"La Universidad de Sevilla necesita una biblioteca central; la necesita de verdad"

Antonio Ramírez de Arellano

El actual vicerrector de Infraestructuras es partidario de que el edificio se ubique cerca de la zona entre el Rectorado y el Campus de Ramón y Cajal, "donde tenemos cerca de 30.000 estudiantes".

Antonio Ramírez de Arellano, en un momento de la entrevista. Detrás, Teresa García.
Antonio Ramírez de Arellano, en un momento de la entrevista. Detrás, Teresa García.
Luis Sánchez-Moliní

01 de febrero 2012 - 05:03

-Sea sincero: ¿cuánto pesó el fiasco de la biblioteca del Prado en su decisión para presentarse a rector? ¿Estuvo coordinado este paso con el anuncio del rector Luque de no optar a la reelección?

-Ni en la decisión del rector de no presentarse ni en la mía de presentarme ha pesado la cuestión de la biblioteca del Prado. No hubo coordinación entre el rector y yo. Mi candidatura es una decisión absolutamente personal. No hay que verla como algo puntual, sino dentro de una trayectoria de servicio a la Universidad. Tuve la suerte de que los compañeros del equipo de gobierno me apoyaran y eso lo considero como un honor y una responsabilidad.

-La pregunta del millón: ¿qué solución le va a dar a la biblioteca del Prado?

-La Universidad de Sevilla necesita una biblioteca central; la necesitamos de verdad, porque es un recurso fundamental para nosotros. Tenemos un buen proyecto cultural y abierto a la ciudad que, evidentemente, ha sufrido un revés con un posicionamiento bastante claro del Tribunal Supremo. Ahora serán los técnicos los que decidirán cómo se puede cumplir la sentencia y reformular el proyecto, para lo cual nos tenemos que poner de acuerdo con el Ayuntamiento como autoridad urbanística de la ciudad y con la Junta como entidad que financia el proyecto.

-¿Qué responsabilidades se le piden a Ayuntamiento y Junta por esta cuestión?

-Nunca hemos enfocado la cuestión como una exigencia de responsabilidades. Ayuntamiento y Junta han sido nuestros socios en este proyecto y seguiremos trabajando con el espíritu constructivo de siempre. Eso sí, sin olvidar que necesitamos una biblioteca central y que nosotros queremos aportar un gran proyecto abierto a la ciudad.

-¿La biblioteca debe estar en un lugar céntrico de la ciudad?

-Debe estarlo, entre otras cosas porque en la gran pastilla que hay entre la Fábrica de Tabacos y el Campus de Ramón y Cajal tenemos a casi 30.000 estudiantes.

-Por cierto, ¿cómo avanzan las obras de la Fábrica de Tabacos?

-Es una obra compleja y ha requerido una labor de planificación muy grande. Los ritmos vienen marcados por las autorizaciones de la Consejería de Cultura.

-Que no son rápidos...

-Necesariamente esos permisos deben ser lentos. Es un edificio singular y protegido. Estamos trabajando en la fachada y la idea es que, en los próximos meses, se puedan licitar nuevos trabajos.

-¿Y la Facultad de Medicina?

-Evidentemente son unas instalaciones anticuadas. Estamos en contacto con el equipo decanal desde hace tiempo para definir el plan de necesidades y desplegar la Facultad en los tres hospitales de la ciudad.

-¿Arquitectura?

-Tenemos ya prácticamente cerrado el plan de necesidades

-Una pregunta que obliga la tradición: ¿qué es lo primero que hará cuando se siente en el sillón rectoral?

-Poner a la Universidad a trabajar de manera continua. No voy a pedir 100 días de gracia; voy a pedirme a mí mismo media hora de gracia. Voy a abordar sin dilación los múltiples retos que la Universidad tiene por delante.

-¿Alguno en concreto?

-Hay que abordar tres frentes de una manera clara. El primero es dar una respuesta a la demanda de formación de la sociedad de una manera eficaz. El segundo, desarrollar un mandato en el que la investigación prime, en particular en las áreas de Humanidades y de Ciencias Sociales y Jurídicas, sin por ello dejar de prestar apoyo a las ramas técnicas y científicas donde la excelencia de la Universidad de Sevilla está ya acreditada. En tercer lugar, hay que continuar siendo un motor de desarrollo, empleo y riqueza. He formado un equipo que creo que puede dar respuesta a estos tres retos de manera inmediata.

-¿Por qué ese hincapié en las Humanidades y las Ciencias Sociales?

-Creo que es el momento de impulsarlas. Son ámbitos en los que un apoyo material moderado puede propiciar un salto cualitativo muy importante. En la Universidad hay un potencial enorme y lo que tenemos que hacer desde el equipo de gobierno es canalizarlo para que dé las respuestas que estoy seguro que va a dar.

-Son áreas con mucho paro...

-Como criterio general, la formación universitaria garantiza una mayor empleabilidad. Es decir, que entre las personas formadas en la universidad hay menos paro. Creo absolutamente fundamental la formación en humanidades. Es cierto que pueden tener un perfil profesional menos acusado, pero a la vez más flexible y versátil, algo que va a demandar la sociedad que viene.

-En lo económico se esperan cuatro años muy duros. La Universidad tendrá que adaptarse también a los planes de austeridad.

-Lo más grave de la situación actual es la incertidumbre. Pese a eso, nosotros seguiremos ofreciendo a los empleados de la Universidad una carrera con perspectivas razonables. Además, tendremos que gestionar la universidad de una manera eficaz con los recursos que sean. Los elementos más importantes que hay que considerar, además de lo cuantitativos, son los cualitativos. Habrá que sentarse con las autoridades políticas para estudiar de qué manera se puede gestionar una universidad y afrontar los nuevos retos en unas condiciones de mayor eficacia. En todo caso, creo que no es conveniente dar pasos atrás. Se han alcanzado niveles de financiación pública que están vinculados al PIB, que es el criterio más racional. Mantener esto no debe ser imposible.

-Muchos profesores se quejan del actual sistema de evaluación del profesorado, al que consideran una auténtica chapuza.

-Conocemos el malestar existente y seremos sensibles a las quejas de un sector del profesorado. Mejoraremos en lo posible ese sistemas de evaluación.

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