La Unesco 'tumba' otro rascacielos
Antecedentes Colonia y Oviedo también fueron censuradas por proyectos urbanísticos de gran altura
El organismo de la ONU desautoriza la construcción en Praga de un edificio 78 metros más bajo que la futura Torre Cajasol · Los expertos siguen trabajando en el informe sobre la futura sede de la caja sevillana
A la Unesco no le gustan los rascacielos y sigue sentando jurisprudencia sobre su impacto negativo en ciudades históricas europeas con sus cascos o edificios catalogados como Patrimonio Mundial. A los casos ya conocidos de Colonia y Oviedo -en los que el organismo de la ONU desautorizó y consiguió parar proyectos urbanísticos con rascacielos- se une ahora el de Praga. Recientemente, según informa la página web oficial de la República Checa, la Unesco ha mostrado formalmente su preocupación por la construcción en el barrio praguense de Pankrác de varios edificios de gran altura (unos 100 metros).
La noticia adquiere una especial relevancia local si se tiene en cuenta que, actualmente, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos en sus siglas en inglés), prepara un informe para presentar ante la Unesco sobre el impacto que en la ciudad de Sevilla tendrá la Torre Cajasol (también conocida como Torre Pelli), un rascacielos de 178 metros de altura (78 más que en el caso de Praga) que se pretende levantar en el extremo sur de la Isla de la Cartuja para acoger la sede de la caja de ahorros (entre otros usos).
Aunque todavía se trabaja en el texto (probablemente se presentará durante el otoño), todo indica que éste será negativo y que solicitará al organismo de la ONU encargado de la cultura, la ciencia y la educación que tome cartas en el asunto para evitar la construcción del rascacielos o, al menos, rebajar su altura. Hay que tener en cuenta que Icomos es el único organismo que asesora a la Unesco en cuestiones de patrimonio y que, pese a que sus informes no son vinculantes, sí son tenidos muy en cuenta por el organismo radicado en París.
Cada ciudad es única y no se puede hablar de una doctrina única de la Unesco respecto a los rascacielos. Pero sí es verdad que hay similitudes en los últimos casos en los que el organismo se ha manifestado en contra de la construcción de edificios de gran altura. Todas eran ciudades europeas históricas con proyectos urbanísticos de marca (con una fuerte carga de marketing) que pretendían llevarlas "a la modernidad arquitectónica".
El caso que llegó más lejos fue el de Colonia, la histórica ciudad alemana que alberga una catedral nombrada en 1996 Patrimonio Mundial (vulgo de la humanidad). En el barrio de Deutz, se diseñó un ambicioso proyecto urbanísticos con cuatro rascacielos, alguno de los cuales sobrepasaba los 156 metros de las torres de la catedral medieval. Ante las protestas de los sectores conservacionistas, la Unesco se posicionó claramente en contra del proyecto y, tras observar que las autoridades alemanas no rectificaban, incluyó en 2004 a Colonia en la temida lista de Patrimonio Mundial en Peligro, el paso previo a la expulsión definitiva de la nómina de ciudades que pueden presumir de título, aunque, como se suele decir, "ser Patrimonio Mundial no es un honor, sino una responsabilidad". Finalmente, ante esta amenaza, las autoridades de Colonia decidieron modificar el proyecto, lo que demuestra que la Unesco mantiene todavía un cierto poder de persuasión.
Este poder también quedó claro en Oviedo, donde la Unesco (a instancias de Icomos) consiguió abortar este mismo año el proyecto de Santiago Calatrava conocido como las trillizas, que según el organismo, amenazaba con desvirtuar una ciudad con cinco patrimonios mundiales: San Julián de los Prados, La Foncalada, la Cámara Santa (la parte antigua de la Catedral), Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. La altura máxima de estas torres era de 133 metros (45 menos que la Torre Cajasol). Ante la amenaza de figurar en la lista de Patrimonio en Peligro, el alcalde Gabino de Lorenzo decidió modificar sustancialmente el proyecto inicial.
La pelota está ahora en el tejado de Sevilla. En un breve tiempo Icomos informará sobre la torre diseñada por el arquitecto argentino César Pelli, mayor que otros rascacielos ya desautorizados por la Unesco y también cercana al casco histórico (aunque ubicada en un entorno de arquitectura contemporánea como es la Isla de la Cartuja). Cajasol, que asegura que "seguirá adelante con el proyecto" no parece preocupada con el informe y ha invitado a los responsables de Icomos ha participar en el proyecto. Además, argumenta que la zona de Sevilla declarada como Patrimonio Mundial (la Catedral, el Archivo de Indias y el Real Alcázar) se encuentra a una distancia considerable de la torre como para verse afectada por ésta. Además, el proyecto cuenta con el apoyo entusiasta del alcalde Sánchez Monteseirín, quien no ha ahorrado metáforas para alabarlo. Exactamente igual que en los precedentes de Colonia, Oviedo y Praga.
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