajadores y familiares, el Virgen del Rocío incluye "un examen físico, pruebas de función pulmonar, analítica y estudios radiológicos que pueden ser de radiografía simple de tórax o tomografía (TAC) de alta resolución, sobre todo en la primera visita y en función de las posibilidades diagnósticas (...) En la mayoría de los casos hacemos seguimiento con el objeto de detectar la patología precozmente y la periodicidad de los estudios radiológicos varía". Para detectar los tumores malignos, esta unidad está estudiando "marcadores en suero" que permitan hacer diagnósticos precoces. Revisan cada año el estado de la función pulmonar del paciente y, si se sospecha que hay mesotelioma, pasa a un protocolo de diagnóstico específico que en ocasiones implica la toma de biopsias. En el Virgen Macarena se encarga la doctora Vázquez Valiente, quien declinó participar en el reportaje.

En el capítulo judicial, los éxitos llegan con cuentagotas. Avida ha logrado 30 condenas laborales (un 30% más de pensión de invalidez) contra Uralita por incumplir las medidas de prevención de riesgos laborales. La asociación prepara una demanda conjunta de 80 afectados de Sevilla con informes médicos actualizados "que han costado sangre", relata María José González Haro, abogada de la asociación y familia de tres fallecidos por el amianto. Hay esperanzas por la sentencia de finales de 2009 que condena a la fábrica de Getafe a indemnizar a 15 ex trabajadores con 1,7 millones.

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