La unificación de toldos y rótulos pilla por sorpresa a negocios del centro de Sevilla
Patrimonio
Los locales de las calles más cercanas a la Catedral apuran los diez días otorgados para unificar la estética
Asoma el nuevo PGOU de Sevilla
Eliminar la contaminación visual, unificar los elementos publicitarios o establecer criterios de diseño son los puntos fuertes de la ordenanza aprobada por la Gerencia de Urbanismo en 2022 y que pretende mejorar la imagen de la ciudad en la zona del centro histórico, en la que decenas de edificios históricos se ven dañados por la proliferación de elementos publicitarios que se colocan en los establecimientos ubicados en ellos o cerca de ellos.
A mes y medio de la celebración de la Semana Santa, una fecha muy señalada para la ciudad, tanto en el ámbito local como en el turístico, tras varias visitas de inspección, el Ayuntamiento ha decidido poner coto al caos visual. Esta afecta en su mayor medida a los establecimientos situados en las calles Alemanes, Placentines y Hernando Colón, todas ellas aledañas a la Catedral.
Esta normativa pretende unificar los elementos publicitarios de todos los establecimientos, es decir, toldos, rótulos y vitrinas. En cuanto a las nuevas normas de diseño, destaca el uso de una tipografía en común, o en todo caso la corporativa de cada uno de los negocios y el empleo de tintas blancas y doradas. A su vez, el mensaje propagandístico de cada uno de los establecimientos sólo podrá estar presente en el volante del toldo.
Después de su aprobación, el pasado 6 de febrero, los negocios de las calles afectadas poseen un plazo de 10 días para implementar las mejoras señaladas en sus rótulos publicitarios, toldos y vitrinas.
Negocios que “no tenían ni idea”
“Cada negocio va por libre y hace lo que quiere”, apunta Paco Ramos, un trabajador de la tienda de souvenirs Padilla Crespo, situada en la calle Alemanes. El joven señala a su vez que no conocía la nueva norma y que en sus turnos de trabajo no ha observado la presencia de personal del Ayuntamiento de Sevilla en su establecimiento.
“No puedo tener el mismo cartel que otros negocios, ya que cada uno es diferente”, señala una de las cocineras del local La Paella y situado en la misma calle. A diferencia del testimonio anterior, esta sí que conocía la nueva ordenanza ya que la habían avisado por parte de personal del Ayuntamiento.
“Te he dicho que sí la conozco pero en realidad no tengo ni idea”, sostiene un trabajador de la tienda de recuerdos La Magdalena ubicada en la calle Placentines. En su caso ha visto a personal midiendo en los establecimientos de la calle y afirma que “todos los años sucede lo mismo, sobre todo cuando se acerca Semana Santa”. En otro establecimiento dedicado a la venta de souvenirs, una de sus trabajadoras cuenta que el Ayuntamiento la había avisado y que sí cumplirá la nueva normativa.
“Por desgracia no tengo más derecho que cumplirla, ya que si no me multan”, señala el dependiente de un estanco situado en la calle Hernando Colón, que reitera en múltiples ocasiones la injusticia que vive el negocio debido a estas normas. También señala que en la capital hispalense podrían implementarse políticas similares a las de otras ciudades, en las que “todos los negocios tienen el mismo diseño de cartel”, explica el joven.
En una tienda de ropa situada un poco más adelante, Melisa Martínez (una de las dependientas) señala que “si fuera la jefa cumpliría la normativa” mientras explicaba la ausencia del letrero del establecimiento, que en este momento se encuentra en proceso de un cambio de nombre.
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